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Un ojo para todos

Por Bruno Rico Gómez.

Las noticias de la última semana han estado plagadas de las nuevas políticas de privacidad de WhatsApp y no es para menos, pues a pocas palabras atentaban contra la libertad del usuario y de la información que se ha compartido y que sería compartida a futuro. Pero ¿En verdad deberíamos de preocuparnos por unas políticas?

Existe una frase muy buena acerca de las aplicaciones para celulares “Si la aplicación no tiene costo es porque tú eres el producto” y pues la interpretación es bastante sencilla. Si la aplicación es gratis es porque la información que uno genere en esa aplicación será usada para algo ¿Qué? no lo sabemos pero en realidad las redes sociales son una gran nube de psicología que ahora trataré de explicar.

WhatsApp forma parte de la gran red de Facebook, de la cual Mark Zuckerberg es el dueño, pero esta unión ha sido criticada y hasta juzgada ante una corte en Estados Unidos pero ¿cuál es el problema que la unión de redes sociales significa? Bueno, al poder relacionar la vida de una persona, tanto pública como privada, se puede generar un algoritmo para comprender su forma de vida. Prácticamente con esto se puede deducir que mientras más interactuemos con las redes sociales estas aprenderán más de nosotros y así dictarán lo que entra en nuestra cabeza.

 Pero bueno uno siempre escucha la frase “No puedes borrar nada del internet” y es que es bastante cierto. Las nubes de datos son la forma más novedosa de guardar información en la actualidad pues no se necesita de algún dispositivo físico para hacer uso de ella, por lo que se vuelve muy útil cuando uno es olvidadizo. Las nubes se pueden clasificar como una red social, pues al usar internet todo se dirige al servidor, por lo tanto nada se borra en realidad y es aquí donde está el problema de seguridad.

Las nubes son un sistema muy elaborado de algoritmos que funcionan por sí mismos, prácticamente son una inteligencia artificial pues los servidores manuales no pueden mantener el ritmo por lo que las nubes se programan para ser seres digitales autónomos. ¿Cuál es el problema de esto?

Bueno, a primera instancia toda la información que entre a la nube se puede esparcir por el espacio digital, segunda, cualquier persona con dominio de redes puede hackear un grupo de nubes con sistemas avanzados de códigos pero la tercera es la que más peligro causa. Verán, si uno es cuidadoso con lo que sube realmente las personas tiene poco que robar, pero eso en realidad no sucede constantemente pues la gente ve al internet como algo inofensivo que nunca les hará daño.

La realidad es que ahora los servidores de todos esos sistemas son autónomos por lo que aprenden de la interacción humana con ellos, causando un contra ataque del sistema al humano pues este tiene que aprender cómo funciona el humano y toda la información que arroja es analizada en las oficinas centrales para tomar medidas serias contra las situaciones que se presenten.

Cuando uno reacciona a una publicación, cuando uno hace búsquedas en google, cuando revisamos las noticias en diferentes sitios e inclusive cuando se juegan videojuegos siempre estamos vigilados y para este ataque informático no hay nada que el humano civil pueda hacer pues el usar redes sociales nos da la droga más importante para el humano, la serotonina.

La serotonina es un neurotransmisor que se encarga prácticamente de las emociones del humano y la forma en la que las redes sociales influyen en su distribución de este neurotransmisor es bastante sencillo pero malvado. Las reacciones en Facebook fueron lo que le dieron la fama que tiene hasta ahora, aunque en el pasado eran más sencillas (Me gusta) el sistema ha sido bastante efectivo, pues con estas reacciones es posible saber cómo se siente un determinado grupo ante una publicación. Cada Me gusta, cada Me entristece, cada Me enoja representan a la comunidad en línea y la forma en la que piensan acerca de cualquier situación.

Lo que propuso WhatsApp ciertamente viola todas las leyes de la libertad humana pero lamentablemente no es la primera vez que esto sucede, si recuerdan la columna que escribí el año pasado donde mencione como los gobiernos utilizaban técnicas de espionaje para conocer la crítica del pueblo hacia su gobierno, se sorprenderían de todo lo que siguen haciendo (chips de los celulares) para saber qué es lo que pensamos, donde estamos e inclusive como estamos. Aunque suene conspiranoico en realidad no es un problema ajeno de lo que la sociedad común vive día a día.

Mi consejo y recomendación personal, si Mark Zuckerberg tapa su cámara frontal todos deberíamos de hacerlo.

“Lo que ocurre en Las Vegas se queda en Las Vegas. Lo que ocurre en Twitter se queda en Google para siempre.”

Jure Klepic.

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