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¿Afromexicanos?

Por Rodrigo Chávez

 

¿méxico racista? No, estás confundido, si acaso seremos clasistas pero racistas jamás, ¿cómo se podría ser racista en un país en el que todos somos mestizos?

 

¿Te suena familiar? Muy seguramente sí y es que esa es una creencia bastante popular en el México del siglo XXI pero en un tiempo tan plagado de información y de intentar reconocer a todas las personas que no encajan en el discurso hegemónico es necesario desmantelar también estos mitos y para esto es siempre importante entender lo que decimos más allá de lo que creemos que podría significar, a pesar de haber obtenido hace casi doscientos años la independencia de España y una reforma en la manera de conllevar la relación social es fundamental entender que las diferencias de castas aún hoy nos conflictúan pero como siempre, vamos por partes.

 

Hablemos sobre el mestizaje, según la definición histórica y la estipulada por los propios españoles en la nueva españa; un mestizo es una persona nacida de la cruza racial entre un español y un indio. Así que siguiendo esta lógica sólo aquellos cuya ascendencia genealógica derive de una persona española y una persona nativa americana puede ser considerada como mestizo y en ese sentido se ha articulado la creencia de México como nación, incluso en la constitución y como pago histórico se reconoce que los pueblos indígenas son parte fundamental e imprescindible de esta nación, en los programas de historia y de cultura nacionales siempre se habla de dos culturas y dos raíces, la indígena y la española pero entonces obviamos o mejor dicho borramos de la historia un evento importante durante la conquista, la esclavitud.

 

Según los datos históricos para 1521 había apenas en la Nueva España una docena de esclavos africanos pero para 1646 existían en el territorio de lo que hoy es México más de 35,000 y constituían en ese entonces la segunda densidad poblacional más amplia en el territorio, solo debajo de las poblaciones indígenas. Y es en este período histórico en el que comenzamos a notar cosas bastante interesantes con respecto a la vida de la esclavos y como encontraban maneras de huir de sus amos pero eso es un tema que me gustaría abordar por separado.

 

Como es de esperarse las 35,000 personas africanas en condiciones de esclavitud en el país comenzaron a tener descendencia propia y llegada la independencia en 1821 perdemos los registros de cuántas personas existían en el territorio y cuántos descendientes había pero los censos recientes indican que existen al menos un millón cuatrocientas mil personas que se reconocen como afrodescendientes y no es descabellado pensar que en realidad podemos ser muchos más los que de una manera ciega negamos nuestra relación con la afroamericanidad. 

 

Entonces en este punto en el que podemos comenzar a visibilizar una tercera raíz de la mexicanidad es importante dejar el discurso hegemónico que nos dice que en el país todos somos mestizos porque sería implícitamente decir que las comunidades afromexicanas y sus descendientes no existen y es que, ¿acaso esa no es una de las principales características del racismo mismo? La negación de los demás por su condición u origen distinto al socialmente aceptado…

 

Asegurar que en México todos somos mestizos es propiamente un acto de racismo pero la cosa no termina ahí, el racismo está definido como un sistema de opresión desde el poder hacia personas de alguna raza a través de la exclusión social, la exclusión política e incluso la violencia.

 

La importancia de los afrodescendientes en la historia nacional no es poca pues han sido partícipes de movimientos importantes como la independencia de México, no es difícil identificar a Vicente Guerrero como una figura importante de este proceso y como el segundo presidente del país, incluso como una persona “negra o de color” pero jamás se le ha reconocido como un afrodescendiente y esto deriva de la concepción misma de los mestizos que lograron la independencia y por supuesto de la negación de identidad y existencia de una raíz africana en el país aún hoy en día.

 

Y es en este sentido que resulta interesante como la idea de racismo está completamente borrada del imaginario social porque para los mexicanos no existen los afrodescendientes, es decir no puedo ser racista porque en México no hay negros, todos somos mestizos y entonces la burla, el desprecio y la exclusión político-social están justificadas.

 

Veracruz es uno de los estados con mayor presencia de comunidades afromexicanas en el país pero a pesar de ser una mayoría numérica es completamente obvia la disparidad del acceso al poder político que estas comunidades tienen y basta con hacer una revisión rápida de las personas que han gobernado el estado en los últimos 20 años, todos hombres blancos de apellidos españoles y con un claro desentendimiento o apatía por las necesidades de las comunidades afrodescendientes, no es tampoco una casualidad que estas poblaciones sean mayoritariamente pobres y descuidadas por el gobierno, aún en el siglo XXI las oportunidades de movilidad social se ven sumamente reducidas cuando hablamos de grupos indígenas pero aún más para las personas afromexicanas, en su mayoría se dedican a lo largo del país a comunidades primarias, la pesca y la ganadería son algunas de las más destacadas. Y socialmente nos hemos adueñado de sus ritmos, sus instrumentos, su música, su cultura e incluso su comida pero no hemos sido, ni somos hoy, capaces de reconocerlos como existentes y como parte fundamental de nuestro país.

 

Como sociedad nos hemos apropiado tanto de estos rasgos culturales que las danzas “azteca” tan comunes y características siguen ritmos 100% africanos e incluso utilizan Yembes como elemento principal, otra apropiación cultural ha sido la marimba negra que hoy es reconocida como “jarocha o veracruzana” y no así como africana.

 

El primer paso para resolver las problemáticas sociales es poder verlas e identificarlas y sé bien que esto ya lo he dicho antes pero es necesario reconocer a las comunidades afrodescendientes porque existen y sufren, es necesario desapegarnos de los discursos de mestizaje en los que no cabemos todos, es necesario identificar dentro de nuestro desarrollo individual los pequeños actos que sostienen estos problemas aunque creamos que no hacemos algo malo, llamar “prietos, negros, creer que por ser afrodescendiente se debe de ser extranjera o extranjero porque en México no existen los negros” son solo algunos ejemplos de actitudes que replican y agudizan los problemas de racismo en el país, sentir miedo cuando una persona de tez más oscura que la mía sube al transporte o se acerca en la calle es racismo y así podríamos dar una lista enorme de pequeñas acciones cotidianas que son racistas pero que no somos capaces de ver.

 

Me gustaría terminar esta columna recomendando algunas canciones de mi rapero favorito, el chojin. Él es un español afrodescendiente que en varias canciones aborda este tema, recomiendo escuchar primero “cara sucia”, para entender cómo aún en la infancia el racismo ya es una realidad, después N.E.G.R.O de la cual me gustaría rescatar la frase “parece que la música es la única contribución del hombre negro a lo que llaman civilización… Al negro no hay que enseñarle, se enseña a los niños, al negro hay que respetarle como a un adulto digno” Y las canciones de “rap contra el racismo” que retratan una lucha por el cese a la violencia sistemática.

 

TE RECONOZCO PORQUE EXISTES Y EN MEDIDA DE QUE TÚ EXISTAS YO EXISTO.

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