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Pan rancio

Por Rodrigo Chávez

Cuando al pan se le ponen demasiados conservadores no se llena de moho pero eso no evita que se haga duro, que se vuelva insípido o que haga mucho más daño que lo que se hace con las manos, desde el pueblo.

Esta metáfora sobre los panes es ambigua a propósito. Es que, a decir verdad, no encuentro como tratar de aligerar y de analizar un tema tan poco propositivo y sumamente redundante como lo es el escándalo de la panista Lía Limón en días recientes.

La secretaria de la comisión de derechos humanos del sexenio de Enrique Peña Nieto y señalada por las familia, víctimas del crimen de estado en Ayotzinapa, como la responsable de intentar comprar el silencio con dinero y quien en su infinita apatía o incompetencia no consiguió realizar siquiera un registro de las desapariciones que sucedieron en el país en el sexenio anterior.

En días recientes junto con otros alcaldes electos del partido Acción Nacional se reunieron en un mitin en el centro histórico de la ciudad de México para refrendar su sectarismo y su amenaza de generar un ambiente de ingobernabilidad e inoperancia de su parte para con el gobierno de Claudia Sheinbaum. Al más puro estilo de Enrique Alfaro y sus amigos decidieron formar un eje político que a ratos parece estar cerca de proponer separar las alcaldías de la ciudad de México.

Sandra Cuevas, Santiago Taboada y Adrián Ruvalcaba resaltan de entre los separatistas de la ciudad de México, cada unx de ellxs peor que el anterior. Sandra Cuevas es el caballo oculto que Ricardo Monreal apoyó como parte de su estrategia por fortalecerse y posicionarse rumbo a 2024. Santiago Taboada, alcalde de Benito Juárez está íntimamente relacionado con  la mafia inmobiliaria y podríamos especular sin temor a equivocarnos que fueron las constructoras quienes pagaron la campaña. Adrián Ruvalcaba es el alcalde de Cuajimalpa que ha tenido un descontrol sobre el crecimiento de la violencia y las células de venta de drogas en la alcaldía, además de presionar a comerciantes del centro de la alcaldía para apoyar a través de la violencia o concesiones para el comercio.

Insisto en que cuando al pan se le ponen muchos conservadores se queda insípido y feo, corriendo el riesgo de ponerse tan duro como el yunque.

El mitin se realizó con normalidad y civilidad la llamada Unión de Alcaldes pudo presumir ante los medios su capacidad de manejar doble discurso cuando por un lado dicen trabajar por todos los habitantes de la ciudad y por el otro dejan en claro que no piensan permitir que el gobierno de la ciudad desarrolle sus labores con normalidad en las alcaldías que sienten suyas.

El zafarrancho comenzó cuando en un ataque de poder los alcaldes decidieron ir al congreso de la ciudad de México a intentar detener la sesión y “salvar la democracia” atentando así contra el poder legislativo.

Como es tristemente común, en los periodos extraordinarios la presidenta de la mesa directiva del congreso; Patricia Baéz, solicitó previamente la presencia policial a las afueras del recinto. Cabe resaltar que Patricia pertenece a la bancada blanquiazul en el legislativo.

Ante la presencia de elementos la alcaldesa electa, Sandra Cuevas, haciendo uso de sus habilidades de parkour solicitó a sus seguidores que la levantaran por sobre el cerco para poder burlarlo, seguido a esto Lía Limón seguiría sus pasos con la gran diferencia de que el barrio fue lo que le permitió a Sandra caer con bien mientras la ausencia de esa pericia causó que Lía Limón chocara, según cuentan quienes estuvieron en el lugar, contra uno de los escudos que usan los policías.

Lía Limón y Santiago Taboada aprovecharon el incidente para grabar un par de vídeos culpando a Claudia Sheinbaum de la presencia policial y acusando al gobierno de la CDMX de una “terrible y cruel represión”.

Aquí quisiera ser muy claro, yo nunca voy a defender a los policías ni a estar de acuerdo con la represión, sin embargo, cuando los elementos fueron pedidos por una diputada panista y los alcaldes no tienen habilidades para saltar un cerco policial acusar represión es cuando menos risible.

Es indignante que Lía Limón quiera vender la narrativa de ser una perseguida por la 4T cuando las personas que hemos tomado las calles y vivido la represión policial sabemos que un arañazo es apenas algo. Por mucho menos de lo que hicieron estos alcaldes muchos de los que me leen y amigos han terminado con la cara en el piso y la bota en el cuello.

Lía Limón no es víctima de la policía, fue víctima de su bravuconería que, en grupo, la valentonó a ir al congreso local, es culpa de su falta de habilidad o de maña para hacer lo que hizo Sandra Cuevas y es víctima de un terrible sectarismo que, desde antes de empezar sus funciones, nos permite vislumbrar lo difícil que será este trienio para quienes vivimos en la alcaldía.

La delegada electa encontró desde ya una justificación a todo lo que pueda salir mal de hoy en adelante. Su victimización en medios va a ser una carta reiterada y sostenida en su administración para pintarse como la víctima de una represión constante.

Es indigno tener una alcaldesa que acusa una represión inexistente y que espera poder encabezar una alcaldía en la que la gente de San Bartolo Ameyalco fue realmente reprimida en 2014 para ser despojados de sus recursos naturales por Leonel Luna quien, por cierto, Lía Limón juro poner en un cuadro en su oficina.

Los alcaldes del panismo están urgidos de atención, votos y legitimidad y se les nota muy nerviosos, saben que la vacante de perfiles en la alianza va por México rumbo al 2024 es obvia. Este grupo está condenado a desaparecer por su propia ambición. En menos tiempo de lo que pensamos comenzarán a traicionarse entre ellos con la meta de ser candidatxs a la jefatura de gobierno y permítame decirle señora, Limón que un rasguño en la nariz no basta para aspirar tan alto.

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