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La política del odio

Por Rodrigo Chávez

La marcha del 8 de marzo fue un despliegue total de fuerza y organización femenina, una vez más, las mujeres hacen ver al poder político bastante pequeño y lo rebasan por la izquierda, evidencian las carencias de una perspectiva y agenda de género sustancial y reafirmaron su fuerza, pero me gustaría enfocarme en lo que sucedió frente a la Catedral metropolitana en la ciudad de México en la que vimos a un hombre <skinhead> ponerse violento frente a la manifestación de las mujeres e incluso arrojar ácido muriático contra uno de los primeros contingentes, a estas alturas es probable que ustedes tengan dos preguntas que debo resolver antes de otra cosa, ¿qué es un skinhead? Y, ¿por qué estaba arrojando ácido?

Bueno, los skinheads son grupos de neonazis con cierto aire de retrógradas que sueñan con una grandeza nacionalista extinta hace bastante tiempo y que aquejan al mundo entero, en Alemania los "Hooligans" son parte de estos grupos, pandilla de hombres blancos, violentos y segregantes que apuestan por la supremacía por sexo, género, nacionalidad, religión o todas juntas.

En Estados Unidos estos grupos son latentes entre los grupos antiinmigrantes y ultra nacionalistas, esos mismos que aplauden y consagran a Trump como el presidente que necesitaban los Estados Unidos.

En Brasil los grupos similares le otorgaron el poder a Bolsonaro, un militarista, homofóbico y ultra religioso...

Cómo pueden ver la línea acá está clara, los skinheads son grupos supremacistas con grandes cargas de odio y frustración social dispuestos a tomar o brindar el poder a quienes estén dispuestos a segregar a quienes ellos segregan.

El sujeto en la marcha estaba lanzando ácido a contingentes feministas porque las identifica como la mayor amenaza a sus ideas, son mujeres rebeladas de su papel histórico, con ganas de decidir sobre ellas e injerir en la política pública y claro que sí algo molesta a quienes tienen problemas de identidad es que le demuestren que él no es superior.

En México nos gusta creer que todos los problemas están un poco más lejos de lo que realmente están o simplemente nos gusta creer que las ideas y las cosas negativas van a desaparecer si logramos ignorarlas el tiempo suficiente pero es evidente que eso no nos ha funcionado muy bien, los grupos neonazis de ultra derecha llevan décadas gestándose en el país pero hasta ahora hemos visto un acto directo y esto puede deberse a dos principales cosas.

La primera podría responder a una condición de poder político, es decir, el yunque lleva tanto tiempo sosteniendo y alimentando las bases ideológicas del PAN como lleva de existir, los grupos ultra católicos no son nada nuevo pero de algún modo sus agendas quedaban medianamente satisfechas al no tener que ceder privilegios y mantener su posición de supremacía ante los que ellos mismos reconocen como diferentes, hoy, esa realidad no existe más, pues el gobierno de la 4T apuesta a derrocar los medios por cuestiones de clase social y entonces estos grupos sienten un golpe directo a sus intereses 

La segunda razón podría ser el movimiento feminista que fuerte y organizado está dispuesto a abolir los privilegios por género, las mujeres hoy están dispuestas a lo que sea necesario para poder abrirse una ventana de vida digna en un mundo que les ha negado la posibilidad pacífica de obtenerlo, el feminismo abortista, anticlerical y separatista representa una amenaza para estos hombres.

Uno de los mayores retos que tenemos como sociedad es comprender que los discursos de odio no pueden ni deben ser tolerados ni aceptados, que los discursos de supremacismo se cuelan en la vida pública a través del humor, la música, el arte y diversas expresiones culturales que suelen ser justificadas o separadas del artista para beneficio de un discurso lamentable. Los skinheads como Emmanuel I. suelen estar rodeados de un privilegio cegador que siente un derecho y cree intocable, consumen humor derivado del mismo privilegio y que refuerza el odio y la frustración hacía el grupo a odiar, su música seguramente será incitadora al odio del distinto o a la superioridad que le brinda algo.

La lucha por derechos que se deriva de los grupos vulnerados no está a negociación, los deciles más bajos comienzan a obtener reivindicación desde la 4T y el gobierno pero la liberación femenina y los derechos LGBTTTIQ+  vienen de abajo y van a reformar la vida social y política del país, nuestra labor como ciudadanos no es sólo permanecer como visores sino tomar conciencia y acción contra los actos que se llevan a cabo por estas personas anti derechos, la ultra derecha debe entender que no tiene cabida en la vida pública pero para que lo anterior sea realidad debemos concientizarnos sobre lo que consumimos y porque, tratar siempre de comprender y analizar cuando se nos señala una actitud violenta y cambiar nuestra manera de relacionarnos con las otras personas, no dejemos las ventanas abiertas para que los neonazis mexicanos puedan formar camino hacía el gobierno.

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