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Belleza patriarcal

Elsa Flores

Una de las cosas por las que más sufrimos las mujeres es desear alcanzar los cánones de belleza establecidos por el capital. Nos meten en estereotipos desde que nacemos y poco a poco comenzamos a hacerlos nuestros declarado conquistada la cuerpa por ellos.

Dentro de la dinámica económica que nos percibe como mercancías que se deben consumir lo más pronto posible, a las mujeres nos ponen fecha de caducidad, a veces hasta nos volvemos de segunda mano de acuerdo a los ´´defectos´´ que se nos ven. Cuantifican nuestro valor; tener piel perfecta te da 10 puntos; el cuerpo delgado, bronceado, lampiño te da otros 10 puntos; los dientes blancos y derechos, los senos grandes y firmes, estar arreglada, bla bla bla ¿Qué sucede cuando no es así? En automático no somos merecedoras de que nos amen y reconozcan los hombres, porque solo con eso una mujer ´´debería´´ sentirse realizada en su vida.

La realidad es que el daño psicológico por la presión a la que nos someten, desde que somos niñas genera baja autoestima, inseguridad, desordenes alimenticios, tendencias suicidas, depresión, etc. Resultando conveniente para que las violencias no las percibamos y que estás sean cada vez en mayor medida hasta que cobre con nuestra vida. Si no, otra manera en la que cobra el patriarcado es mediante esta industria de belleza donde nos ofrece el resultado para eliminar esas imperfecciones.

Entonces, gastamos en automático una cantidad de dinero para hacer realidad esta imagen de la mujer perfecta. Tenemos mil productos, entre más usamos menos nos sentimos perfectas, de repente aparecen más requisitos para que podamos serlo, no es suficiente, no somos suficientes.

Entendamos que la función de estás mercancías no es meramente funcionar y ayudarnos, sino tener ganancias extraordinarias. Parece ser que las mujeres somos una mercancía en el proceso de producción para que cuando esté listo pueda ser consumida, sin embargo, se nos consume todo el tiempo con los roles que se han determinado a lo largo de la historia. Así que se nos exige estar listas todo el tiempo.

¿Cómo me arranco este tono de piel heredado por mi abuela que sembraba maíz? La televisión que corresponde a los intereses de las trasnacionales extranjeras, para un país como México, dónde muestran el estilo de vida de Estados Unidos basado en un consumo que no podemos costear. Las redes sociales que muestran el racismo con sus filtros donde nos blanquean, unifica el tono de piel, deforma las facciones de la cara. Son formas de bombardeo por lo qué esta bien y es aceptado, y por lo que se rechaza totalmente.

En una sociedad en el que obtener la aprobación de los demás es ganarse un lugar dentro del ámbito público parte de esta desinformación y sumisión de nuestras madres al enseñarnos conductas que son completamente normal para ellas. Nuestra salud mental no puede depender de la forma que tiene la cuerpa ni del espacio que ocupa, la diversidad que existe en nosotras es la forma en la que resistimos y rompemos con esta imagen para que las futuras generaciones no tengan que pasar por lo mismo.

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