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Relatividad

Por Bruno Rico Gómez.

La teoría de la relatividad publicada por Einstein a principios del Siglo XX retó todos los conocimientos de la física clásica “newtoniana” que llevaban más de un siglo siendo leyes, si recuerdan mi columna en la que diferencie a las teorías y a las leyes recordaran que una ley es más importante que una teoría, por lo que este postulado novedoso de Einstein cambiaría la perspectiva de la física y generaría una física moderna.

La física clásica define que todo en este mundo tiene una medida, sea en metros, pulgadas, segundos, centímetros cúbicos y hasta la potencia de los motores. Esto se llama dimensión y las leyes determinan y son determinadas por las dimensiones del objeto de estudio, lo que propuso Einstein fue todo lo contrario pues para él estas leyes solo aplican en la tierra más no en el universo. Uno de los temas más tocados por esta física moderna es la relatividad del tiempo y del espacio, también es una de las más fáciles de comprender por el humano.

Verán, la percepción y definición del tiempo es algo sencillo pero complejo al mismo tiempo, la definición según la RAE es: “Magnitud física que permite ordenar la secuencia de los sucesos, estableciendo un pasado, un presente y un futuro, y cuya unidad en el sistema internacional es el segundo.” ¿Pero esto en realidad que significa? Bueno, imagina que estas en un cuarto blanco en donde hay una mariposa volando constantemente, entonces la mariposa realiza una trayectoria de un punto A hasta un punto B. Esto lo sabes porque acabas de ver a la mariposa recorrer dicho trayecto, entonces podemos analizar la trayectoria como un video o un filme que empieza en el punto A y culmina en el punto B. Cada uno de los fotogramas representa un momento en el espacio tiempo de la trayectoria y se deben de acomodar de manera secuencial para observar la trayectoria. Esa es la manera más fácil de demostrar el tiempo, una sucesión de una infinidad de fotogramas en un filme. Ahora, que es el pasado, presente y futuro: Supongamos que el filme consta de 10 fotogramas y nos ubicamos en el fotograma número 5, si seleccionamos el fotograma 3 estaríamos en el pasado mientras que si nos posicionamos en el número 8 estaríamos en el futuro y si nos quedamos en el quinto pues nos quedaríamos en el presente.

Ahora, la percepción del tiempo mismo es relativo pues se dice que el presente no existe ya que es un momento instantáneo casi despreciable. Bueno, a partir de este ejemplo se puede determinar que todo lo que esté lejos de las leyes físicas clásicas sigue la teoría de la relatividad, por esta razón nace la teoría de los agujeros de gusano y la capacidad probable del universo modificar tanto tiempo como espacio a su placer y distorsionar la realidad relativa.

A que voy con este tema tan complejo, la relatividad se puede comprobar con los calendarios actuales que utilizamos para definir la duración de los años. Cada civilización realizaba su calendario para comprender el mundo que les rodeaba, con ellos podían calcular los momentos precisos para sembrar, los momentos para cultivar, para cazar y hasta para casarse. Dependiendo de la posición geográfica eran los cambios que se les adecuaban a los calendarios y estos se determinaban con los astros del cielo. El sol ayudaba a determinar la duración del día así como la posición ideal para las construcciones habitacionales, los astros de la noche ayudaban a determinar la posición del humano y muchos navegantes los utilizaban para guiarse tanto en tierra como en mar para llegar a su destino.

Ya que estoy aquí les resolveré la duda del porque las pirámides de Egipto tienen la misma alineación que las de México. Las divisiones estratégicas para entender el globo terráqueo, mejor conocidas como trópicos y meridianos, ayudan a determinar los tiempos horarios de los diferentes países. Bueno, si nos fijamos en el mapa de trópicos se puede observar que el trópico de cáncer pasa por en medio de México y de Egipto, así como de otros países,  esto hace que compartan el plano X y esto explica por qué vemos de la misma manera a los astros galácticos que ambas civilizaciones utilizaron por siglos para ubicarse. Era obvio que utilizarían estos astros para ubicar sus ciudades y al mismo tiempo rendirles tributo (Pirámides del sol y la luna).

A partir de los astros el humano empezó a entender su planeta y a poder darle un tiempo a cada estación por la que pasaban (como el ejemplo de la mariposa), una vez determinados los tiempos necesitaban una manera gráfica de plasmarlos y de ahí nació el término “calendario”. A través de los años el humano ha modificado los calendarios para tener uno cada vez más exacto y el último que logró este hecho fue el calendario gregoriano.

Este calendario sustituyó al calendario juliano (instaurado por Julio Cesar en el 46 a. n. e.) en 1582 por decreto del papa Gregorio XIII y la característica de este novedoso calendario es la existencia de 365.25 días al año que tras 4 años generaría un día más que se sumaría al nuevo año bisiesto. Ese cuarto de día se explica por los solsticios de verano (día más largo del año) y los solsticios de invierno (día más corto del año), las horas de diferencia en esos dos días sumado al constante desplazamiento de la tierra del centro de la galaxia hace que se sumen esas 6 horas anualmente.

Bueno, aquí estamos celebrando otro fin de año, gracias al calendario gregoriano, pero aprovechare la última columna del año para agradecerles el leerme a mí y a todos mis compañeros este 2020 tan caótico, espero que estas columnas hayan sido de su agrado y que al menos aprendieran algo nuevo con ellas pues ese es el motivo real del por qué escribo semana tras semana.

Por un 2021 con más columnas y más avances científicos y tecnológicos, con cariño Bruno Rico.

“¿Quién se atrevería a afirmar que sabemos todo lo que hay que saber?”

–Galileo Galilei, astrónomo, filósofo, ingeniero, ​​matemático y físico italiano.

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