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Maquinas simples parte 4

Por Bruno Rico Gómez

Esta semana nos enfocaremos en uno de las maquinas más sencillas de todas, el plano inclinado, pues este se puede encontrar por si solo en la naturaleza o puede ser fabricado para adecuarse a las condiciones deseadas.

Con esta máquina se logra desplazar objetos de forma vertical con la ayuda de un plano que hace ángulo con el suelo, de esta manera el esfuerzo que se necesita es menor que al intentar cargar dicho objeto. Este mecanismo se conoce desde hace mucho tiempo, inclusive se cree que se utilizaron este tipo de máquinas para construir las pirámides de Guiza, así como la esfinge, pero no fue hasta la mitad del siglo XVI que Simón Stevin enuncio las leyes físicas que actúan sobre este tipo de máquinas.

El teorema de Varignon fue enunciado primero por Stevin pero fue el francés Pierre Varignon quien le dio los últimos ajustes. Este teorema fue el primero en establecer el equilibrio de un cuerpo en el plano inclinado, de esta manera se volvió más fácil el cálculo para mover masas enormes con un esfuerzo muy bajo.

Estos postulados enunciaron que todo cuerpo que se desplaza por un plano inclinado sufre de varias fuerzas entre ellas la fuerza normal, la fuerza de la gravedad o mejor conocida como peso, la energía contraria a la normal y finalmente la fuerza de fricción.

Gracias a estas leyes la manera de mover materiales y objetos se volvió más exacta con las matemáticas y se han logrado grandes avances en diferentes ramas de las ciencias. Y es en realidad muy curioso que este tipo de mecanismos siguen presente en la vida diaria del humano, como lo son las rampas en las construcciones, las rampas de acceso para personas discapacitadas, las rampas para el acceso al segundo piso del periférico, etcétera.

Sin embargo, una de las aplicaciones más raras es la rampa para medir la viscosidad. Esta prueba de control de calidad es utilizada por varias empresas pero fue inicialmente Heinz quien la propuso para demostrar la densidad de su producto. Consta de una placa de acero inoxidable inclinada a la que se le vierte una cantidad de cátsup y se observa cuanto se desplaza en un determinado tiempo, si se desplaza mucho o muy poco ese lote se cancela, ya que no cumple los límites establecidos por la empresa.

“No todo lo que parece es, no todo lo que es parece. Pero entre el ser y el parecer hay siempre un punto de entendimiento, como si ser y parecer fuesen dos planos inclinados que convergen y se unen. Hay un declive, la posibilidad de escurrir por él, y, si así sucede, llega al punto en que, al mismo tiempo se contacta con el ser y el parecer”

– José Saramago.

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