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Ondeados

Por Bruno Enrique Rico Gómez.

Ah que bella fue la década de los 2000, ropa de muchos colores, peinados y bailes extravagantes; películas sin precedentes como spiderman, V de venganza y las locuras de Kronk, pero sobre todo una moda creciente en la tecnología de ondas que tendría dos grandes contendientes: el bluetooth y el infrarrojo.

A partir del sobrenombre del rey que unió a los daneses, noruegos y suecos bajo el cristianismo, Harald Blatand “diente azul” o “bluetooth” en inglés, la empresa Ericsson diseño un sistema que dejaría obsoletas a todas las tecnologías análogas pues en 1994 presentaría ante el mundo una innovación sin precedentes que haría posible la transferencia de información sin la necesidad de cables.

Mientras que la comunicación por infrarrojos fue una secuela del experimento de los rayos infrarrojos. Con estos rayos es necesario la intervención de al menos un par de nodos, o mejor dichos unos leds, que interactúan entre sí como emisores y receptores al mismo tiempo. Esta fue su mayor desventaja, pues era necesario que los nodos se “observaran” para que pudieran intercambiar los datos.

Los estudios de las ondas ha sido la causante de mucha tecnología en la historia del humano. El humano había sido muy ignorante acerca de su entorno hasta el estudio de la física avanzada, esto se debe a que el acceso a la ciencia y tecnología siempre ha sido escaza. Si comparamos los estudios de Pitágoras (1900 A. C.) y el descubrimiento de las ondas por Hertz (1888 D. C.) podemos observar que el ultimo es técnicamente un tema “nuevo”.

Con estos estudios Hertz pudo confirmar la teoría de Maxwell acerca de las ondas de radiación que aunque ahora parezca cosas de niños en esa época fue una revolución sin precedentes. Ahora, en el día a día, es fácil observar estas ondas y les diré como verlas: a las 12:00pm del día salga a ver los toldos de los vehículos estacionados de los vehículos, tienen que observar al ras del toldo. Si lo hacen correctamente lograrán observar como la temperatura parece “ascender” y bueno, esas son las ondas de radiación.

Desde 1888 hasta el día de hoy la tecnología de ondas ha ido creciendo exponencialmente por la razón más sencilla, son inalámbricas. Esta tecnología hizo posible la comunicación entre los primeros cosmonautas que salieron de la atmosfera del planeta tierra. Dato curioso: los soviéticos le decían cosmonautas a sus pilotos mientras que los estadounidenses les nombraban astronautas.

Las ondas nos rodean y hasta existen en nuestro interior, pues los órganos se pueden interpretar mediantes estas ondas representadas en electrocardiogramas. Podemos cocinar con estas ondas en un aparato llamado microondas, es más, a ellas les debemos el color de las cosas que podemos observar, pues gracias a la difracción de estas ondas sobre los objetos es posible observar las diferencias en las tonalidades en ellos. Gracias a las ondas podemos escuchar la voz de nuestros seres queridos y podemos disfrutar de la música que más nos guste.

La interpretación de las ondas y la ciencia detrás de ella ha generado debates interminables durante años y uno de ellos es acerca de la luz: ¿Es una partícula o una onda? Los dos lados han recibido apoyo de muchos científicos pero entre más se investiga más se vuelven redundantes las respuestas. Solo nos queda esperar a que llegue la tecnología y la teoría correcta para determinar cuál bando es el correcto.

Como pueden observar realmente el humano es ciego en cuanto a su entorno concierne, pues entre más descubren los científicos más incertidumbres son creadas y esto genera un bucle educativo demasiado grande, tan grande que no se podrá cubrir en toda una vida. Esta columna va dedicada al vigésimo cumpleaños de la tecnología bluetooth que hoy 7 de diciembre de 2020 esta de manteles largos.

“El rigor de la ciencia requiere que distingamos bien la figura desnuda de la naturaleza misma de la vestimenta de colores alegres con que la vestimos a nuestro gusto.”

-Heinrich Rudolf Hertz, famoso físico alemán.

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