top of page

LA SORORIDAD NO LASTIMA

Elsa Guadalupe Flores Hernández

¨Ahora que poseo una maleta llena de mí marcho para el bosque en busca de donde vivir, encontrar el silencio que no me permite mi mente y lograr echar raíz. Ha venido con toda mi vida y las respuestas que guardo bajo este sombrero resultan extrañas ahora en la oscuridad. Voy en contra de todas acompañada de ninguna, sabiendo claramente que la soledad habita en mi interior. ¨

Durante toda la historia nos han obligado a estar del lado de los hombres a la hora de relacionarnos entre nosotras como mujeres, es por eso que nacen estas conductas aprendidas que vulneran nuestra integridad, nos ha costado mucho ser consciente de ello y comenzar abrazarnos las unas a las otras, deseamos ser las más sororas posibles. Hay que comprender que la sororidad no nos obliga a que nos llevemos bien con todas y lleguemos ser amigas, sino a dejar un lado este imaginario colectivo donde debemos competir dado que esto nace de la falta de comunicación y reciprocidad que existen en estas relaciones que benefician al patriarcado.

Ahora, si bien la sororidad viene a nosotras como una práctica de resistencia contra un sistema que está inmerso en todos lados también hay que aprender a alejarse de las mujeres que nos lastiman, que nos oprimen, que nos llaman amigas, pero siguen vulnerándonos y permitimos estos abusos porque es aquí donde la romanización de la amistad comienza aparecer. Esta romanización se cuela y viene en la idea que tenemos sobre ¨debo estar para ella siempre que me necesite¨ ¨no puedo vivir sin ella¨ ¨ella me conoce mejor que yo misma y sabe qué debo hacer¨ ¨amigas incondicionalmente¨ estas idean tan impositivas y violentas hacia nuestro autocuidado viene a descargarnos mental, psicológica y físicamente cuando en la amistad las cosas no son reciprocas. Si creemos que ¨debemos¨ hacernos cargo, una vez más, de la vida de alguien poniendo en juicio nuestra autonomía para decidir, para hablar, para sentir, para expresarnos no estamos entendiendo ni construyendo una amistad sana y es aquí cuando debemos comenzar a reflexionar en qué es lo que está sucediendo en nosotras y en la otra persona para que se generan estas actitudes y prácticas que nos obligan o cedemos a llevarlas a cabo.

Las amistades entre mujeres se han comenzado a fortalecer porque es como nosotras logramos salir a luchar más fuerte y más valiente, somos nuestras propias sanadoras al escucharnos y reconocernos, es una forma de resistencia y, sobre todo, es una forma de cuidarnos colectivamente. Todo esto gracias a las compañeras que en el pasado han luchado para que nosotras podamos disfrutar de estas barreras que estamos tumbando todas. Sin embargo, aunque la amistad entre mujeres debe tener como base los mismos elementos de cualquier otra relación (comunicación, reciprocidad, limites, que sea un lugar seguro, que se construyan mutuamente) no debemos dejar que la sororidad nos ciegue a la hora que comenzamos a notar violencia y que queramos justificarla solo porque somos mujeres y debemos estar juntas. Al contrario, la misma sororidad nos debe dar las herramientas al hacer estos señalamientos a la que es nuestra amiga y de la manera más sana y empática, con la que nos sintamos más cómodas, porque no solo nos está atacando traspasando límites, sino que está reproduciendo estás practicas patriarcales. La comunicación es muy importante llevarla a cabo con todos nuestros sentires, sin embargo, es más difícil de lo que imaginamos, tantos años hemos callado que comenzamos a minimizar nuestros sentimientos tal vez por no querer herir a nuestra amiga, tal vez porque pensamos que no fue apropósito, tal vez porque no queremos hacer un ¨drama¨ de todo esto o tal vez porque en este caminar debemos andar todas juntas. Pero ¿por qué no tendríamos que caminar todas juntas? Sí el terminar de relacionarnos con una mujer que nos vulnera es meramente por autocuidado y una postura política que como feministas tomamos al ya no querer reproducir ni recibir alguna violencia machista por ninguna parte y no estamos queriendo arruinarle la vida o ¨marcarla¨ socialmente.

Dentro de este texto, de manera personal, no sé qué tan utópico pueda llegar a ser, pensado en una organización entre mujeres perfecta dónde somos capaces de saber poner un alto respecto a estas violencias que vivimos día con día, en realidad espero que lo único que genere en ustedas sea una evaluación tanto de la violencia que seguimos reproduciendo con nuestras amigas y las de ellas, analizar también si realmente nos sentimos cómodas con las mujeres que nos rodean ¿Cómo me siento? ¿Qué significa para mí? ¿De qué manera puedo solucionar esto? ¿Necesito ayuda? ¿Quiero seguir con esto? ¿Deseo seguir siendo su amiga? ¿Cómo voy a sanar? Porque yo no vengo a decir como tendría que ser una amistad perfecta ni mucho menos que tanta sororidad debemos manejar porque dentro del autoconocimiento una sabe qué tanto puede dar y hasta dónde quiere dejar pasar a la otra persona, sin embargo, espero que mis palabras las ayuden a seguir adelante si es que encuentran que hay alguna de sus amistades que no les convence, a decirles que no están solas y que mi sororidad estará siempre con ustedas cuando quieran hablar, tomar café y llorar, y que podremos no ¨catalogarnos¨ cómo amigas pero a mí me interesa reconocernos. Todas estamos en un proceso de desconstrucción, como nos gusta decir, es por eso que no considero corrector juzgarnos por hacer, decir y pensar tal o cual cosa porque es por eso mismo que estamos impulsando estos círculos de charla donde podemos crear juntas de manera externa y al mismo tiempo, también muy importante a mi parecer, de manera interna.

bottom of page