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Maquinas simples, parte 1

Por Bruno Rico Gómez

Para nuestra civilización el desarrollar herramientas que faciliten sus labores diarias es una obligación necesaria. A pesar de que hoy contamos con equipos tan avanzados como los smartphones, los vehículos eléctricos, fuentes de energía alterna y demás artefactos, todo esto nace de a partir de la necesidad de mejorar la calidad de vida.

El inicio de las civilizaciones en el mundo se identifica fácilmente por la falta de motores, combustibles de gran duración pero sobre todo de energía eléctrica, por lo que las maquinas que se utilizaba en esos tiempos eran maquinas simples ya que no requerían de más energía que la de su operador y algunas herramientas.

Cuando el humano buscó construir más allá de sus ojos necesitó de una herramienta para alcanzar los pisos más elevados. Tomemos en cuenta que antes de elevadores eléctricos o grúas a gasolina no había mucha tecnología para elevar cosas, por lo que la solución propuesta fue algo muy ingenioso.

La palanca tiene un principio físico muy sencillo, un tablón equilibrado en un punto de apoyo, que conforme se mueva el punto de apoyo en la longitud es menor el peso necesario para elevarlo y viceversa. Esto sirvió para la construcción acelerada de casa pequeñas en conjunto con los planos inclinados o mejor llamadas rampas.

Conforme avanzó la civilización la investigación sobre el fenómeno físico de la palanca le destino otros usos más prácticos. Al aplicar poca presión para generar un cambio grande este tipo de máquinas se vuelven idóneas para la vida rutinaria de muchas personas. A partir de la aplicación deseada se clasifican los tipos de palanca:

- Primer grado: El punto de soporte esta entre la potencia aplicada y la resistencia generada, lo que hace que con poca potencia se aplique gran resistencia.

- Segundo grado: En esta palanca la resistencia esta entre el punto de soporte y la potencia, por lo que la potencia siempre será baja y la resistencia dependerá del punto de soporte.

- Tercer grado: En este tipo de palanca la potencia esta entre la resistencia y el punto de soporte, lo que provoca que la energía resultante sea menor a la aplicada pero genera mayor velocidad al objetivo en movimiento.

Un ejemplo clásico del primer tipo son las tijeras, el sube y baja o cualquier tipo de pinzas; algunos ejemplos del segundo tipo son los exprimidores de limón, los remos de una embarcación e incluso las carretillas; en el tipo tres los ejemplos más conocidos suelen ser las cañas de pescar, los bates de baseball al impactar una bola o las pinzas de cejas.

A pesar de ser un mecanismo antiguo y demasiado básico, la palanca se encuentra en nuestra vida diaria y aunque no lo notemos está en la mayoría de las cosas que hacemos o utilizamos, asi que sin importar cuanto tiempo pase, este tipo de mecanismos no pasará de moda nunca.

“La buena opinión de la humanidad, como la palanca de Arquímedes, con el punto adecuado, mueve el mundo”

– Thomas Jefferson.

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