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Defender la UNAM

Por Rodrigo Chávez

El orgullo universitario es ese lastre social con el que se nos ha incrustado, una idea poco real pero bastante hegemónica de que fuera de la UNAM no hay nada, que nada sería de México como país ni de nosotros, sus alumnos, como personas sin esta institución. Se espera de nosotros sumisión, silencio canónico y culto ciego a la santa sede y a todo de lo que ella emane.

En la semana el presidente Andrés Manuel señaló a la universidad como una institución derechizada y neoliberal, dijo que la UNAM ha abandonado su sentido de lucha y compromiso social hasta fungir como bastión ideológico del neoliberalismo. Esto desató reacciones bastante extrañas pues por un lado los amantes de la privatización y el desprecio a lo público salieron como paladines a defender a capa y espada a la UNAM.

Los académicos y catedráticos de la UNAM se sintieron sumamente ofendidos y han decidido usar espacios de clase para decirnos que es imposible que la UNAM sea neoliberal porque ellos han hecho trabajo académico en contra del neoliberalismo, al mismo tiempo los alumnos y profesores que no tenemos un lugar en la academia hemos visto casi con indiferencia las provocativas menciones presidenciales.

Esta indiferencia que desde algunos de nosotros surge no es por un desprecio propio a la institución o un respaldo irrestricto al proyecto del presidente sino a que Andrés no está realmente diciendo nada que no hayamos dicho ya desde las aulas y desde las calles, claro que la UNAM tiene mil cosas maravillosas pero cegarnos o simplemente blandir la espada por ella me parece cuando menos innecesario y muy peligroso.

Es claro que la UNAM ha vivido procesos de despolitización empujados desde la academia, claro que el neoliberalismo se ha enquistado en sus aulas y sus procesos administrativos, negar eso es querer hacernos los tontos con tal de oponernos a la crítica de un egresado que ostenta un cargo y es, al mismo tiempo, negar nuestras luchas. ¿Vamos convenientemente a olvidar como antes de la pandemia la UNAM estaba tan cerca de una huelga generalizada? 

En lo personal yo no, no puedo olvidar a Graue justificando y solapando un ataque porril hace unos años, no puedo olvidar a la facultad de derecho negándose a parar ante la inminente ola de organización femenina dentro de la universidad ni los ataques que el movimiento de mujeres organizadas sufrió a costa de un grupo de alumnos de ingeniería, no puedo olvidar como la FES Acatlán encarceló y pidió un cobro de un millón de pesos a una parista.

Como la dirección de la misma FES envió a un comando a reventar la toma o al equipo de football americano a evitar que se tomaran las instalaciones, no puedo olvidar las veces que escuché en los salones de derecho que lo más importante de la disciplina era “aprender a cobrar”, no olvido los comentarios insidiosos sobre los paros y la organización estudiantil, el borrado de la resistencia estudiantil desapareciendo espacios, mucho menos voy a olvidar los ceniceros de 40,000 pesos que rectoria compró en el ejercicio fiscal de 2018.

¿Cómo me voy a olvidar que hace apenas unos meses los profesores por hora y los adjuntos recibieron pagos atrasados por apenas 2 pesos?

Que Graue se reeligió casi de forma impositiva en medio de un bullicio estudiantil en un acto que no duró ni 20 minutos y cuyo proceso es por demás opaco y confuso además de antidemocrático. ¿Cómo voy yo a defender a la institución que protege profesores que violan y acosan a mis compañeras?

Yo pertenezco a otra UNAM, a una que está en franco peligro de extinción, a una UNAM que lucha y que desde la izquierda construye, tengo la fortuna de estudiar en una de las facultades incómodas pero para acceder a ella tuve que acreditar un examen de admisión que tiene un costo alto y al que para acreditar se imparten cursos de paga que además mientras más caro mayor porcentaje de probabilidad de quedar y a los  que les filtran respuestas.

Yo pertenezco a la UNAM que vive asediada constantemente por el desprecio de rectoría, a una carrera que han tratado de borrar y cuyo plan de estudios está diseñado para no terminarse a tiempo porque desde luego que tener un gran número de sociólogos desnudaría el mito de la educación superior en México, esa, mi universidad existe solo en otras facultades como ciencias o filosofía y letras.

La UNAM neoliberal está en derecho, medicina, química, ingeniería, en economía, contaduría y podemos verlo porque son las facultades que más presupuesto reciben. La mayoría de estas facultades han sido despolitizadas o bien cooptadas por cúpulas partidistas afines al priismo y al panismo, vimos a Felipe Calderón dar una clase en derecho, vimos a Meade iniciar campaña en Acatlán, tenemos a Santiago Creel cobrando de la facultad de derecho. ¿No nos damos cuenta de que eso es neoliberalizar las ciencias y disciplinas?

Andrés es atrevido pero no da un diagnóstico equivocado, no puede darlo porque ese es nuestro diagnóstico y creo que nos corresponde llevar el foco mediático que el presidente ha cedido a nuestras luchas. ¿No es lo que esperábamos? Que se nos escuchara y abriera el espacio para denunciar lo que está mal en la universidad, es momento de hacerlo, tomemos ese foco y encaucemos.

Ver a Margarita Zavala y Gabriel Quadri defender a la UNAM tal y como está es una muestra de que ese sistema beneficia ciertas corrientes ideológicas y políticas. Tenemos que salir a decir que no necesitamos que la derecha defienda la institución porque francamente nosotros no lo vamos a hacer, lo que queremos no es que la UNAM sea inmaculada, queremos reformarla, profundizar su cambio y entonces sí, defenderla.

Defender la universidad es señalar lo que está mal en ella, luchar por cambiarlo, no permitir que esos vicios históricos se sigan repitiendo, defender la UNAM es mantener viva la lucha del 68 y su profundo sentido marxista, es mantener viva la demanda del CEU en los 80´s, movimiento del cuál salieron referentes de lucha que hoy son gobierno, y que tenían como intención final democratizar la UNAM. Defender la memoria del movimiento del 99 que intentó mantener pública y gratuita a la universidad.

Defender la UNAM es labor de los profesores y alumnos y claro que vamos a defenderla de las cúpulas administrativas con alto sincretismo político y si para eso tenemos que hacer trabajo mediático a raíz de la crítica presidencial lo haremos.

Defender la UNAM no es hacerle caso a Quadri e irnos a paro para que Andrés se disculpe, ¿disculparse de qué si nada de lo que ha dicho es mentira? Si vamos a parar lo hacemos pero lo haremos para tener voz y voto en la elección de autoridades, lo haremos para una justa distribución salarial entre profesores, lo haremos para sacar de las aulas a violadores, lo haremos para recuperar ese sentido popular y de lucha social de la UNAM no por una disculpa de papel con la que Graue, Quadri y el PAN se van a sentir el mosh.

Si al grupo medicina o al grupo derecho no les gusta que se les señale de neoliberales deberían de dejar de comportarse como tal y comenzar a asumir el compromiso social y político que corresponde ser de la UNAM, deberían comenzar por pluralizar el proceso de cabildeo para autoridades y permitir que las facultades incómodas tengan más peso en la administración.

Deberían dejar de desviar recursos o de usar el presupuesto como moneda de cambio, dejar el registro, que sabemos que existe, de personas que no comulgamos con sus ideas, dejarnos manifestarnos y organizarnos realmente de forma libre, sin persecución.

Abortemos nuestro orgullo universitario antes de ese orgullo nos termine abortando el sentido crítico, aceptemos que la UNAM no es el vaticano ni nosotros miembros de una orden para deberle silencio sepulcral ante las negligencias y errores, atrevámonos a defender la universidad aunque eso cueste ir a contracorriente de la misma.

A la universidad le debo mucho, un puñado de amigos, pagar 1 peso por mi carrera, educación de calidad y una oportunidad teórica y académica invaluable, amigos y amores que han pasado en sus jardines y pasillos, discusiones enriquecedoras en el aula pero también he visto como la UNAM nos ve como prescindibles ante los problemas, como escudó violadores, como se usan los poderes no legítimos a su interior, como la venta y distribución de drogas están al servicio de la institución, cómo puede un alumno suicidarse y al día siguiente seguir como si nada porque #LaUNAMNoPara.

Rescatemos la educación humanista, política, pública y gratuita, no defendamos una UNAM indolente, alejada de sus alumnos y profesores y al servicio de la derecha.

Sin su raza el espíritu se vuelve un simple producto.

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