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Brujas

Por Elsa Flores

Hemos nacido de espaldas al sol, una tras otra formando una especie de silencio que no deja vernos el rostro. A veces cuando el cielo canta por el rabillo vislumbramos siluetas de nosotras, sin voz ni color ni historia. Las bisabuelas sacerdotisas fueron quemadas por brujas, por alentar a las revueltas en la conquista y no dejarse doblegar ante el hombre blanco con vestidura de metal, fueron violadas por servirle al diablo que no era más que el río que corre o la tierra fértil que brinda maíz, frijol, chile. Fueron separadas para azotarlas y demostrar la violencia con la que reina el extranjero sobre la sangre colonizada.

En aquelarre bailando alrededor del fuego desnudando el alma para crear la perversión como pecado de la mujer, con el cuerpo obsceno seduciendo a los hombres bestiales sin control, con el espíritu libre que no cabía dentro de la expropiación terrenal que estaba siendo llevada a cabo. Ellas, nosotras, tan libres por los saberes ancestrales de la noche conocíamos las hierbas para el dolor y la luna para la razón.

Ahora no sabemos quiénes somos, la vida de mi madre se piensa minúscula y en soledad como la de la abuela. Ya no hay bailes, ni saberes, ni amigas, ya no somos personas solo la materialización de una idea. Las mujeres que no viven como brujas están destinadas a servir al capital, el sexo le responde a la Iglesia con adornos de oro que no da comida a los pobres, el trabajo excesivo y mal remunerado agota los suspiros y la soledad que nos han hecho cargar sofoca el pecho.

¿Somos el nacer de un amanecer? Con la sonrisa a la desconocida y el abandono del dolor familiar ¿Somos los abrazos que no recibieron todas las mujeres de la familia? Con esa amiga a la que le confías la tristeza o la decisión plena de abortar mientras tomadas de la mano esperan las pastillas hagan efecto. ¿Somos mujeres sometidas, violadas, golpeadas durante toda la vida? O ¿Somos brujas que confían en sí mismas con el conocimiento que tienen, que hacen temer al sistema y se revelan ante todo aquel que quiera su sumisión?

Las brujas no se han ido, ahora se aparecen con la cara tapada y una botella incendiada en la mano. Existen entre los montes buscando hierbas u hongos, conectando con ellas mismas a compas del sentir. Están entre las que rompen el miedo volviéndose amigas formando un círculo donde hablan sanan y crean, las que deciden sobre su vida a través de la experiencia corporal sin culpas ni ansiedad por ser. Entre más preguntamos quienes somos estamos más cerca de ser brujas.

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