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La mujeres y el pulque pt 2

Por Ankaret Alfaro

La concepción de la mujer en el mundo Indígena

“Es precisamente en el marco de las prácticas rituales indígenas, y en el seno del relato mítico que las acompañaba, en donde se encuentran los primeros datos que ubican el estrecho vínculo entre los orígenes mismos del pulque y la mujer.”[9]

Las mujeres conformaron un papel destacado en la cosmovisión indígena debido a su capacidad de reproducir vidas distintas a la de ellas, hecho que logró colocarlas bajo diversas divinidades. Un ejemplo, es justo el de Mayahuel, asociado a los ritos relacionados a la fertilidad y por lo tanto, al consumo de pulque; y por ejemplo, Izpapalotl relacionada al mítico origen del conocimiento de la planta. Y así, la mayoría de relatos relacionados con el origen o descubrimiento del pulque tienen como protagonista a una mujer que posteriormente, se diviniza. En ese sentido, puede que se asocie a la práctica festiva y ritual de elogio a los dioses en sus prácticas religiosas en las cuales justo se bebía “hasta la saturación” (en algunas de esas fiestas en las que se ingería pulque de manera excesiva, también participaban niños y niñas, incluso hay una fiesta llamada “pilloano” o borrachera de los infantes) “En esta borrachera todos bebían pulque, hombres y mujeres, niños, niñas, viejos y mozos. Todos se emborrachaban públicamente y todos llevaban su pulque consigo; y los unos daban de beber a los otros, y los otros a los otros; andaba el pulque como agua en abundancia”[10] La permisión de la ingesta de pulque a niños y niñas estaba relacionado a otra ceremonia en la que se les perforaban los lóbulos, por lo que esta práctica puede estar asociada con calmar el dolor, además de incluirlos en los rituales que tenían más importancia en su comunidad y en ese sentido, al uso arraigado del pulque.

Aquí comienzan las sugerencias a razones rituales que enmarcan la participación de las mujeres no solo en el consumo del pulque sino en su producción. En cuanto a la producción la situación se percibe muy similar; cuenta Torquemada que en cierta ocasión en la que Nezahualcóyotl huía del acoso de Tezozomoc, se introdujo en la casa de una viuda a la que sorprendió elaborando pulque para su comercio, práctica al parecer vedada en los tiempos del rey texcocano. Debido a ello Tziltomiauh, que era el nombre de la viuda, recibió de Nezahualcóyotl el máximo castigo.[11]

 

Cristianización de Mayahuel

Los rituales religiosos dedicados a la diosa desaparecieron, pero su vinculación con el maguey y el pulque después se asoció con la virgen de los Remedios, (su imagen es representada encima de un maguey “a manera de sugerente extensión iconográfica de la diosa Mayahuel”)

Los ritos asociados al maguey, al pulque y a Mayahuel pasaron a ser considerados como paganos, por lo que, como muchos otros, pasaron a transformarse a lo largo de la época colonial. En este sentido, existen textos elaborados durante la primera mitad del siglo XVII en los que se puede comprobar esos procesos de transformación que tuvieron las creencias sobre el maguey y Mayahuel:

“Ea, que ya es tiempo, espiritado cuya dicha está en las aguas: vamos que hemos de arrancar, y levantar la estimable mujer, la de ocho en orden, que he de ir a plantarla… Tengo de ir a ponerla en lugar muy a propósito, y muy fértil que le he limpiado; allí la tengo de poner donde esté a su gusto”[12]

 

Por otro lado, Hernando Ruiz de Alarcón escribe una versión del conjuro muy similar a la anterior:

“Dicho esto los planta, y adviértase que los llama mujer de ocho en orden u en hilera, porque de ordinario los ponen como ajedrezados en hileras de ocho en ocho, Con esto van muy contentos con que dejan plantada su viña y hecha la infernal recomendación” [13]

 

Restricción del consumo del pulque en la época colonial.

Durante el proceso de colonización, se quitaron aquellas restricciones respecto a la producción y consumo de pulque, pero como consecuencia, la población indígena no reparó en comenzar a abusar de la bebida, por lo que al final, los españoles volvieron a restringir su consumo: la corona, por medio de una “serie de Reales Cédulas, como las de 1529 y 1545, por las que se prohibió el pulque compuesto (…) sólo se permitió la producción y comercialización de pulque blanco”[14]

 

Posteriormente, también se limitó su comercio, que anteriormente no estaba controlado de ninguna manera, por lo que se decidió otorgar licencias únicamente a mujeres indígenas para poder producir y comercializarlo, y así comenzó a crecer el “mercado pulquero”, por lo que se ordenó que por cada cien indios una india anciana les pudiera vender el pulque -blanco- pero esta anciana, debería tener “buena conciencia”, tener buenas referencias y ser pobre, además de que no podía ser la criada de alguna familia española, escribanos o nahuatlatos. Posteriormente, en 1639, el virrey marqués de Cadereyta ordenó en 1639 que hubiese únicamente dos indias por barrio indígena de la ciudad de México que pudiera vender pulque blanco, y además sólo podía venderse durante cierto horario, que era de las diez de la mañana a cuatro de la tarde durante los días en los que se trabajaba, y en días festivos del medio día a las cinco de la tarde. [15]

[9] Soberón Arturo, “Indias, mulatas, mestizas y criollas en la industria pulquera del México colonial” en La diversidad del siglo XVIII novohispano: homenaje a Roberto Moreno de los Arcos, Instituto de Investigaciones Históricas, UNAM, 2000 pp. 3

[10] Fray Bernadino de Sahagún, Historia general de las cosas de Nueva España, México, edición fascimil, Archivo General de la Nación 1979, libro 1, capitulo 16

[11] Fray Juan de Torquemada, Monarquía Indiana, t.1, p. 117.

[12] Dr. Jacinto de la Serna, don Pedro Ponce y fray Pedro de Feria, Tratado de las idolatrws,

supersticiones, dioses, hechicerías y otras costumbres gentílicas de las razas aborigenes de México, notas,

comentarios y estudio de Francisco del Paso y Troncoso, México, Ediciones Fuente Cultural,

1953, V. X, p. 304. Citado en Soberón Arturo, “Indias, mulatas, mestizas y criollas en la industria pulquera del México colonial” en La diversidad del siglo XVIII novohispano: homenaje a Roberto Moreno de los Arcos, Instituto de Investigaciones Históricas, UNAM, 2000

[13] Br. Hernando Ruiz de Alarcón, dr. Pedro Sánchez de Aguilar y lic. Gonzalo de Balsalobre,

[título y pie de imprenta igual al volumen ya citado], v. xx, p. 100. Citado enSoberón Arturo, “Indias, mulatas, mestizas y criollas en la industria pulquera del México colonial” en La diversidad del siglo XVIII novohispano: homenaje a Roberto Moreno de los Arcos, Instituto de Investigaciones Históricas, UNAM, 2000

[14] l José Jesús Hernández Palomo, La renta del pulque en /,a Nueva España, 1663-1810, Sevilla,

E.E.H.A., 1979, p. 32. Citado en •  Soberón Arturo, “Indias, mulatas, mestizas y criollas en la industria pulquera del México colonial” en La diversidad del siglo XVIII novohispano: homenaje a Roberto Moreno de los Arcos, Instituto de Investigaciones Históricas, UNAM, 2000

[15] Ordenanza de don Luis de Velasco, 1608. AGN, Indios, v. 17, exp. 1, d. 2-3

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