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Marilyn Manson

Por: Gabriela Del Reyo

En 1999, 2 jóvenes cometieron una masacre en la secundaria Columbine en el estado de Colorado, en donde asesinaron a 13 personas y otras 24 resultaron heridas. Finalmente ambos se suicidaron antes de ser apresados por la policía. Los padres y la sociedad estadounidense (principalmente cristiana y conservadora), en vez de luchar y ejercer presión en contra del comercio de armas que sigue causando masacres actualmente en ese país, prefirieron culpar a un videojuego llamado Doom y a un hombre que comenzaba a volverse famoso a través de su característico estilo y arte: Marilyn Manson.

Mientras lxs cristianxs y conservadorxs relacionaban a Manson con el diablo, él ganaba más fama y poder gracias a esos adjetivos, y se volvió el ícono de aquellxs que siempre nos hemos sentido relegadxs y que estamos en desacuerdo con la hipocresía del sistema. Asimismo, el que quemara Biblias, usara coronas de espinas o saliera “crucificado” en sus conciertos o en las portadas de sus discos, era estéticamente maravilloso. Lamentablemente empezó a usar ese poder y la inmunidad de ser famoso para agredir mujeres sin sufrir las consecuencias de esos terribles actos, hasta ahora.

Hace unos días la actriz Evan Rachel Wood, quien fue su novia en 2007, y al menos otras 10 mujeres denunciaron a Marilyn Manson por violación, abuso sexual, violencia física, abuso emocional y acoso. Tanto Rose McGowan, quien fue novia de Manson de 1997-2001 y fue una de las mujeres que inició el movimiento #MeToo en Hollywood, como Dita Von Teese (ex esposa de Manson) mostraron su apoyo a Rachel Wood y a las demás mujeres que habían sufrido estas violencias, a pesar de que ambas no vivieron esas situaciones violentas con él.

Manson lanzó un comunicado negando estas acusaciones y algunxs fans han salido a su defensa; sin embargo es imposible darle el beneficio de la duda cuando el mismo Manson en su biografía confesó que él y su ex-amigo, el compositor Trent Reznor, abusaron de una mujer cuando estaba muy drogada, y en varias entrevistas narró como fantaseaba con asesinar a Evan cuando ella decidió dejarlo.

Reznor negó esas acusaciones y mencionó que por años ha declarado que Manson es una terrible persona. Otros músicos han apoyado a las mujeres que denunciaron y han contado las experiencias de violencia que presenciaron en los años que trabajaron con él. Asimismo, la disquera Loma Vista Recordings anunció que no trabajaría más con Manson y que tampoco promocionarían su más reciente álbum, y la producción de la serie American Gods decidió mostrar su apoyo al eliminar la escena que él protagonizaba.

En lo personal, aunque Marilyn Manson fue uno de mis artistas favoritos, he decidido no escucharlo más. Muchxs piensan que es necesario separar al artista de la obra, pero es imposible. Al seguir consumiendo su música por las plataformas de streaming o al comprar sus discos, es como si nada hubiera pasado porque continúa recibiendo dinero y generando admiración y fama.

Es necesario que los agresores sufran las consecuencias de sus actos, que se elimine la impunidad patriarcal que tanto daño ha hecho, y apoyar a la víctimas. El dejar de consumir su arte es lo mínimo que podemos hacer.

Probablemente, extrañarán su música, pero hay otrxs nuevxs artistas que están innovando el género del hard rock y metal; por ejemplo, la cantante y compositora Poppy en su último álbum I Disagree, y Ghostemane, han mezclado el género con sonidos electrónicos y rap. Ambxs son artistas que valen mucho la pena escuchar.

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