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Mala mía

Elsa Flores

Las nubes doradas atravesando el sol es como despido la vida, con la cabeza fuera de la ventana intentando ser cielo, los brazos al aire buscando perdonar.

Niña, si pudiera guardar tu risa en la piel sonaría a mar

las mejillas chapeadas de tanto cantar 

el cabello, casi negro entrelazado con el universo.

Buscando perdonar… tanto dolor en el cuerpo, escondiendo el existir detrás de la oreja ¿dónde está el apocalipsis?  

Todas las noches velando a la culpa, recorriendo con ojo de gato el cuerpo ajeno, extranjero, incoloro a la mente aturdida ardiendo en deseo por ser venus

Llueve en junio inundando el baño arrinconando al silencio que perduro violento después de asaltar los labios.

Buscando perdonar… aquella oscuridad que llego a manchar de sangre sabanas blancas, despojando al alma con marcas del encadenamiento corpóreo del dueño y señor.

Sepulto al útero que destrozo

asfixio a la flor

lloro por autodefensa.

Buscando perdonar… a la enferma de tuberculosis y el rastro de su muerte que la ayudo a vivir un día más lejos del frío.

La inseguridad que hay entre cuerpo y vestido, enmarcando al horizonte colores naranjas que se podrían comer si la mente no estuviera en huelga de hambre como solución.

En el verano corrí al sur, soltando migajas de perdón dejando en agonía la mujer que no soy, a veces vuelvo envuelta de tormenta sin encontrar la canción que de niña silbaba, no hay nada, no hay perdón que pueda cargar en el existir porque demasiado lejos estoy ahora, siendo cielo, deseando no siga siendo tan difícil encontrar la razón dentro de lo que ya no quiero sentir.

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