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A dos años de López Obrador, ¿Cómo va la seguridad?

Por: Jorge Kahel Ruizvisfocri Virgen.

Una de las propuestas centrales de la campaña de López Obrador fue la de implementar una política de seguridad diferente para dar solución a los retos que amenazan diariamente la vida de miles de mexicanos. A dos años de su gobierno, los resultados son contradictorios, pues al mismo tiempo existen iniciativas valiosas para construir nuevos paradigmas de seguridad y vicios de proyectos pasados que son causas probables del problema en el que actualmente estamos inversos.

Analizar los resultados de las políticas de seguridad del gobierno de López Obrador es complejo, porque no se trata solamente de señalar que como los homicidios están en un nivel alto, la política no de seguridad no sirve. En su lugar, deberíamos analizar las iniciativas más importantes que se han implementado desde el gobierno actual para dar respuesta los retos que enfrenta el país. Algunas de las iniciativas más relevantes que se han implementado desde el nuevo gobierno se encuentran en los programas sociales enfocados a jóvenes, lo relativo a la guardia nacional y el papel de las fuerzas armadas en la seguridad pública, algunas reformas legislativas sobre seguridad y justicia, y el trabajo de algunos órganos técnicos como el Centro Nacional de Información.

Una de las partes centrales de la política de seguridad del gobierno de López Obrador ha estado en lo relativo a los programas sociales. Desde la campaña, se habló de generar programas de atención para jóvenes, pues es una constante casi universal que el grupo de edad de 15 a 29 años es el que tiene más probabilidad de convertirse en víctima o victimario de violencia. Los programas que se propusieron fueron sistemas de becas tanto escolares como de capacitación laboral. Sin embargo, como señala Alan López, investigador de México Evalúa, que un programa social esté enfocado a jóvenes no implica que el programa podrá reducir la violencia que experimentarán los jóvenes. Este caso es particularmente cierto para Jóvenes Construyendo el Futuro, pues el programa no cuenta con diagnósticos ni justificación de porque ese esquema en particular es adecuado para reducir violencia; ni con indicadores estratégicos para realizar seguimiento de cómo se reduce la violencia experimentada por este grupo de edad. Más allá de la intención expresada por el gobierno, el programa insignia del gobierno para la juventud no parece tener capacidad de mitigar la situación de violencia que vivimos los jóvenes.

La Guardia Nacional ha sido otro de los programas insignia para reducir la inseguridad. Se propuso como un cuerpo de mando civil con capacidad operativa militar para hacer frente a algunos de los retos más complejos del país. Sin embargo, su implementación deja bastantes dudas respecto a su eficacia para reducir la violencia. El supuesto mando civil de la Guardia Nacional ha quedado en el papel, pues aparentemente, estratégica y operativamente es un apéndice más de las instituciones militares mexicanas. Además, como Magda Ramírez y Maximiliano Holst mostraron, la Guardia Nacional no sigue una lógica de distribución territorial completamente acorde a los clústeres de violencia en México. Todo esto, sin contar que como iniciativa no cuenta con una teoría del cambio ni justificación adecuada para seleccionar este proyecto frente a otros, o indicadores para hacer evaluaciones de desempeño a lo largo del tiempo.

Las reformas sobre seguridad y justicia son un punto con resultados contradictorios. Por un lado, tenemos reformas interesantes para mejorar los mecanismos disponibles con los que cuenta el estado para combatir formas serias de criminalidad, como la ley de extinción de dominio, que busca crear mejores herramientas para combatir las estructuras financieras ilícitas. Por otro lado, hay reformas completamente regresivas, como el aumento a los supuestos de prisión preventiva oficiosa, pues no reducen la impunidad del país, sino que generan sobrepoblación carcelaria y producen efectos negativos sobre mujeres y personas económicamente vulnerables.

El trabajo del Centro Nacional de Información podría ser la parte más rescatable de la política de seguridad actual. Aunque es un aspecto técnico que no se suele presumir, el centro ha trabajado en generar un sistema para mejorar la información respecto a los delitos del país, a través de un diseño llamado Multifuente, en el que se combinan 10 fuentes de información diferentes para tratar de aumentar reducir los delitos que quedan sin ser procesados por las instituciones de seguridad mexicanas. Aunque poco se hable de ellos, su trabajo es fundamental, pues generan los insumos básicos para diseñar políticas de seguridad basadas en evidencias.

A dos años del gobierno de López Obrador, la política de seguridad tiene sus claros y sus oscuros. Aún existe un área de oportunidad inmensa en lo que respecta a las políticas de prevención y reducción de impunidad, pero al mismo tiempo hay algunas iniciativas muy valiosas con potencial para contribuir en reducir la violencia.

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