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Mary Wollstonecraft, contexto antes del “feminismo ilustrado”.
Por Ankaret Alfaro

Los problemas sociales no existen hasta que la sociedad los denomina problemas e intenta evaluarlos y solucionarlos (Blumer, 1972). Nos encontrábamos en una situación de ceguedad ante lo obvio, el androcentrismo tan normalizado, tan generalizado, no nos permitía ser dueñas de ninguna parte de nuestras vidas, mentes, ni de nuestros propios cuerpos, pero feminismo no forma parte de la vida política y social únicamente después de la toma de conciencia sobre la base del orden establecido, sino hasta que se teorizan cuestionamientos sobre el lugar en el que se encuentran las mujeres y el origen de éste aunque se le tratara como un tema irrelevante e inferior como teoría y práctica.

Celia Amorós nombra memorial de agravios a los discursos anteriores al momento histórico fundacional del feminismo (Europeo), éstos eran la relatoría de denuncias de las mujeres sobre su situación social, pero que al mismo tiempo no cuestionaban el poder masculino ni proponían proyectos resolutivos.

Quienes hablan de historia del feminismo ubican su origen teórico en la ilustración, pues se elaboraba un discurso partiendo de una crítica a los privilegios masculinos y de la idea de igualdad usando los mismos argumentos sobre la razón que utilizaban para desfundamentar al antiguo régimen.

Una de las nociones centrales durante la ilustración era la de ciudadanía, que implica el reconocimiento del estado de los derechos civiles y políticos y la presencia y participación en el espacio público al ejercer esos derechos, aunque siempre ha habido requisitos específicos para ser ciudadane según el momento histórico, la mujer estaba excluida de obtener de cualquier manera ésa condición sólo por ser mujer, Rousseau defendía la idea de excluir a las mujeres del espacio político (por lo tanto de la ciudadanía). El debate sobre la educación llega de la mano con el anterior, pues la educación era el medio para alcanzar el ideal de la ilustración.

Muches autores, señalan que la obra escrita por la inglesa Mary Wollstonecraft vindicación de los derechos de la mujer, ha sido el acta fundacional por excelencia del feminismo. Wollstonecraft defendía la igualdad en naturaleza, razón, virtud y educación entre hombres y mujeres, planteaba que la opresión y la inferioridad no

era natural, sino histórica, y justo criticaba directamente la concepción de educación de Rousseau, quien creía que los hombres y mujeres eran diferentes por naturaleza, por lo que les correspondía una educación diferente.

Wollstonecraft defendía la vida de las mujeres fuera del matrimonio, pues con anterioridad, fuera de éste no tenían nada, rechazó la idea que se tenía sobre las características “naturales” en las mujeres, y defendió que esas ideas habían sido adquiridas de la educación y las costumbres adquiridas históricamente, al mismo

tiempo defendía la enseñanza primaria gratuita y universal para hombres y mujeres utilizando los mismos argumentos que Rousseau para desarticular la idea de la subordinación de las mujeres y denunciar las desigualdades entre hombres y mujeres presentándolas como algo histórico y social, ajeno a Dios y a la

naturaleza.

Aunque en Europa se presentaran supuestos avances para las mujeres en términos legales y constitucionales, como la igual mayoría de edad, aún se distinguían los ciudadanos por categorías, activos, y pasivos, siendo los primeros hombres mayores de veinticinco años con propiedades y los segundos hombres

sin propiedades y todas las mujeres.

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