top of page

El blanqueamiento social en Argentina 3

Por Tania  Humara

 

Así como Bunge hay muchos teóricos de principio de siglo que contribuyeron al imaginario de las naciones de jerarquización de las razas con justificaciones mayoritariamente cientificistas y biologicistas (racistas) importadas del positivismo.

En 1914 la inmigración en Argentina había alcanzado su máximo anual y comienza a cambiar el ideal de inmigrante, pasando del europeo anglosajón como en el primer siglo de políticas de migración y blanqueamiento social al del europeo latino, en parte debido al rechazo de migrantes que trajeran ideas que pudieran alterar el orden social como el pensamiento de los anarquistas.

 Se deja de percibir que todo extranjero trae consigo civilización y las políticas migratorias se vuelven más estrictas en los años previos a la Primera Guerra Mundial al notar el incremento de asociaciones obreras y socialistas, así para 1923 se pide una carta a los inmigrantes que compruebe que no hay antecedentes penales avalado por el consulado argentino[14] como parte de las nuevas políticas para un mejor control de los migrantes por parte del Estado.

 

Con el estudio del caso argentino podemos darnos una idea de las particularidades del pensamiento hegemónico en su región, pues a diferencia de sus países vecinos que en el discurso nacionalista apelan al mestizaje, ellos enaltecen la blanquitud. En el discurso racial dominante y el imaginario social, Argentina se reconoce a sí misma como “blanca, europea (o más cercana a lo europeo), racional y católica”.[15]

En la investigación de Erika Edwards sobre “el mito de la desaparición de la población negra en Argentina”, menciona como el uso de categorías sociales que “blanquean” a los negros es la forma en que poco a poco van desapareciendo en los registros por lo cual, a principios del siglo XX esta población aparece como casi inexistente. En su investigación encontró que en los registros de la ciudad de Buenos Aires del siglo XIX,  muchos pobladores negros y de color fueron registrados como “pardos”, es decir que se tomó como una medida para aglutinar a todo lo “no blanco” (indígenas y negros) en una sola categoría[16]. Otro punto importante mencionado en su texto es el término “Trigueño”, que se refería a aquellos con rasgos más claros como los mulatos y zambos pero también para europeos de tez más oscura como algunos sicilianos y portugueses[17], con lo cual, autodeterminarse trigueño podría ser una forma de escapar de la categoría de negro y el rechazo que eso conllevaba.

 

Como mencioné con los conceptos al principio de este texto, el blanqueamiento social no solo es biológico, sino también simbólico por lo que el simple hecho de “blanquear” las formas de autodeterminación de uno mismo, representa una forma de negar el pasado para poder encajar en el modelo social y así ser más aceptado.

Así, podemos observar las particularidades del blanqueamiento en Argentina en que en el imaginario social para principios de siglo se elimina la categoría de “negro” en el país, pero es reemplazada por las nuevas categorías de “pardos”, “trigueños” o “morochos”. La desaparición de la población negra en argentina fue evidente en Argentina a principios del siglo XX pues incluso dejaron de censarlos, siguiendo el proceso de invisibilización y desplazamiento de estas comunidades.

  Alejandro Frigerio apunta que existen dos formas de entender la desaparición de la comunidad negra en Argentina y el crecimiento de la blanquedad. La primera, al igual que en el texto de Erika Edwards tiene que ver con el registro cada vez menor de personas bajo la categoría de “negro”, reemplazándolo por los criterios antes mencionados; y en segundo lugar el que se utilizaran los términos de “negro” o “cabecita negra” para referirse a la gente de bajos recursos[19].

 

El calificativo de “Cabecita negra” para referirse a la gente pobre o de clase obrera (afoargentinos e indígenas) se vuelve cada vez más común posterior al comienzo de las migraciones internas en Argentina de 1930 de las ciudades del norte como Salta y Jujuy a Buenos Aires. Esto es importante de mencionar pues podemos ver la intersección entre el problema de raza y clase.

“La blanquedad porteña, que habitualmente es considerada un dato objetivo de la realidad, resulta de un proceso socialmente construido y mantenido por: 1) una determinada manera de adscribir categorizaciones raciales en nuestras interacciones cotidianas, 2) el ocultamiento de antepasados negros en las familias y 3) el desplazamiento, en el discurso sobre la estratificación y las diferencias sociales, de factores de raza o color hacia los de clase.[20]

 

En esta cita de Frigerio podemos observar el enlace entre raza y clase del que se habló anteriormente, en el que en las interacciones de la vida cotidiana en Argentina (y probablemente en muchos otros países de América Latina) se asocia la pobreza o a las clases trabajadoras con el fenotipo indígena o afrodescendiente.

Antes, los estudios afroargentinos solo se enfocaban a rastrear sus datos desde la colonia hasta la primera mitad del siglo XIX, pero debido a las investigaciones de finales de los años 80 como la del historiador George Reid Andrews, Los afroargentinos de Buenos Aires, comenzó a ampliarse el tema de investigación extendiendo su estudio hasta la segunda mitad del XIX y el siglo XX, lo que llevó a repensar su objeto de estudio como “desaparecido” y entender a estos grupos como una presencia activa[21].

 

En conclusión, podemos observar que, en efecto la experiencia del Estado argentino en cuanto a su formación como estado nacional es bastante diferente a la de las otras naciones latinoamericanas que formaron su discurso nacional con el mestizaje, y en este caso en el imaginario social argentino incluso en la actualidad la comunidad indígena es considerada como un grupo “a parte” mientras que el afrodescendiente se considera completamente ajeno. La nación argentina construyó una identidad nacional basada en la herencia europea negando todo aquello que fuera diferente utilizando la dicotomía de civilización y barbarie, pensamiento que permaneció durante todo el siglo XX y hasta la actualidad en que las personas con características físicas afrodescendientes continúan mirándose como “el otro” y donde el fenotipo indígena y africano continúan asociándose a la pobreza y el trabajo obrero, es decir, como inferior.

 

 

El caso argentino solo es uno de los muchos casos en que el estado se encargó de promover políticas de blanqueamiento social, tales como Brasil o Perú, pero tiene la particularidad de haber logrado por lo menos en su mayoría un sentimiento colectivo más allegado a lo europeo que en lo cotidiano tiende a invisibilizar a una comunidad muy viva en la Argentina.

[15] Alejandro Frigerio, "De la desaparición de los negros a la reaparición de los afrodescendientes: comprendiendo las políticas de las identidades negras, las clasificaciones raciales y de su estudio en Argentina”, Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (2008): 4

[16] Erika Edwards, "Los orígenes urbanos del mito de la desaparición de la población negra en Argentina", Historia global online, diciembre 2016.

[17] Op. Cit

[18] https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-48508342

[19] Alejandro Frigerio, "De la desaparición de los negros a la reaparición de los afrodescendientes: comprendiendo las políticas de las identidades negras, las clasificaciones raciales y de su estudio en Argentina”, Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (2008): 5

[20] Alejandro Frigerio, "De la desaparición de los negros a la reaparición de los afrodescendientes: comprendiendo las políticas de las identidades negras, las clasificaciones raciales y de su estudio en Argentina”, Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (2008): 6

[21] http://www.scielo.org.co/pdf/tara/n27/1794-2489-tara-27-00067.pdf 10-11

Referencias:

  • Blanqueamiento racial”, Wikipedia, septiembre 2020.

  • Devoto, Fernando J. 1999. Ideas, políticas y prácticas migratorias argentinas en una perspectiva de largo plazo (1852-1950). Exils et migrations ibériques au XXe siècle n°7: 29-60.

  • Edwards, Erika. 2016. Los orígenes urbanos del mito de la desaparición de la población negra en Argentina. Historia global online, diciembre.

  • Frigerio, Alejandro. 2008. De la desaparición de los negros a la reaparición de los afrodescendientes: comprendiendo las políticas de las identidades negras, las clasificaciones raciales y de su estudio en Argentina.  Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales. 

  • Gamio, Mauricio. 2015. Políticas de blanqueamiento y migración en América Latina. Hispanic American Historical Review, marzo.

  • Makowski, Sara. 2002. José Ingenieros y la construcción de la nación en Argentina. Contribuciones desde Coatepec 2 (enero-junio): 113-122.

  • Otero, Isaac. 2018. Demografía y sociedad del siglo XIX en la Argentina. Crónicas de la Emigración, 2 de septiembre, sección de opinión.

  • Shwartz, Tobias. 2012.Políticas de inmigración en América Latina: el extranjero indeseable en las normas nacionales, de la Independencia hasta los años de 1930. Procesos 36 (II semestre): 1-34

  • Téllez, Edward y Liza Smith. 2012. Pigmentocracia en las Américas: ¿cómo se relaciona el logro educativo con el color de piel? LAPOP, Perspectivas desde el Barómetro de las Américas 73: 1-9

  • Viveros Vigoya, Mara. 2016. "Blanqueamiento social, nación y moralidad en América Latina". Ponencia presentada para "Enlaçando sexualidades: uma tessitura interdisciplinar no reino das sexualidades e das relações de gênero" para la Universidad Federal de Bahía.

  • 2019. ""Mejorar la raza" a través del blanqueamiento de la piel en América Latina y el Caribe". África Fundación Sur, febrero.

bottom of page