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El PRIAN SÍ existe

Por Rodrigo Chávez

Uno de los motivos que le costaron en su momento una gran persecución política y un demérito a Andrés Manuel y quienes comparten su forma de ver la política fue lo que él mismo nombró como el PRIAN, según los analistas de la vieja escuela era profundamente absurdo imaginar que un partido históricamente opositor al PRI pudiera llegar a unirse a él e impulsar o facilitarse escaños y gobiernos entre ellos.

Andrés nunca dudó en hacer uso de esta acepción política para denunciar algunas de las artimañas utilizada por los gobiernos emanados de ambos partidos, como fue el avalar el fraude electoral de 2006 con el respaldo del PRI en las cámaras o la forma en que el PAN respondió el gesto en 2012 al negarse a señalar las irregularidades. De nueva cuenta los intelectuales de la época opinaban que era ridículo acusar una coalición de fuerzas en lo oscuro, no obstante en los primeros meses de la legislatura que se inauguró en 2012 quedó en entredicho el argumento de la autonomía de los partidos al impulsar y firmar el llamado “pacto por México”,  que no fue más que la forma en que Enrique Peña Nieto pasó, vía fast track, la reforma energética, la reforma hacendaria y de comunicaciones, vía que hoy sabemos, fue pagada con dinero de Odebrecht en las oficinas del senado y la cámara de diputados con maletas repletas de dinero, aunque Sergio Sarmiento diga que así se paga la nómina del Senado. Hoy se investigan estas transacciones, quizá deberíamos investigar cuantas “nominas” le han pagado a Sarmiento en maletas llenas de efectivo.

Es pues, evidente, que los intelectuales de los grandes medios de comunicación que desestimaron la idea de una alianza y un pacto pleno de impunidad se quedaron bastante cortos de miras por concederles el mínimo de decencia profesional. Pero desde la ciudadanía se supo siempre que tanto el blanquiazul como el tricolor seguían objetivos claros en favor de los grandes empresarios y en aras de la privatización excesiva y coercitiva del patrimonio nacional. Ni Fox con su IFAI, ni Calderón con su polícia federal ni EPN con sus reformas estructurales significaron para los ciudadanos una mejoría en su vida diaria, por el contrario perpetraron un mismo modelo y sentido de gobernanza, el del capital.

Todo esto es parte de las razones por las cuales en 2018 ninguno de los dos partidos lograron ni siquiera el 20% de la votación, se quedaron sin votos más allá de sus propias bases, y en el caso del PRI ni eso, pues MORENA logró arrebatarle las bases populares y más amplias. Con una muy reducida representación en las cámaras y en el poder ejecutivo ambos partidos necesitaban encontrar la forma de generar un frente unido que sirviera como una oposición política coordinada, pero el problema es que realizar dicha unión en lugar de fortalecerlos los iba a terminar de hundir, pues podría fácilmente señalarse desde cualquier espacio la existencia del PRIAN, nos perdimos de ver a Andrés Manuel decir desde la tribuna mañanera algo como: “Siempre ha sido así pero ahora se atreven a hacerlo público”, sin duda habría sido un golpe contundente del que ninguno de los dos partidos habría podido reponerse.

Seguro las dirigencias de los partidos vieron esto como una medida bastante peligrosa para hacer frente al tsunami MORENA y trataron de apostar a la paciencia, supongo que creyeron que la popularidad de AMLO y la intención de voto de MORENA caerían por su propio peso, no obstante eso no ha ocurrido y con el 2021 en puerta la paciencia no es una opción siquiera considerable en este momento, por fortuna para ambos siempre existirán las ONG´S que viven del gobierno a pesar de lo irónico que eso pueda sonar.

Las dádivas del periodo neoliberal quedaban extrañamente concentradas en las manos de quienes no necesitaban nada para vivir más que su cercanía con la oligarquía mexicana, tal es el caso de Claudio X. González, que a través de sus diversas organizaciones y publicaciones recibía millones de pesos en contratos con diversas secretarías de estado; Claudio ha mercantilizado los apoyos económicos para la educación como el programa bécalos, en el cual “participan” todas las instituciones bancarias poniendo una pantalla engañosa que a más de uno les ha hecho oprimir el “donar”; la fórmula de privatizar y posteriormente paliar los dolores de la población a través de ONG´S no solo permitió a los gobiernos desviar recursos, sino que permitió a los empresarios lavar dinero y evadir impuestos vía donaciones entre amigos. La mayoría de grandes capitalistas donan grandes cantidades a «Bécalos», «Mexicanos vs la corrupción» o «Únete México», que benefician solo a una pequeña parte de la población y eximen comprobantes de donación bastante curiosos sobre las mismas.

Claudio X. González ha sido ese amigo que le cuida las espaldas a sus amigos cuando estos se portan mal, lo malo es que sus amigos fueron presidentes y el portarse mal duró al menos 20 años de corrupción sistemática.

Hoy es nuevamente Claudio quien viene al rescate de sus amigos los políticos y sus amigos los empresarios que lavan dinero con él, para evitar que la UIF pueda empezar a desenterrar sus cosas ocultas, la idea no es propiamente brillante ni original, solo fue como si se hubieran planteado institucionalizar el FRENAAA.

«Sí por México» trata de venderse como una organización “ciudadana” que busca la unión entre mexicanos, lo curioso de los ciudadanos del «Sí por México» es que todos son funcionarios, intelectuales o militantes activos del PAN, PRI o PRD, lo cual demuestra que más que una propuesta ciudadana es la forma menos horrenda que encontraron estos partidos de decir que SÍ son lo mismo y SÍ existe entre ellos un pacto político de protección mutua.

Ahí donde las fuerzas políticas del pasado convergen sólo puede estarse fraguando un cambio en el bando opuesto, la aparición repentina y con tanto presupuesto de una ONG que escudada en el discurso de “la ciudadanía” brinda plataforma, espacio y oportunidad a los partidos gastados, rotos y desestimados de poder blanquearse un poco pero sobre todo de unirse como una misma fuerza.

Ver la creación del SÍ como una última esperanza es bastante correcto, unirse alrededor de su comodín y cómplice en el desfalco público es una forma en la que los partidos admiten su fracaso al tratar de reponerse del tremendo K.O. que les propinó MORENA.

También hemos visto coqueteos de lo que trató de ser “México Libre” de Calderón con esta organización y lo más probable es que veamos su anexión en próximas fechas.

La desesperación y frustración nos llevan a tomar decisiones apresuradas y muchas veces erradas, pero el descararse, abandonar sus ideologías y fundamentos partidistas, sus visiones de política y terminar siendo una sola representación de todo aquello que la gente despreció en las urnas en 2018 no solo es ponerse la soga al cuello, es dejar en claro que jamás hicieron ni harán política para los ciudadanos, sus preocupaciones son acumular a costa de todxs nosotrxs.

El PRIAN sí existe, hoy se llama «SÍ por México».

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