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El error

Por Rodrigo Chávez

El mundo completo enfrenta a un enemigo en común, un enemigo que nadie vió venir y que ha doblegado a Europa y tiene casi de rodillas a Estados Unidos, los televisores hablan todo el tiempo de ese infalible enemigo y las redes sociales pasan del pavor a la risa de manera frenética.

Pero aún entre tanta confusión, aún a pesar de todo, ciertos actores políticos necesitan la atención de las personas y poder así “dirigir la opinión” o simplemente golpetear a las contrapartes políticas, a estos ávidos de atención y de aplausos habría simplemente que ignorarlos en un momento tan crucial para el país y el mundo, no solo porque no suman sino por la inestabilidad que pueden generar.

Felipe Calderón no ha dudado un solo instante en señalar (torpemente) que el gobierno actual está tomando decisiones equivocadas para ser corregido ya no por los simpatizantes de AMLO o por los ideólogos de la 4T sino por el embajador de los Estados Unidos en México e incluso corrió con la mala suerte de haber juzgado las acciones del gobierno federal como insuficientes un día antes de que la OMS determinara que en México se habían tomado las decisiones correctas en el momento exacto.

Así mismo Denisse Dresser necesita un poco de la atención pública que ha monopolizado el COVID y a través de preguntas catastrofistas y peticiones inhumanas y ruines ha esperado que se le ponga atención. Apenas ayer la politóloga le pedía a Hugo López-Gatell dar un número certero de las aproximaciones de muerte en el país, Denisse no quiere en realidad saber cuántas personas están siendo afectadas, cuántas de ellas estarán en peligro o cuántas se han recuperado, en otras palabras, a Denisse no le importa lo  que Hugo López-Gatell dice cada día en la conferencia vespertina, no le importan los datos duros, lo que ella busca es la especulación, la incertidumbre y el miedo para poder generar sus columnas de opinión con cierto sesgo ideológico que abra la puerta a minar la legitimidad del gobierno y mejor aún, capitalizar por algún otro actor político (cómo Calderón)...

Denisse no quiere cuidar a nadie, ni a sí misma, lo que quiere es generar pánico entre quienes la siguen y que estos  su vez exijan que se tomen medidas más represivas para así poder decir que vivimos una dictadura.

Otro actor de la vida pública nacional al que no se le puede imputar nombre ni rostro específico pero ha estado haciendo una actuación lamentable, por no decir que ha hecho el ridículo, y que es importante que tome en serio su papel son los grandes medios de comunicación, las conferencias vespertinas han estado, día a día, llenas de información vital para poder entender al virus, a la enfermedad y sobre todo las medidas que se están tomando para salvaguardar a la ciudadanía, sin embargo la prensa parece que no es capaz de prestar atención a la conferencia y son capaces de preguntar hasta 3 veces una duda.

Pareciera, también que la prensa y los reporteros de estos medios masivos no buscan una respuesta ni mucho menos la veracidad de la misma, buscan que los funcionarios digan y hagan lo que quieren, parece ser que la prensa desea dictar y elegir las palabras para que puedan darle la razón a los intelectuales de sus canales televisivos, hacen preguntas insidiosas, interrumpen las explicaciones, exigen que se les responda lo que ellos desean y de no ser así se molestan y gritan, hacen (de mala fé) preguntas catastrofistas y en sus espacios de noticias pasan imágenes repetidas, todo el tiempo, de lo que está sucediendo en otras latitudes, con el pretexto de “querer evitar llegar a eso” genera en sus televidentes y sus audiencias un estado de ansiedad y estrés generalizados que además de insano es inmoral y es anti ético por parte de estos pseudo informadores y pseudo periodistas que hace mucho vendieron el valor de sus plumas a la línea ideológica de algún capital privado…

Pero de entre todos los ventajosos, carroñeros y viles actores políticos que han estado operando hay uno que simplemente supera por mucho la necesidad de atención de los anteriores…

Su nombre es Donald Trump.

Ante la crisis del COVID y la emergencia sanitaria Donald Trump ha decidido revivir uno de sus temas catastróficos y post apocalípticos favoritos para tratar de sobrevivir a la presión dentro de sus fronteras. ¡VENEZUELA!

En un momento de crisis internacional en la que los presidentes del mundo llaman a la solidaridad y fraternidad universales, en la que AMLO frente a las 19 naciones más poderosas del mundo le pidió a las grandes potencias una tregua de ataques económicos, cuanto y más bélicos, para poder salir juntos de esta crisis y enfrentar la que viene unidos en hermandad Donald decidió que era el momento perfecto para presentar cargos en contra de Nicolás Maduro la semana pasada y enviar, el día de ayer, buques de guerra y elementos militares a las aguas de la nación sudamericana.

Ahora bien, déjenme aclarar mi posición para con Maduro; Señor Nicolás, no crea que somos aliados, no defenderé su régimen sustentado en la violencia de Estado, la represión constante y la precarización de su nación, surgida sí de una crisis externa y de un movimiento de capitales que desfalco las finanzas públicas pero admitamoslo Nicolás, no tienes madera de líder, te quedan enormes los zapatos que Chávez te dejó, no es para menos pero es momento de que transiciones el poder, estoy de acuerdo cuando dices que no es buena idea dárselo a ese hombrecito pequeño que ha pedido a gritos desde el año pasado una guerra en Venezuela pero tú, eres insostenible en el poder, Nicolás, es hora de aceptar el fracaso de tu administración, dimitir y salir de la contienda.

Sí, lo sé, sé que no puedes hacerlo en este preciso instante, que el covd te agobia y un cambio como el suscrito aquí conlleva ajustes estructurales enormes, pero una vez controlado el COVID deberías dejar el puesto.

Ahora, usted, señor Donald, ¿en serio?, ¿Es acaso que no ha encontrado una manera mínimamente positiva de recuperar el foco público y hacer campaña electoral para las primarias en Estados Unidos?, ¿Es tan pequeña su base electoral y tan desvanecida su popularidad que requiere de los escenarios catastrofistas para que sus discursos de odio cobren sentido entre los electores de su nación?

No respondas Donald, todos sabemos que sí, que tienes miedo de perder el poder porque eso significaría, tal vez, enfrentar la justicia por las mujeres que acosaste y violaste, por los manejos irresponsables del poder y para ti, perder la atención y perder el poder te llevarían a ser un nadie, un capital más, sin rostro ni nombre, la gente hablaría de ti como ya lo hacen pero no tendrías la oportunidad de callarlos, te urge legitimar una invasión en latinoamérica a través de un discurso tan chafa como “la lucha contra las drogas”...

No somos tan torpes, Donald, sabemos que ese <combate contra las drogas> no es más que una forma en la que los gobiernos potencia intervienen en la autonomía y soberanía de las naciones y son sometidas a los intereses de los primeros, sabemos, aunque no queramos decirlo en público que su lucha <anticomunista> de los 70 y 80 mutó en los 90 a la lucha <antidrogas>.

Donald, el mundo no es tuyo y aunque Maduro sea un estúpido deberías, tal vez, dejar de hacer movimientos tan ruines y tan miserables en tiempos de pandemia global. 

Si alguno de mis lectores ve como positivo alguno de los actos que han cometido los diferentes actores políticos aquí expuestos los invito a reflexionar sobre el caos generalizado que pueden causar, el catastrofismo de los medios de comunicación puede generar daños psicológicos a las audiencias, el golpeteo constante de Calderón y Dresser busca causar ingobernabilidad para poder justificar su postura ideológica y vendernos la receta a la enfermedad que ellos habrán ayudado a crear.

Lo de Trump generaría tensiones diplomáticas globales y una ruptura enorme en el continente que agravaría de sobre manera la crisis económica que está justo detrás del COVID.

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