top of page

Primeros efectos del Covid

Por Rodrigo Chávez.

Una de las cosas más complejas de vivir en estos tiempos es entender la multifactoriedad de los hechos que nos rodean y que parecen no dejar de bombardearnos. A poco más de un año de la aparición de la enfermedad que ha replegado a la humanidad hacia nuestras habitaciones, podemos comenzar a ver los primeros estragos políticos de relevancia internacional.

Si bien la economía y la salud pública, elementos esenciales de la política, han sufrido ya hace bastante ayeres sus primeras afectaciones, comenzamos a ver cómo las situaciones se acentúan en los países en los que la desigualdad era insostenible.

El 19 de octubre de 2018 pudimos ver por primera vez el arribo de un fenómeno que en su momento fue significativo: la primer “caravana migrante” trató de entrar al país y fue sometida con brutalidad por la administración de Enrique Peña Nieto; apenas el año pasado, por estas fechas, vimos la lamentable acción de la Guardia Nacional de atacar a la segunda caravana que trató de entrar al país y después de ello firmamos algunos contratos de “solidaridad internacional” con USA, dichos contratos nos encomendaban, igual que en el pasado, a cerrar las fronteras y mantener a lxs migrantes en el país en lo que USA veía si eran dignos de ejercer su derecho humano a la migración, una decisión criminal e indolente por parte de ambos países.

Pese a las complejidades que representó la migración en el pasado, la indignidad que es atravesar el territorio nacional con nada más que sueños en los hombros y un estómago vacío, hoy vemos que el panorama no solo no se ha resuelto sino que la pandemia nos pone aún más problemas sobre la mesa.

La caravana de 2021 comparte características con sus predecesoras, por ejemplo, es integrada por hermanos centroamericanos, principalmente de Honduras, un país que previo al 2020 sufría ya una condición de pobreza, desigualdad y violencia bastante arraigado y profundo, el 64.5% de su población vivía en condiciones de precariedad según los reportes internacionales y el manejo pandémico de la región no ha sido precisamente victoriosa, como ha abordado en las conferencias el subsecretario de México, las condiciones económicas y estructurales afectan la posibilidad del manejo de la pandemia.

Honduras ha tenido desde su primer caso contabilizado un total de 136,000 personas infectadas, quizá la cifra puede no sonar tan alarmante cuando la comparamos con países enormes pero Honduras cuenta solo con una población de 9 millones y medio de personas, Honduras es uno de los países más afectados del continente y del mundo si lo vemos con objetividad.

No solo es entendible que ante un panorama complejo las personas decidan hacer válido su derecho humano a la migración, en momentos de tanta incertidumbre y abandono institucional parece ser la única oportunidad de salir de las condiciones a las que el sistema les ha condenado, claro que entiendo a quienes temen con mayor ímpetu a esta caravana frente a las anteriores pero quizá deberíamos hacer una pausa y pensar qué tan complicada tendría que ser la situación que vives para que decidas no solo enfrentarte a un camino lleno de peligros y complicaciones, a la represión de otros países, a la discriminación, a la posibilidad de morir por las condiciones climaticas y, por si todo esto fuera poco, enfrentarte a infectarte de un virús mortal y morir en el camino.

Sin dudas es una condición complicada la que enfrentan quienes deciden salir de sus países pero debe ser bastante doloroso no encontrar la forma de continuar en el lugar que te vió nacer.

Para los Estados receptores de dicha migración como USA, o los de paso como México, el panorama no es menos complicado que el de los hermanos centroamericanos, pues debemos ahora ajustar las estrategias de combate al virus y la vacunación para incluir a quienes buscan mejor vida. Quizá en este punto usted esté gritando desesperadamente frente a la pantalla “¿Cómo es posible que sugieras algo así?” Le pido antes de acusarme de apátrida, que me permita explicar la urgencia y necesidad de hacerlo.

La migración no solo es un fenómeno que sucede y ya, ni es una moda u ocurrencia sino que es y ha sido por mucho tiempo uno de los problemas que nos ha dejado el abandono económico y estatal de Centroamérica, además, claro, de la sobre explotación de los recursos de la nación por empresas cuyas riquezas se quedan en el norte del continente, pero contenida en un momento en el que es necesario disminuir la movilidad social, mantener la sana distancia y las medidas sanitarias esto no solo es un problema de fronteras, toma una dimensión de salubridad.

Escudarnos en el discurso del manejo pandémico para cerrar las fronteras no solo sería inhumano sino insuficiente pues a pesar de que la actual caravana se encuentra detenida en Guatemala, no tardará mucho en reagruparse o en que los que logren pasar los filtros del país vecino comiencen a entrar de manera legal o no al país, pensar en una cacería de migrantes al estilo hitleriano es simplemente repulsivo, aunque no será raro ver estos discursos por parte de los intelectuales de derecha, quizá convendría tener una perspectiva abierta a los derechos humanos de quienes migran, yendo por delante el derecho a la vida, a la salud y a la migración, desde esta perspectiva, permitir la entrada de la caravana es una obligación como lo es la vacunación de estas personas que en realidad no representan un porcentaje relevante a la estrategia de vacunación pero sí podrían representar un problema mayor en el tema hospitalario.

Salvaguardar la salud de los migrantes sería entonces un doble propósito: procurar la migración digna, a lo cual estamos obligados constitucionalmente, y proteger a la población tanto migrante como residente de una posible acentuación en los casos de Covid-19. Proteger a estas 10,000 personas contra el virus es blindar al servicio de salud y evitar su saturación, contemplando, por ejemplo, que hay lugares como la CDMX que están a punto de colapsar. Es momento de volver a entender la solución de la pandemia como un todo social y no como un factor meramente individual.

USA por su parte debe hacer lo mismo, el cambio de administración permite al menos soñar con un cambio de perspectivas sobre las políticas migratorias y es de vital importancia que el nuevo gobierno considere a las personas migrantes como un grupo prioritario en la vacunación, pues de no hacerlo se correría el riesgo de tener un brote entre población segregadas con potencial infectante a muchas más personas. Esperemos que Biden esté a la altura y represente el cambio que los norteamericanos creen que es.

Soy un párrafo. Haz clic aquí para agregar tu propio texto y edítame. Es muy sencillo.

Sobre el punto de entender la solución a la pandemia como un todo social y no como un evento particular es necesario remarcar y aplaudir la decisión del gobierno de México de reducir su velocidad de compra de dosis con el laboratorio alemán Pfizer, esta es una decisión que ha causado molestia entre quienes consideran más valiosas las vidas de unos que de otros, en este caso por el lugar de nacimiento. Según este pensar, México debería colaborar en acaparar las vacunas y no en permitir que países como Honduras tengan acceso a la compra de tan preciada solución.

El país cuenta hoy con múltiples contratos con diversos laboratorios para el abastecimiento de la vacuna, e incluso llegó al territorio el día de ayer la fórmula de la vacuna de Astrazeneca para el envasado en México, no olvidemos que esta vacuna será producida en territorio nacional y eso no solo nos asegura una cantidad prevista para el país sino que acelera el ritmo de vacunación, ceder pues las vacunas que Pfizer nos entregaría en estos momentos a países con menos oportunidades de conseguirla no deja al aire a la población mexicana pero sí permite que países de origen migratorio puedan aplicar vacunas a sus poblaciones generando así una protección previa a los problemas que será cada vez más frecuentes.

México fue uno de los pocos países que se adhirió voluntariamente al programa “COVAX” que desde el año pasado buscaba generar una estrategia de compra efectiva que evitara la disparidad de acceso a la misma, Andrés dijo que es responsabilidad de las naciones ricas procurar el bienestar de quienes no cuentan con los mismos recursos y a pesar de que México no es la economia mas estable ni más prometedora es de relevancia nacional apoyar el programa, precisamente por las complejidades que nos representa ser una nación de paso migrante.

La desigualdad social no es nueva y la migración tampoco pero las condiciones que vivimos hoy sí lo son, es importante entender que ayudar a que la pandemia no crezca en los lugares donde la única opción de una vida es la migración es una manera muy positiva de evitar que los problemas internos crezcan, ayudar pues a Honduras a vacunar a su población nos evitaría a la hora de tener que recibir una caravana migrante vacunarles nosotros.

El último tema a tratar es la vileza con que algunos mexicanos se refieren a las personas migrantes, es importante recalcar que quien emigra en esas condiciones no busca quitarte nada, busca llegar a otro país a ganarse la vida con dignidad y trabajo. Usar argumentos tan endebles es ruin, usar la pandemia como una forma de discriminar personas habla de lo desinformadas que están algunas personas y de lo inhumanos que pueden llegar a ser.

Las y los migrantes no son malos, no son enfermos y no te están quitando tu vacuna pero tu clasismo y xenofobia sí son una enfermedad.

bottom of page