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La tala de las jacarandas

Por Ankaret Alfaro

¿Qué formas de protesta realmente son un grito de furia y exigencia? ¿Las fotos en nuestro Instagram de nuestros carteles padrísimos y de nuestro maquillaje? Cuando decimos que “no se va a caer, lo vamos a tirar”, ¿a qué nos referimos? ¿A tirarlo bailando al compás de las consignas agitando nuestros carteles?

Me llevo una tristeza profunda y una furia incontenible con la marcha del 8M de este martes. Para empezar, creo que a estas alturas ya deberíamos tener claro que militar el feminismo no es ir a una marcha, tomar fotos y luego regresar a casa, hay que recordar que se lucha desde lo colectivo, no desde lo individual y que por lo tanto, las acciones de protesta implican trabajo y justo debemos tener claros los objetivos y las metas.  Es importante ahondar en la reflexión para saber dónde es que se encuentra en este momento el movimiento feminista, cuáles son nuestras fortalezas y cuales nuestras debilidades, por qué caminos podemos pasar, cuales otros podemos abrir y cuales tenemos cerrados; además planificar nuevas estrategias de protesta si las usadas se tornaron obsoletas. ¿Qué otras estrategias cambiarán el rumbo del movimiento? ¿cuáles harán más ruido? ¿cuáles nos meterán en nuevas polémicas? ¿cuáles pondrán ciertos temas sobre la mesa?

Personalmente, no sólo siento que nos estamos estancando en discursos blancos y liberales que ayudan más al capitalismo que a las mujeres, sino que el 8M específicamente ha sido cooptado por el Estado para ser institucionalizado, arrebatar el discurso y adjudicárselo a la más lista: Claudia Sheinbaum.  Y es que piénsenlo, fue la técnica perfecta:

  1. Obrador sermoneando en la mañanera cual sacerdote, que cambiemos nuestras formas, y metiendo miedo diciendo que ya había detectado a organizaciones feministas haciendo bombas molotov, y asegurando que sería una marcha sumamente violenta.

  2. Al día siguiente de manera casi mágica, la marcha termina siendo sumamente pacífica (mejor dicho, contenida). Y es que es cierto que el Estado logró las estrategias perfectas de contención: amurallar por completo el centro de la ciudad, para que a forma de infantilizarnos con esa acción, nos dijeran: “ten, esas no son las formas, aquí está tu pizarrón”. Además colocar ateneas en puntos estratégicos para lograr encapsular contingentes pequeños donde no habría reporteros, y la muy localizada (pero no sin importancia) represión concentrarla en el zócalo frente a palacio nacional.

  3. Usar la carta de la encapuchada buena onda que regala flores y abraza policías (y se quita la capucha frente a ellas AJÁ), para difundir un discurso de glitter y pacifismo obsceno. Más tarde, veríamos tuits de mujeres obradoristas reclamando la acción, diciendo que fue idea de ellas para elogiar el supuesto excelente trabajo de cuidado y prevención de la SSC, (ojo, que entonces también admiten que hay infiltradas obradoristas haciéndose pasar por mujeres del Bloque Negro actuando conforme a las órdenes del Estado)

  4. Por claras órdenes del Estado las ateneas se unen al contingente, y al son de las consignas feministas, marchan detrás de su jefa porque en palabras de Sheinbaum “con o sin uniforme todas somos mujeres”

  5. Los medios elogian las órdenes de Claudia y a la estrategia de los cuerpos represivos, además aplauden el supuesto pacifismo de la marcha porque por fin, ¡esas sí son las formas! Y ¡ese sí es un gran trabajo preventivo por parte de las policías de la SSC! Además, Obrador felicita a las feministas por haberse comportado.

  6. “Feministas 4T” replican el discurso pacifista, aplauden la estrategia de prevención, además su defensa y complicidad con los cuerpos represivos la justifican bajo el discurso de “conciencia de clase”.

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El performance más cínico, pero en cuestiones de discurso, perfecto.

Me parece necesario ahondar en las obviedades: el discurso principal del cuál rondará la campaña de Claudia Sheinbaum, serán las mujeres y el feminismo. El principal peligro: querernos hacer ‘empatizar’ con sus policías, y yo lo veo como una amenaza: “Empatiza y obedece o te reprimo, porque también serán mi principal arma.” Y es que no es la primera vez que demuestra su orgullo hacia los y las policías de la SSC. En segundo lugar es importante reconocer que ganó el proceso de institucionalización del 8M antes que su capitalización, pero van de la mano, no tarda el siguiente paso.

Ahora, ya vimos que nos han ganado en cuanto a estrategia, ¿qué haremos al respecto? Tenemos muchas opciones de herramientas de protesta: la marcha es la vía principal, pero los medios de acción directa como la iconoclasia e intervención en edificios del estado y de transnacionales así como los medios artísticos demostraron ser obsoletos. ¿Será que tenemos que cambiar de herramientas de acción directa? ¿es momento de ser verdaderamente incendiarias? ¿En dónde tenemos que pegar para que verdaderamente les duela? ¿Por dónde tenemos que presionar la siguiente vez?

Por otro lado, me parece que dejamos en el olvido lo que históricamente los cuerpos policiales han hecho con nosotras, y desconocer o desmemoriar este hecho es una clara muestra de privilegio. ¿Cuántas veces no nos han humillado, golpeado, torturado, perseguido y quitado nuestras pertenencias? Y hablo específicamente de las mujeres policías, porque si hablamos de los hombres no hay que olvidar que además son violadores. Y no hay que olvidarnos de lo que sucede fuera de la CDMX, porque la represión es brutal, golpean, detienen y secuestran a nuestras compañeras, pero como no es la ciudad, no tiene importancia ni utilidad mediática para el gobierno y entonces no es tan difundido. Las policías no deben unirse a nuestros contingentes sin antes renunciar al uniforme.

Por otro lado no nos olvidemos que el abuso del uso de estos cuerpos (no sólo policiales, sino también de la Marina, que por cierto eran quienes estaban tras las placas metálicas frente a palacio nacional) y estas tácticas de “prevención” atentan contra nuestro derecho humano a la protesta. ¿Qué hacen cuerpos de la marina en una manifestación? ¿Qué nos dice entre líneas? Son cuerpos literalmente utilizados en las guerras, y jamás deben usarse contra el pueblo manifestándose, únicamente “deben” (entre comillas porque ni siquiera deberían existir) salir si se encuentra en peligro la seguridad nacional. ¿Quieren hacer creer que las mujeres organizadas somos un peligro para la seguridad nacional?

El 8 de marzo es el día internacional de la Mujer Trabajadora, por si no habían notado, tiene un componente de clase fundamental; es decir, que no es el día de la mujer blanca, burguesa, opresora o que represente algún tipo de autoridad. No es el día del carnaval femenino, es un día de lucha y conmemoración. Se conmemora como es que explotadores y abusadores encerraron a las mujeres que explotaban durante una huelga en la que exigían sus derechos laborales, y luego murieron a causa de un incendio en la fábrica.

Mujeres, compañeras, abran los ojos, el feminismo está contra el sistema, no con el sistema. No necesitamos que “el gobierno esté a la altura del feminismo” ¿cómo así si el propio Estado es feminicida y encubridor? Necesitamos que tengan interés por nuestra integridad y por nuestras vidas: 10 feminicidios diarios, las miles de desaparecidas, el aumento de violencia doméstica durante la pandemia, la brecha salarial, el nulo interés en los procesos legales contra nuestros golpeadores, violadores y feminicidas; los trabajos precarios, el lucro con nuestras cuerpas y nuestros vientres, el nulo interés también por mujeres no hegemónicas, por las mujeres de la sierra, de la costa, de las periferias, las chinamperas, las campesinas.

Esto es un movimiento político, levantamos exigencias porque hay vidas de por medio, hay madres buscando a sus hijas y otras que están de luto porque las asesinaron, hay impunidad y carpetas de investigación a compañeras que muchas veces no tuvieron nada que ver con lo que se les acusa. No es un carnaval, es cosa seria que debemos dejar de estar infantilizando (aunque odie la expresión infantilizar). ¿Perdimos tanto el miedo que también perdimos el impulso y el interés? ¿O es que sí seguimos teniendo miedo? ¿es pereza? Somos muchísimas con la conciencia en pie, pero ¿cuántas estamos dispuestas a militar el feminismo como cosa seria que implica trabajo y coordinación? Si hablamos de una revolución, entonces hablamos de posiciones críticas y radicales, de violencia y de que seguimos siendo enemigas políticas del Estado, no de enaltecer el glitter y creernos el cuento de los abrazos a la tira.

Aclaro de forma urgente que no estoy diciendo que todas debemos tener el mismo sentido violento o que todas debemos accionar como BN. Más bien, quiero decir que cada quién tiene sus trincheras, pero ni podemos quedarnos sin accionar, no podemos sólo caminar un par de días al año y el resto sólo esperar que algo pase. Desde sus danzas, su escritura, sus fotografías, sus voces o sus pinturas también aportan a la lucha. Pero es importante tener presente que esto es todas juntas y que es con todo, además no olvidar la constante reflexión.

Además, para quienes nos sea posible, que no se nos olvide ahondar en las teorías feministas, que el movimiento y las teorías, por coherencia, deben tener algún hilo en común, ¿no? Es mentira que no necesitamos la teoría, contradicciones siempre habrá, es normal. Pero debemos seguir algún camino sabiendo a dónde queremos llegar y qué herramientas utilizar. Sí, que la teoría no nos nuble la empatía, pero el exceso de empatía que no nos quite los pies del suelo.

No es que queramos ver fallar al gobierno actual, es que no nos tragamos sus cuentos, y no nos estaremos comportando como ellos quieren para que completen su discurso de “todo está en calma”, que nos den felicitaciones de buen comportamiento con tanto cinismo, y que finalmente verdaderamente tengan todo bajo su control y nosotras perdamos terreno y potencia ¿y nuestras exigencias? Probablemente terminen en el olvido. No nos apaguemos, compañeras.

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