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Del ITAM al instituto Cervantes

Por Rodrigo Chávez. 

 

¿Cuál es la probabilidad de que una persona con un trastorno mental inicie un tiroteo? Bueno, según los estudios recientes de Michael Stone en U. S. A. solamente el 20% de los actores de algún tiroteo masivo padece trastornos psiquiátricos, en otras palabras el 80% de las personas que han cometido un tiroteo en Estados Unidos son personas <mentalmente saludables> pero llenas de odio y estrés. Y justo ahí es dónde me quiero detener, en México desde 2014 hemos tenido al menos un tiroteo escolar al año y en estos 6 años nadie ha tenido reparo en preguntar ¿por qué los niños o adolescentes hacen estas cosas? Las respuestas fáciles y de análisis simplistas son siempre muy cómodas, "son enfermos mentales" dice la gente, pero los estudios dicen que no, que la probabilidad de que eso suceda es 4 veces menor a que lo haga alguien sano. Ya hablé una vez del suicidio y como es algo común entre los estudiantes de nivel superior pero quiero aquí trazar una línea clara, creo que la pregunta que debemos hacernos después de lo de la semana pasada es: ¿que lleva a una persona a quitar y/o quitarse la vida? 

Las respuestas son variadas, condicionadas y complejas pero podemos trazar una línea de ruta común, el abandono psicológico y sus efectos en el individuo. 

Apenas la semana pasada escribí sobre el adultocentrismo y como es que este pensamiento anula por completo la validez de argumentación e incluso de ideas de los niños, jóvenes y adolescentes, bueno. Quisiera que hoy, si ustedes tienen hijas, hijos o conviven con algún niño recuerden cuándo fue la última vez que le preguntaron <¿Cómo te sientes contigo?, ¿has estado feliz últimamente?, ¿hay algo que quieras hablar o en qué te pueda ayudar?> imagino la respuesta, lo más común es que enfrascados en la lógica del adultocentrismo desechemos o minimicemos el sentir de los más pequeños "son adolescentes, de todo se quejan, no le hagas caso anda en la edad de la punzada" y muchas otras frases vienen a mi mente, pero, ¿has pensado que tal vez eso mismo le dijeron a los tres estudiantes del ITAM que se suicidaron el semestre pasado?, quizá eso mismo le dijeron al niño en Torreón. 

¿Y si no estaban locos?, ¿y si no eran muy <débiles> para aguantar lo que la institución les pedía?, quizá sólo necesitaban que alguien los escuchara, igual y el acceso a un profesional de la salud mental pudo haber evitado que eso sucediera. Quizá los que fallamos hemos sido nosotros, todos nosotros. 

Fallamos como compañeros de clase cuando ensimismados decidimos humillar a quien no nos parece muy brillante, cuando con nuestros amigos nos reímos del “teto” o del “torpe”, fallamos como profesores cuando estamos más preocupados con cumplir un temario y más aún cuando la deserción de los alumnos en nuestra clase es motivo de orgullo, cuando decidimos exhibir a los alumnos menos astutos o más débiles, fallamos como familiares cuando obviamos o minimizamos el sentir de los más pequeños, cuando juzgamos sus sentimientos o cuando constantemente atacamos sus ideas o su sentir, fallamos como sociedad cuando nos mostramos indiferentes ante quienes no son iguales a nosotros, fallamos como gobierno cuando la salud mental es un privilegio de clase y no existe la mínima intensión en romper con eso, fallamos como amigos cuando decidimos alejarnos de las personas “de hueva” que siempre se sienten mal y que nunca quieren salir, todos fallamos y poco a poco vamos haciendo que las situaciones se vuelvan más difíciles.

 

Intenta ponerte en ese lugar, imagina por un momento que no te sientes suficiente con lo que estás haciendo o lo que eres, que no puedes acudir a tu familia porque de alguna manera encontrarán la forma de culparte por sentirte así antes de mostrar un poco de empatía, quizá te digan que estás loca o loco, que no hay motivo y que incluso deberías sentirte mal por pensar así, que tus amistades dejan de llamar, de contestar e incluso te comienzan a evitar porque “que pereza escuchar a esa persona que siempre está mal”, quizá pueda acercarme a algún profesor, ¿no? pero solo se tratan temas de clase, tu vida personal va aparte, ¿el servicio de atención psicológica de la escuela? claro, en 6 meses puede que me atiendan, ¿atención privada? de 600 pesos semanales en adelante… no los tengo… Y entonces, estás solo, no hay nadie afuera, al contrario, los problemas se agudizan, el cómo te sientes ha comenzado a afectar tu vida escolar, un profesor se enteró de tu problema y hoy ha decidido hacer un chiste al respecto frente a todos, sabes que la gente habla de ti: “no debería estar aquí si no le gusta”, “si no puede con esto no podrá con la vida allá afuera” y las personas a las que jamás les has agradado aprovechan y en la lógica de competencia te atacan; “si no puedes con esto mejor matate, es que es taaan sencillo”, tus padre comienzan a desesperarse, ¿por qué has bajado las calificaciones?, “tienes una única responsabilidad”, ¿pensar en renunciar? ¡IMPOSIBLE! te gritas a ti mismo, no puedes decepcionar así a todos los que creen en ti, ¿y entonces? y entonces esa olla de presión llega el día en que estalla, quizá es cierto que debería matarme, no soy capaz de continuar con esto… no hay una sola persona que realmente crea en mí, estoy sola o solo y no importa demasiado que me quite la vida o por otro lado el acoso es tan constante y el desentendimiento tan grande que comienzas a pensar que este mundo es demasiado duro, quisieras matar a aquellos que todos los días te menosprecian, aquellos que no te dejan respirar en paz, aquellos que parecen odiarte en verdad, no puedes más, no sabes que hacer, nadie parece querer ayudarte… y entonces tendrás que tomar una decisión, los resultados son lamentables, según la ONU en el 2019 una persona tomó una decisión así cada 40 segundos, mientras leías esto se han suicidado al menos 2 personas en el mundo.

Lo ocurrido en Torreón no es culpa de los videojuegos, no es culpa de la televisión, NO ES CULPA DE UN NIÑO DE 11 AÑOS. Lo que ocurrió en el Instituto Cervantes y en el ITAM y en todos los lugares es culpa nuestra y ya basta de buscar ideas que nos complazcan, no hay enemigo externo, no hay una razón lejana, somos nosotros.

Un niño de 11 años no debería haber tenido acceso a 2 armas de fuego así como no debió sentirse completamente abandonado, ¿es que acaso nadie fue capaz de escuchar a un niño? o es simplemente que los niños son muy pequeños para tener problemas…

“La vida no es fácil para nadie”, quizá no pero sí puedes evitar hacerle el paso más pesado a los demás, puedes escuchar a alguien, puedes darle un abrazo, puede preguntar ¿Cómo estás? y escuchar, realmente escuchar. Bauman dice que el problema de la sociedad actual es que la sociedad no existe, nadie crea comunidad porque a nadie le importa lo que suceda con el otro a menos que afecte mis posesiones y es triste ver que esto es así…

¿De verdad es tan difícil darle una mano a alguien?, escucharlo, abrazarlo, decirle cuánto te importa, quizá solo necesita escuchar que tú crees en esa persona, que confías en sus capacidades y en sus aptitudes, que sentirse mal está bien y que puede contar contigo, quizá un “es usted una o un buen estudiante”, “tus sentimientos importan” sea suficiente, deja ya de burlarte de los demás, deja de hacer esos comentarios hirientes o “picositos”, tu “humor negro” puede ser el detonante que lleve a una persona a tomar la decisión, intenta siempre ser empático y ayudar en medida de tus posibilidades a quienes te rodean y si no los puedes ayudar deja de joderles la vida.

 

La organización entre iguales y el reconocimiento en el otro son rasgos fundamentales de la empatía pero lo son así mismo de las sociedades, exijamos a las autoridades de nuestras escuelas, universidades, ciudades, municipios, alcaldías y países atención psicológica y psiquiátrica de calidad y gratuita.

Dejemos de aspirar a ser el próximo chef Ramsay, Danna Paola o los chefs de la televisión, nadie merece ser humillado y mucho menos públicamente, nadie necesita humillar a alguien más, dejemos de idolatrar la violencia psicológica y comencemos a acompañarnos unos a otros, no vale la pena ser la persona más “perra”, creo que es mucho mejor ser una persona sensible y de apoyo para los suyos.

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