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La mujer araña y su sentido arácnido

Por: Beatriz Velázquez @bio_beatriz

En este triste fin de semana trato de poner la cabeza fría para escribir algo interesante, aunque más que interesante, quizás pueda parecerles espeluznante o repugnante. La entomofobia (miedo a los insectos) y la aracnofobia (miedo a las arañas) es una respuesta evolutiva a evitar peligros potenciales con estos organismos, sin dejar de lado a otros más peligrosos como las serpientes, sin embargo, desde hace ya un buen tiempo, nosotros los humanos, hemos dejado de convivir por completo en un ambiente con mayor diversidad que en la actualidad. Esto no quiere decir que ya no veamos insectos dentro de nuestras casas. A veces tenemos visitantes indeseados, como moscas y cucarachas, pero ¿ustedes han tenido miedo de mover el sillón para barrer y que aparezca un insecto peludo de muchas patas? Lo más probable es que el insecto o arácnido tenga más miedo de nosotros y de la escoba. ¿Qué es lo que posiblemente podemos ver bajo el sofá?

La familia Salticidae (saltícidos), son pequeñas arañas saltarinas que cazan moscas o pequeños dípteros (aquellos insectos que tienen dos alas, tipo mosquito). Estas pequeñas amigas son inofensivas, no atacan humanos, puesto que sus únicas víctimas son de menor tamaño que ellas. Las distingue los ojos grandes y brillantes, que les confieren una habilidad espectacular de visión para poder ver a sus víctimas y saltar sobre ellas. El salto es tan rápido que si deseas atraparla, lo único que se logrará es que huya a saltos agigantados (de su tamaño). Muchas de ellas tienen colores iridiscentes que podrían ser una especie de señuelo para capturar presas. Otra cosa curiosa de estas arañas, son sus rituales de apareamiento. Las arañas macho tienden a bailar de forma exótica para hipnotizar a la araña hembra, además de hacer sonidos con sus patas que nosotros jamás escucharíamos con estos escasos sentidos. Aquí les dejo el video de la arañita pavorreal (Maratus speciosus): https://youtu.be/d_yYC5r8xMI.

Quizás muchos de ustedes tienen un bello jardín con flores y pasto, y a veces al acercarse a ellas pueden habitar algunos bichos (insectos y arácnidos), que pueden darnos una no tan grata sorpresa. Además de las chinches y pulgones, que están ahí de forma oportunista raspando la planta para obtener savia, en las flores podemos observar algunas sensuales arañas con vestido floral pero… ¿de qué arañas vestidas estoy hablando?. En el orden de las arañas, existe la familia Thomisidae (tomísidos), que popularmente se les conoce como arañas cangrejo, porque sus patitas, están en el mismo ángulo que las de un cangrejo. Estas poseen un potente veneno pero únicamente en la dosis suficiente para matar visitantes florales. Recordemos que la flor es una estructura reproductiva que requiere muchas veces (no siempre) de un tercer participante, es decir, la plantas necesitan hacer tríos para reproducirse, llevar el polen de un individuo a otro. Aprovechándose de esta situación, algunas tomísidas han logrado desarrollar (a través de selección natural) un camuflaje perfecto para pasar desapercibidas cuando lo visitantes florales se aproximen a la flor por alguna recompensa y justo en ese momento con sus patitas de cangrejo envolverán a su tierna víctima para comerla. Para muchos visitantes y polinizadores, el comer también puede significar un riesgo. Las tomísidas, a diferencia de las saltícidas, no forman telarañas, sino sólo esperan pacientemente a su víctima. Además, tampoco son de gran tamaño, entonces sí te ven reaccionar asustado en el primer encuentre, seguramente ellas también lo estarán. Aquí un espectacular video de cómo cazan estas pequeñinas: https://youtu.be/09S-QHaXcc8 .

Por último, pero no menos importante, les contaré un poco sobre las arañas patonas o más formalmente conocidas como Opiliones. Estas aparentemente desagradables compañeras de nuestros lugares más abandonados de la casa, son parientes lejanos de las tomísidas y saltícidas, ¿por qué? si han puesto atención a su cuerpo, además de tener ocho largas y delgadas patas como agujas, su cuerpo no está dividido en dos partes, si no que su tórax y cabeza están unidos. Estas bellezas incomprendidas, no poseen glándulas venenosas y no pueden hacernos daño en lo más mínimo, quizás sólo nos den sustos que dan gusto, por cierto, el personaje de la película de Monster Inc que dice esta frase, es una gran araña saltícida. Los opiliones comen pequeños insectos, pero además algunos también se alimentan de materia vegetal y hasta hongos, es decir, tanto pueden ser omnívoros como depredadores (más parecidos a nosotros ¿no?). Su poco desarrollado “tracto digestivo” no es muy buen filtrador y a veces son susceptibles a tener parásitos en su pancita de opilión, aunque no lo crean, también ellas sufren de eso. Los opiliones son organismos que llevan más tiempo en esta tierra que nosotros, al menos se conocen fósiles del Devónico, por ahí de hace 410 millones de años, así que más respeto para estos descendientes antiguos. Los análisis moleculares actuales, han develado que estos arácnidos están más emparentadas con los solífugos (arañas camello) y otros ácaros, y no tanto con las arañas descritas previamente. Es muy fácil distinguir a los opiliones de otras arañas, pero si no los conoces, dale click aquí para saber más: https://youtu.be/I2-w6yJwKFY .

Así que antes de pegar el brinco desesperadamente, respira, no pasa nada y observa un poco, quizás puedas identificar a una de estas amigas y reubicarla cuidadosamente en otro lado. No todo lo que brilla es oro, y no todo lo que es -feo- es malo. Así como todo el fin de semana se la pasaron diciendo que no todos los hombres son malos (y seguro también en el próximo 8M), bueno pues, no todas las arañas “pican”.

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