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Proletarios del mundo…

Por Rodrigo Chávez

Marx define la solidaridad de clase como el fenómeno a través del cuál los miembros de determinada clase social identifican las opresiones o privilegios de los que gozan. Por su parte la revolución cubana dice que el internacionalismo proletario es llevar este proceso a la acción, es decir, realizar acciones que puedan ayudar a otros miembros de nuestra clase social. 

Esto es relevante hoy porque quiero relatar una de las muestras más claras de dichos procesos, es necesario para esto asumirme como una persona llena de contradicciones, como lo somos todos, y que intenta ser congruente en lo que piensa, dice y hace. Esto suena a una excusa en contexto de lo que leerán a continuación.

El sábado pasado, después de la protesta en apoyo a la revolución cubana que se llevó a cabo en reforma, justo enfrente de la embajada norteamericana y en donde las demandas más claras y contundentes fueron el criminal cese al bloqueo económico que la nación vecina ha impuesto; una amiga, con quién acudí y yo decidimos cruzar la avenida para tomar un café en el Starbucks que está frente a dicha embajada. Sí, acá es dónde más de uno va a saltar a fiscalizarnos.

Al entrar al café los empleados del establecimiento no dejaron pasar la oportunidad de preguntar si veníamos de la manifestación e incluso se mostraron bastante relajados con el hecho al llamarnos camaradas a la hora de pedir nuestros nombres para las bebidas, de inicio pensamos que era una mofa dado que era contradictorio y la mayoría de gente presente en el establecimiento era cuando menos apática a lo que había ocurrido frente a ellos.

Sin embargo estábamos muy equivocados pues al afirmar lo obvio, que estábamos en la manifestación, los empleados nos dijeron que unos momentos antes uno de los clientes se había puesto bastante agresivo con ellos por mostrar su apoyo a la revolución cubana y había incluso insultado a quienes estábamos en la protesta, el relato termina acá, pero mi mente no ha dejado de pensar en ellos.

Muchos de los jóvenes que trabajan en Starbucks, en Mcdonald´s y en muchas otras cadenas de alimentos o servicios, quienes sostienen al capital, son personas sumamente conscientes de la explotación capitalista que sufren, son sujetos revolucionarios en el sentido más clásico del término y esa interacción a pesar de ser muy breve me ha dejado convencido de que la lucha es la misma. Desde luego que los empleados de Starbucks no pueden simplemente dejar el establecimiento y unirse al contingente, sería romántico pero es poco realista que eso suceda. La mayoría de empleados del mundo trabajan para cubrir necesidades básicas que el capitalismo nos ha arrebatado y la única forma de pagar el alquiler es buscando un empleo.

Quiero terminar este breve texto diciendo que, aunque a la derecha mexicana le gusta creer que un régimen de izquierda y liberador para los oprimidos es imposible en México, es cierto que nosotros somos más, que en silencio vamos ganando batallas sobre todo en el terreno ideológico y cultural, Más temprano que tarde ganaremos la lucha y podremos dar un cambio irreversible a tanta explotación.

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