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“#JóvenesHagamosDemocracia Por una auténtica agenda política juvenil.”

 

Karl De Negri G. 

En los eventos institucionales se asombran por la reducida participación juvenil en los procesos de toma de decisiones, sea porque los horarios en los que los hacen suelen ser inapropiados para nuestras actividades como jóvenes, o porque los lugares en donde se desarrollan se encuentran en zonas alejadas.

El asunto es que demuestra la distancia que existe entre las juventudes y las personas que se dedican a la toma de decisiones. Esto, no permite ver el abismal pozo de diferencia que hay entre la población a la que le podrían impactar las leyes desarrolladas y la “casta política”.

Claro, sin mencionar las formas turbias en cómo se lleva a cabo la política tradicional, donde los beneficios que logran no son para la población de a pie, sino que se sigue buscando que las ganancias que se pudieran obtener, caigan en unas poquísimas manos.

¿Cómo seguir entonces, creyendo en esa gente que nos pide sumarnos a sus acciones cuando a leguas se nota que lo único que les interesa es vernos como números, y no como personas con nombre y apellido, que sobrevive a diario en busca de salir adelante?

Si bien, en el cielo parece que se pinta una tormenta, siempre hay quienes extienden una sombrilla de cobijo para quienes se lanzan a enfrentar las aguas que avecinan problemas.

La apuesta no es sobre quién se queda con la toma de decisiones, ni un partido, ni una persona que signifique las necesidades de la gente. Esa que suda a diario, que grita ofreciendo productos en la calle, esa que se lanza a estudiar, y esa que por sus condiciones busca cambiar su realidad.

Una manera en la que creemos que podemos salvar la tormenta es tomando los cabos de nuestra barca. Es decir, generando realmente espacios de discusión y de escucha con las personas verdaderamente implicadas a las que les puede beneficiar o afectar cierto tipo de decisiones.

Vaya, cuando se desarrolla una ley, es importante que le beneficie a la mayor cantidad de gente, y que además se pueda llegar a un consenso con las personas a las que les trastoca dicha ley.

Un ejemplo claro, la Ley General de Juventudes. Una ley que parece que se ha desarrollado en un silencio sepulcral, y que a pesar de ello se han realizado foros donde se reproduce la figura de autoridad diciéndonos cómo creen que debe ser la ley, hecha por gente que no es joven, que no es cercana a los problemas que nos afectan y mucho menos que nos interesan.

Si bien, hay jóvenes tomando decisiones, eso no quiere decir que realmente representen la voluntad de las juventudes nacionales.

Entonces, ¿cómo podemos hacer que representen la voluntad nuestra?

La respuesta es sencilla, pero la ejecución es complicada. Organizando nuestras necesidades, pero,  ¿cómo lo logramos?

Para esto, el miércoles 11 de septiembre a partir de las 10 de la mañana, tendremos el foro “Perspectiva de Juventudes”, en donde dialogaremos con personalidades que trabajan con temas de juventudes para poder generar realmente una agenda juvenil, que podamos plasmar en la Ley General de Juventudes que se está desarrollando en la Cámara de Diputados y en el Senado.

La cita es en el Aula Magna de la Facultad de Filosofía y Letras, en Ciudad Universitaria de la UNAM.

Es momento de que nuestra voz sea escuchada, porque como jóvenes nos han tratado de engañar diciendo que somos el futuro, mientras la gente que nos silencia por nuestra edad hace lo que quiere con nuestro país, regalando nuestro futuro y el de todas las personas mexicanas por unas cuantas monedas, a la más vieja usanza de Judas a la mexicana.

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