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¿Es el fin del mundo?

por Rodrigo Chávez

El día martes 24 de marzo y después de casi un mes de haber iniciado a registrar en territorio nacional casos de COVID19 México entró a la fase 2 de contingencia pandémica de la OMS y al mismo tiempo que se hacía este anuncio se anunciaba también, un elemento político importante y que es justo darle un espacio de análisis y reflexión, el plan DN-III del ejército y el plan Marina, que en esta ocasión se encargarán de la contención de la pandemia.

El plan DN-III es una de las <facultades> del ejército para salvaguardar al pueblo de México, de hecho es bastante común que sea utilizado, los vimos en el 2017 en los temblores de Oaxaca y de la CDMX y los vemos también, casi cada año en las comunidades afectadas por las inundaciones o los desbordes de los ríos pero, a pesar de reconocer que estas misiones son humanitarias y se agradece que el pueblo pueda salir con vida debemos comprender un concepto elemental para poder analizar de mejor manera la situación.

El concepto que necesitamos aprender es “Estado de excepción”.

Un Estado de excepción es una forma que tiene el Estado de recuperar el orden de manera rápida y eficaz suprimiendo alguna de las facultades o garantías que el propio Estado otorga. Por ejemplo, en el caso de Europa occidental vemos que no solo han declarado un Estado de excepción (que militares y mozos tomen el control de las calles y que encierren a la población civil en sus hogares aún contra su voluntad) sino que están llegando ya, a un Estado de guerra o ley marcial, es decir, Europa occidental está muy cerca (espero, profundamente que no lo suficiente) de erigir el gobierno y decisiones desde las fuerzas castrenses.

Sorprende que países históricos, con Estados civiles ordenados y con mejor funcionalidad que en México  se encuentren en esas posiciones pero también se entiende que su población comparte rasgos específicos como la edad promedio que hace que las cosas se agraven, volvamos al caso de México.

¿Es necesariamente malo que AMLO o cualquier presidente desde 1965 que se fundó como tal ese plan lo active? La respuesta es: NO, no es malo en este momento, pero ha sido una irresponsabilidad histórica que el plan DN-III esté tan normalizado en nuestra sociedad.

El plan DN-III es una forma en la que el gobierno de México, el gobierno civil, elegido democráticamente y que controla las instituciones civiles; considerando dentro del gobierno a los 3 órdenes del poder Ejecutivo (Presidente, gobernadores estatales, alcaldes o presidentes municipales), los 2 órdenes del poder Legislativo (federal y local) y el poder judicial  se declara incapaz de dar respuesta a los problemas.

Es una manera en que el Estado dice “no puedo hacer nada por mis ciudadanos así que le doy el poder y la responsabilidad estatal (recordemos que es tarea del Estado salvaguardar a sus gobernados) a las fuerzas armadas para que restituya el orden y se pueda gobernar a las personas cuando la situación difícil pase.”

La creación del plan DN-III no es mala, incluso me atrevo a decir que resulta necesario para un momento clave de inflexión política o social, el Estado debe tener un plan de contingencia y poder activarlo de manera consciente. Pero entonces la duda surge irremediablemente en mí; ¿No ha sido una irresponsabilidad del Estado no resolver las condiciones de riesgo y someter el poder a las fuerzas fácticas de manera casi cíclica?  Y la respuesta es sí, el debilitamiento estatal llevado a cabo durante los últimos 35 años ha generado que el Estado civil sea cada vez menos capaz de dar solución a las problemáticas sociales y se utiliza el plan DN-III para salir del paso.

El Estado y los gobiernos anteriores han preferido usar el plan del ejército como una medida rápida de controlar lo que es “incontrolable” pero se quedan estancados ahí, no hay una respuesta estructural, un plan que asegure o al menos tenga como objetivo minimizar la posibilidad de que vuelva a ocurrir algo que exija que el Estado doble las manos ante las fuerzas armadas.

Pareciera que el neoliberalismo y sus medidas irrenunciables del debilitamiento Estatal conllevan un incremento, también irrenunciable, de la dependencia de las armas y los hombres entrenados para matar. El militarismo en México tuvo un renacer con la guerra contra el narcotráfico de Calderón pero También es cierto que el uso sobreexplotado del recurso anti contingencia genera que la población cambie constantemente su visión sobre las fuerzas armadas, hay algunos que desprecian al soldado hasta que el soldado lo saca en hombros de una inundación, pero, aunque el soldado lo saque en hombros es miembro del mismo ejército que ha cometido crímenes atroces…

Que difícil es ser ciudadano de un Estado que toma como rutina someterse a la fuerza militar.

Dejemos en claro que AMLO ha tomado la decisión correcta, concesionar 10 hospitales públicos al poder militar con control total para tratar a pacientes con COVID19 fue una decisión que se tuvo que tomar, que se entiende en la coyuntura en la que estamos y que puede incluso justificarse de manera política.

Lo que no sería una decisión correcta es que una vez controlada y superada la pandemia el gobierno de la 4T y todos los gobiernos que vienen regresen a la “normalidad” en la cual la precarización de la salud es una realidad. El plan DN-III sirve también, para evidenciar lo que debemos resolver con urgencia, lo que el Estado debe resolver antes que nada para que jamás se tenga que dar el control territorial a una fuerza externa.

También es importante aclarar, para los vivarachos que están deseosos de hacer disturbios, que el Estado de excepción no significa un vacío de poder o un Estado de indefensión por parte del Gobierno, por el contrario, el Estado de excepción es una manera contundente de conseguir restablecer el orden y la gobernanza a través de las fuerzas armadas y bueno… sabemos ya, que en México si algo odian los militares son los derechos humanos.

Estamos ahora, amigues, en la fase crítica de la pandemia, el reto más grande para México es evitar una escalada incontrolada en el número de contagios. Si tú, amiga o amigo qué estás leyendo esto puedes evitar salir, mejor. Quédate en casa, ayuda a los médicos y enfermeras a bajar la curva de contagio y sobre todo evita contagiar a las personas mayores que te rodean, ellxs darían todo por ti, tú quédate en casa, por ellxs.

Si, por otro lado, tú no eres afortunado y no puedes quedarte en casa recuerda las medidas sanitarias, toma tus distancias y lava tus manos, usa gel siempre que puedas, ante el menor síntoma de contagio acude a tu médico o mira las recomendaciones, recuerda que para poder producir y sobre llevar la vida debes poder estar  sano.

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