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Una tradición olímpica

Por Bruno Rico Gómez

Desde tiempos antiguos el ser humano siempre ha competido de una u otra manera para demostrar quién es el mejor de todos y no hay mejor manera que hacerlo en una competencia justa. El origen de las olimpiadas se da en la antigua Grecia donde por más de mil años se ofrecían los juegos a Zeus, Apolo y Poseidón.

Los deportes antiguos comprendían de atletismo, salto, lanzamiento de jabalina, disco, etcétera aunque también existieron disciplinas de artes como teatro y alfarería. Pero la introducción de este evento al mundo nuevo se dio de la mano del descubrimiento de la ciudad de Olimpia por el arqueólogo alemán Ernst Curtius el 4 de octubre de 1875 y con la intervención del barón Pierre de Coubertin que decide extender estas olimpiadas a todo el mundo.

Por tal razón, el 24 de junio de 1894 se inauguraron los primeros juegos olímpicos modernos en la ciudad de Atenas. Desde ese momento hasta ahora se han realizado 28 versiones de este magno evento, lo que lo vuelve uno de los principales fenómenos deportivos del mundo.

A pesar de ser un símbolo de unidad internacional a través de la historia han existido dos ocasiones en donde lamentablemente no pudieron ser realizadas los eventos, la primera y segunda guerra mundial. Similar a una guerra, los juegos olímpicos han ayudado al desarrollo tecnológico de los deportes como fue aquella introducción de la suela de waffle en las zapatillas deportivas de Nike, que en su época fueron los mejores zapatos, o como las nuevas soluciones de electrolitos de Gatorade y Powerade para mejorar la hidratación de los deportistas.

No solo ha mejorado cada vez más la utilería, sino que los deportes mismos, esto se debe principalmente a que los deportistas buscan romper sus límites en cada edición que pasa. De los cambios más notables la disciplina de gimnasia es la que más se ha innovado, solo basta con  ver los archivos de hace 40 o 50 años para notar que las rutinas han cambiado de una manera brutal.

Aunque se sabe que las naciones que hospedan los deportes suelen quedar endeudadas por la producción de dichos eventos, poco a poco ha logrado mitigar estos efectos. Como se pudo observar en la edición más actual donde las camas de los deportistas son de cartón y aunque algunos piensan que es para evitar el coito realmente cumplen con la función de un reciclaje del 100%. Otra situación polémica es la pirotecnia de los eventos que para esta edición fue cambiada por animaciones con drones para mitigar el efecto negativo causado por los gases generados en la combustión de la pólvora.

La edición actual, Tokio 2020, promete el descubrimiento de nuevas estrellas y también el final de muchas otras por lo que será una edición para añorar. La próxima edición se llevará a cabo en París en el 2024 y esperemos que la innovación para evitar los gastos drásticos así como los daños ecológicos aumente para que la preservación de los juegos dure aún más décadas. En esta su columna externamos éxito total a la delegación mexicana y que caigan más preseas en nombre de la nación.

“Lo mejor que tienen los sueños es que se pueden hacer realidad”

- Barón Pierre de Coubertain (1863 – 1937), padre de los Juegos Olímpicos modernos.

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