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Algo estamos haciendo mal

Por: Jorge Kahel Ruizvisfocri Virgen

Este año visité el puesto del Instituto Nacional Electoral en la Feria Internacional del Libro, donde tome uno de sus libros de divulgación que trataba sobre la Consulta Infantil y Juvenil 2015, un ejercicio que busco darle voz a las niñas y los niños mexicanos.

Tristemente, lo que los niños tienen que decir sobre México es desesperanzador. Mientras recorría las páginas del libro, me encontré con copias de dibujos hechos por los pequeños de nuestro país, donde se les pedía que describieran el lugar donde vivían. Sus dibujos son abrumadores: escenas de violencia, tristeza, inseguridad y muerte.

Una niña chihuahuense dibujó a una figura humana en una acera, cubierta de heridas y rodeada por manchas de sangre. Un niño de Ciudad de México dibujó a un sujeto armado acribillando a policías, que se encuentran muertos y ultrajados, y escribió un mensaje: “soy hijo de un narco”, junto a un corazón. Una niña guerrerense dibujó a una mujer embarazada asesinada por un machetazo, rodeada de sangre y armas, así como a un niño muerto por una bala junto a una ametralladora, junto con un mensaje aciago: “el pueblo descuartizado”. Un niño de Hidalgo dibujó a un sujeto secuestrado en una casa roja, con cuatro individuos fuera apertrechados con pistolas. Un niño de Morelos dibujó un cielo negro, sin importar que tenía un sol, y debajo de el a figuras negras combatiendo con sendas armas en una batalla campal.

Los dibujos de los niños michoacanos también describen horrores que ningún infante jamás debería presenciar: un niño pintó su casa con un helicóptero disparando encima de ella; otro dibujó a una figura sombría con un cuchillo en una mano y una cabeza decapitada en la otra, chorreante de sangre ilustrada en negro; y la niña que no dibujó ningún acto violento solo puso una gran cara triste con su nombre encima.

Incluso los dibujos que parecen positivos encierran aciagos mensajes esperando ser vistos: Un niño de la ciudad de México describe su ciudad, el cielo y sus ríos, los cuales son color negro y tienen peces que parecen muertos; un niño veracruzano ilustró su casa, un jardín con pasto, árboles y la calle cercana a su casa, donde su padre es asaltado por un criminal; mientras que otra niña veracruzana pinto una casa frente un parque, con niños jugando en columpios y resbaladillas, junto a una leyenda: “quiero seguridad y tranquilidad para los niños y las niñas”.

Algo estamos haciendo mal, porque nuestras niñas y niños viven en carne propia la brutalidad de México, que en lugar de causarnos terror lo tomamos con normalidad. Cuando sucedió el Culiacanazo, el video que más me impactó fue el de un padre que esta con sus hijos agachado mientras hay enfrentamientos por toda la ciudad, y les pide que se queden junto a él mientras todo pasa.

Y aunque me gustaría escribir que hechos como los de Culiacán fueron incidentes aislados, la realidad prueba lo contrario: En el último año hubo enfrentamientos con múltiples muertes en Guerrero, Michoacán, Tamaulipas, Chihuahua y otros lados. No pasa una semana sin que escuchemos sobre un tiroteo, tal y el como el enfrentamiento de la primera semana de diciembre que se convirtió en hechos de terror cuando se dispararon ráfagas contra la presidencia municipal y se tomaron rehenes en Villa Unión, Coahuila, la refriega en Parácuaro, Michoacán durante la segunda semana de diciembre o el enfrentamiento con ocho muertos en Guanajuato que aconteció durante la tercer semana del mes.

Tenemos que replantearnos muchas cosas respecto a la paz y la seguridad en este país. ¿Qué significa la justicia y como vamos a conseguirla? ¿Cómo reduciremos el crimen sin profundizar la guerra que por 10 largos años ha cobrado miles de víctimas? ¿Cómo formaremos ciudadanos que crean en la importancia del derecho, en actuar por el bienestar de la comunidad, en comportarse con una pizca de humanidad?

¿Cómo haremos que nuestros niños ya no pinten más sangre, balas y muerte, y dibujen mejor jardines donde amigos juegan sin preocupación en una tarde cualquiera de esta tierra mexicana?

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