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Tacos del Bienestar, sí pero a qué costo.

Por Beatriz Velázquez

Desde hace varias décadas, se ha debatido en la sociedad sobre el estatus moral y jurídico de los animales domésticos. En México, se ha legislado en materia de “Bienestar Animal” porque se ha reconocido la existencia de una cultura en la que se piensa que los animales domésticos y no domésticos sienten menos dolor o estrés. Esta problemática se clasificó en 5 categorías: problemas con el alojamiento y mantenimiento, problemas con el transporte y movilización, problemas con la matanza y eutanasia, problemas asociados a la comercialización de animales y problemas del manejo. Me gustaría pensar que muchos que comemos tacos al pastor hemos pensado lo siguiente: “ojalá que ese puerquito sabroso haya muerto con dignidad”.

Durante la Revolución Verde, hubo pocos pioneros en el tema de bienestar animal. La destacable Temple Grandin, también inventora de una “máquina para dar abrazos”, fue la primera etóloga que tuvo una visión empática con animales de ganado e implementó innovaciones industriales para disminuir el estrés causado duramente el manejo de éste. Ella diseñó algunos mataderos bajo la idea de si ellos nos proveen de alimento, lo mínimo que podemos hacer es darles una muerte digna.

No hace muchos días, el coordinador del Grupo Parlamentario de Morena del Senado, acompañado de la Senadora Rocío Adriana Abreu Artiñano y activistas del colectivo de sociedades animalistas ANIMAL HEROES, presentaron una iniciativa para expedir la Ley General de Bienestar Animal. Esta iniciativa a través de 57 artículos profundiza sobre las diferentes categorías que tienen los animales: “animales de compañía, “animales de carga”, “animal destinado para consumo”, con el propósito de establecer de manera jurídica la relación humano-animal y definir la competencia de las autoridades.

La Senadora Adriana Abreu en su cuenta de Twitter ha publicado un video en el cual habla un poco sobre los conceptos a definir, por ejemplo, parafraseo:

«Cambio de la palabra “dueño” por “tutor”. La violencia es violencia, contra cualquier ser vivo. Los psicópatas comienzan matando animales…Empujamos por una sociedad más humanitaria. Los animales de carga son sumamente explotados en comparación con los animales de consumo. El tema no es morirse, el tema es cómo se muere uno». Mientras que el embajador de ANIMAL HEROES, un popular presentador de TV conocido por al menos 100 mexicanos, Marco Antono Regil, de igual manera mediante un video en su cuenta de Twitter, invita con una conocida sonrisa a los candidatos políticos a firmar la agenda animalista promovida por dicho colectivo. Parafraseo lo siguiente: «La violencia con los animales tristemente la vemos muy seguido en todos lados. Es terrible. Además de ser terrible para los animales, lo es para los humanos, porque esa violencia con los animales está comprobado que se transfiere luego a los humanos…» Aunque no es una regla de que los psicópatas siempre comienzan maltratando animales, se aprecia la buena intención apelando a la heurística del miedo. Maquiavelo estaría orgulloso.

La Agenda Animalista destaca 16 compromisos: cárcel a quién maltrate animales, fomentar la adopción de perros y gatos rescatados, esterilización masiva de perros y gatos, prohibir el uso de la pirotecnia, atención a la salud (unidades móviles/hospitales), programas escolares sobre el respeto a los animales, regulación de la cría y venta de perros y gatos, opciones veganas en comedores, fin de los vehículos jalados por equinos, reconversión de zoológicos a santuarios, erradicar comercio de fauna silvestre, fin de la experimentación animal para la cosmética, erradicar espectáculos con mamíferos marinos, terminar con la tauromaquía, eliminar eventos que conlleven crueldad animal, acabar con las peleas de gallos. Además de todas estas cuestiones impulsadas por la Agenda Animalista, la iniciativa de Ley General del Bienestar Animal, sugiere con respecto a la fauna silvestre y exótica, la creación de Centros de Conservación de Fauna Endémica con el propósito de reintroducir especies, sin embargo, esta idea de “centros de conservación” no es nueva, pues este sistema es implementado desde 1997 bajo el término de “Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre” (UMAs), que no sólo se limita a especies animales.

¿Qué hay de los animales no contemplados en esta Ley de Bienestar Animal? ¿Cómo podemos generar conciencia de que los animales no vertebrados, no simpáticos y muy diferentes a nosotros en hábitat y comportamiento, también son importantes en nuestra propia existencia?

En México, desde los tiempos del Salinato, se contempla la protección de las especies silvestres animales, únicamente haciendo responsable a los municipios y comunidades de no permitir la violencia o traumatismo a las mismas, sin embargo, las modificaciones al artículo 27 de la Constitución Política de México, tocaba puntos más enfocados en defender la propiedad privada. Muchas de las responsabilidades en materia de preservación y restauración del medio ambiente quedaron delegadas en los gobiernos estatales y municipales, en muchos rincones de México, los poblados han ido creciendo sin ningún orden o planeación urbana. ¿Por qué esto es importante? Porque como biólogo, uno sabe que la conservación de especies salvajes de animales está intrínsecamente relacionada con la perservación y protección del hábitat. Es fácil y común pensar que con que se conserve un pedazo de cerro, manglar, sabana, desierto, etc., o cualquier área desprovista de construcciones humanas ayudarían a la conservación ambiental, pero en la realidad no es así.

En la última década, los biólogos conservacionistas han dedicado gran parte de su trabajo al estudio de la fragmentación de hábitats y cómo ésta puede deteriorar la movilidad de muchas poblaciones de animales, al grado de someterla a la disminución en número de individuos y al aumento de la endogamia, que como consecuencia resultaría en un cuello de botella genético. No basta con tomar a una especie bandera de algún animal silvestre y colocarla en una lista de una ley que supuestamente la protege. Les doy un ejemplo, el jaguar (Panthera onca), es una especie protegida por la NOM-056-SEMARNAT-2010, debido a la amplia distribución de este gran felino (del Sur de Estados Unidos hasta el noreste de Argentina) y a su alta movilidad, ha sido díficil y complejo crear estrategias para la conservación tanto de su hábitat como de la especie misma. El dilema del “progreso”: tener una carretera de Guadalajara a Puerto Vallarta que acorte el recorrido aunque se tengan que desmontar tres tramos de 183 km por 21 metros de cobertura vegetal, que significa perder el hábitat de otros animales, incluido el jaguar.

Tomando en cuenta estas incongruencias del “desarrollo” o “progreso” con la existencia de otros seres vivos, es de fundamental importancia, que además de las especies icónicas de propaganda, se conserven las relaciones ecológicas que estas tienen con el resto de las especies vegetales como de otros reinos. En lugar de cambiar de concepto de especie para atraer la empatía y curiosidad de la sociedad, es necesario rescatar la hipótesis de la biofilia de Stephen R. Kellert y E.O Wilson. Dicha hipótesis plantea que es la tendencia innata de todos los seres humanos de sentirse identificados con otros organismos vivos (naturaleza) y que esta tiene un origen genético causado por nuestra evolución en la Tierra.

Me parece oportuno sugerir que además de una ley de animal bienestar, que bien, es muy necesaria, enfaticemos en la necesidad de legislar sobre planeación urbana y desarrollo con base en la biofilia. Recordar que como seres humanos nunca hemos estado aislados de otros organismos más que en nuestro mundo de falsa higiene, pero nada que una pandemia no nos recuerde que las enfermedades emergentes también pueden ser originadas por desequilibrios ecológicos. Mientras tanto, esperemos que la iniciativa de Ley del Bienestar Animal tenga un efecto positivo en los próximos tacos del bienestar.

Twitter: bio_beatriz

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