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Caza de brujas

Elsa Flores

Los pasos que damos parecen flojos en alguna parte, seguimos por inercia porque mamá nos ha enseñado que atrás ni para echar impulso. Una mujer debe ser de tal o cual forma, también dice, y parece ser que estamos haciendo una armadura en vez de sentirnos fuertes. No sé si alguna vez fuimos libres, si nos ponemos intelectuales, la historia habla poco de nosotras, pero lo que dice es suficiente para saber cómo es que nos hemos adecuado un poco más a lo que se espera.

Desde antes de nuestras abuelas ya existía ese algo que te oprimía el pecho al nacer mujer y no dejaba que hablaras. Para que esto sucediera existió un proceso de cientos de años, en los que se estaban llevando a cabo reestructuraciones en todos los ámbitos: en lo económico, por ejemplo, fue pasar de la vida en el campo y reyes para llegar a las grandes industrias donde una podía ser obrero. Aquí, hay una ruptura en el cuerpo de la mujer.

Claro que las personas no querían llegar a un fabrica gris con una jornada de trabajo larga y mal remunerada, se negaban a dejar el campo donde eran dueños y con una vida humilde podían disfrutar de los saberes que poseía la tierra. Pero no tuvieron otra opción, pues el Estado se dio cuenta que al unir el poder con la nueva clase empresarial podían elevar sus ganancias, las medidas que ocuparon para movilizar a los campesinos fue a través de la violencia y despojo.

El suceso tuvo mucho más fuerza y estructura cuando paralelamente al gran nacimiento de las industrias cientos de miles de mujeres eran quemadas vivas por el crimen de ‘‘brujería’’, pero no porque realmente lo fueran, sino porque el cuerpo femenino de la mujer era considerado muy importante para el futuro del país.

¿Por qué la mujer es quién comienza a ser perseguida? Siempre hemos sido encargadas de las tareas del hogar y cuidado, anteriormente el cuidado no solo era parte de las dinámicas familiares, sino que se extendía por los conocimientos de la herbolaria para curar, así que en cada pueblo había una hechicera, curandera, encantadora o adivina a quien se podía recurrir en caso de que los saberes populares no fueran suficiente. Estas mujeres tenían una posición de respeto y poder con los campesinos, fueron ellas quienes mostraron una resistencia ante el cambio que se presentaba. Al ser acusadas de infanticidio — es sabido que se usaba fetos o bebés para curar a las personas, sin embargo, la Iglesia dentro de sus prácticas científicas también llevaba a cabo estos métodos y no eran señalados de herejes o infames o ‘‘brujería’’, como se les fue acusadas después —eran sometidas a juicio donde públicamente hacían visible su condena; la horca o la hoguera. Con el tiempo, paso a convertirse el crimen a la ‘‘brujería’’ donde ya cualquiera podía ser acusada.

Esta criminalización de mujeres que tenían poder socialmente, por la capacidad de manipular el entorno natural y social, le restaba fuerza a la resistencia campesina, por lo cual era más fácil impulsar a esas personas a la ciudad. Sin embargo, antes de su destino se quedaban con un nuevo aprendizaje. La quema de brujas era llevaba a cabo en la plaza principal con asistencia obligatoria, esto con la intensión de que se expandiera el terror entre las mujeres quienes, aunque no eran parte del grupo de poder anteriormente mencionado, comenzaron a dejar de hacer muchas cosas que las podía poner en riesgo.

Uno de estos cambios, o domesticación, fueron las reuniones entre varias mujeres pues se contaba que las brujas hacían aquelarres, así se les nombro, para bailar desnudas alrededor del fuego y mantener relaciones sexuales con el diablo. También, los abortos que estaban en nuestro poder fueron cada vez más reducidos por la presión industrial de necesitar manos para trabajar, se tenía control sobre todas las mujeres embarazadas y quienes ya habían dado a luz, si abortabas eras acusada de bruja.

Durante aproximadamente dos siglos, la caza de brujas fue llevaba acabo de la mano del nuevo sistema económico; capitalismo, y creo un nuevo orden patriarcal en el que la mujer a través del miedo se domestico para ser instrumento de la reproducción y expansión del trabajo volviéndola una maquina de crianza. La mayoría de las mujeres que fueron quemadas, azotadas, violadas, torturadas, fueron de clase baja.

¿Qué nos diferencia de la antigüedad? La tecnología, sin duda, pero la situación de la mujer paso de ser poseedora de conocimiento y conexión con su cuerpo a verse como extrajera en su propia piel. No conocemos nuestro ciclo menstrual, esos saberes herbales se han perdido casi en tu totalidad, parir se volvió imposición, nos designaron al hogar junto con la monogamia y heterosexualidad, el cuerpo femenino de la mujer es objeto de consumo que no siente placer. Sentimos vergüenza por llevar una vida sexual activa. Podríamos hacer una lista de todas las cosas que como mujeres desarrollamos después de la caza de brujas, pero algo que podemos rescatar: es la resistencia, así como las curanderas, hechiceras, encantadoras o adivinas hicieron temer al Estado, al capital y a cualquiera nosotras lo hemos demostrado cada día.

Siempre ha existido una lucha de mujeres por mujeres, salimos de los libros de historia, pero quién necesita uno cuando salir a las calles a marchar con miles de las tuyas ya es hacer historia. No dudo que la hoguera siga prendida y que se quiera volver a usar, pero, aunque el Estado, el capital, el patriarcado y la domesticación estén presentes la diferencia es que hoy somos más, somos brujas dispuestas a bailar alrededor del fuego desnudas, somos mujeres y estamos juntas.  

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