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La aventura botánica continúa…

Por Beatriz Velázquez @bio_beatriz

Muchas veces me han preguntado a qué me dedico, o sobre qué es mi trabajo. A veces es complicado explicar, pues lo que hago es parte de una cadena de producción, pero no de bienes, sino de conocimiento. Trabajo en un herbario, y por mucho que la palabra resuene a “hierba”, no es un vivero en donde se tengan plantas vivas, ni un cuarto de herbolaria con frascos llenos de plantas raras como brebajes extraños, un herbario es más como una biblioteca de plantas secas que fungen como registro de la investigación de especies de plantas. ¿Y esto qué?  Gracias al trabajo de los biólogos y naturalistas, se conocen cerca de 400 mil especies de plantas (con todo algas y musgos) que ya se han descrito, pero esta labor no para. Afortunadamente muchos de los nuevos “descubrimientos” provienen del continente americano, y en nuestro México mega diverso se descubren en promedio 100 especies cada año. Esto y con más detalles, nos lo cuentan los investigadores de la Facultad de Ciencias de la UNAM, del Laboratorio de Plantas Vasculares: María Guadalupe Chávez Hernández y Leonardo O. Alvarado Cárdenas; y Cristóbal Sánchez Sánchez del Jardín Botánico de Cholula, Puebla, quienes narran en la revista de la Sociedad Botánica Mexicana “Macpalxóchitl”, los descubrimientos botánicos de este pasado año 2021, pueden consultarla en: https://www.socbot.mx/uploads/1/3/1/3/131318769/01_macpalxochitl_ene2022_reducido.pdf, en la página 59.

Los años 2020 y 2021, han sido particularmente difíciles para la investigación botánica, ya que debido a la pandemia las reglas para el trabajo presencial han cambiado de manera drástica, se limita el acceso a las colecciones biológicas (herbarios y jardines botánicos). A pesar de eso, en el año 2021 se descubrieron 80 taxones, de los cuales, 78 son especies nuevas y 76 endémicas a México y 59 están restringidas a un solo estado de la República. Los nombres asignados a las nuevas especies fueron asignados para honrar a personajes de la botánica o para señalar lugares donde se han colectado, o su hábitat. Por ejemplo, Gonolobus lozadae, Cirsium novoleonense y Echeandia cholulensis, por mencionar algunos.

¿Pero cómo podemos acercar este conocimiento botánico a los no-botánicos?

No todos tenemos el privilegio de viajar a remotos bellos lugares de la República Mexicana, pero sí podemos echarnos un vistazo a las redes que han formado los biólogos para transmitir este conocimiento, y hago una atenta invitación a que sigan la cuenta de @PlantaMexicana en Twitter y Facebook, y @plantasmexicanas en Instagram y TikTok. En todos esos canales en redes sociales podrán encontrar información exclusiva del descubrimiento botánico, así como información de talleres y cursos que puedan ser de su interés.

Y para seguirles contando de mi trabajo, detrás de cada ejemplar de herbario, que es un cartoncillo con la planta cosida y su respectiva etiqueta, hay una historia de campo, hay una pregunta de investigación, hay una intención de querer develar lo que está ahí afuera, una historia que quizás lleve más años de lo que nosotros como humanidad llevamos aquí, y todo eso para construir nuestro mundo y ordenarlo.

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