top of page

Gaslighting

Elsa Flores

La primera vez que encontré este termino sentí alivio, esa ansiedad mental con la que había estado cargando desde hace tiempo porque ¨tal vez sí estaba exagerando¨ disminuyo, parecía ser que tenía razón y que, una vez más, el feminismo había venido a salvarme de lo individual, a validarme como mujer, como ser humano. Vaya sorpresa que me di cuando entre codo a codo con amigas platicando narraban que ellas también lo habían vivido, pude verme reflejada en cada una, sentía su dolor, su frustración, su rendición del momento y vi, también, su fuerza lo que me llevo a admirarlas aún más.

El gaslighting es un abuso psicológico que se basa en la manipulación para percibir la realidad. Y aunque hoy ya se tiene un nombre para encapsular todas estas acciones y comentarios no significa que anteriormente no haya existido este abuso por parte del hombre o hasta de las mismas mujeres.

Dentro de la búsqueda de poder masculino existen muchas herramientas para ser utilizadas contra nosotras, la propiedad privada que se ve expresada en muchos ámbitos de nuestra vida lamentablemente es un pilar para los vínculos sexo afectivos donde cada parte tiene un rol, el del hombre siempre será quién posee el poder ¿y cómo se mantiene ese poder? Sometiendo a la otra parte. Tal vez dentro de la dinámica no exista violencia física o sexual, pero la psicológica y emocional es igual de dañina.

Este sometimiento es vulnerando la forma en la una ve el mundo—el cual ya se nos dificulta entender por el rechazo que hemos recibido históricamente de esta construcción, pues sabemos no nos representa— generando tanta confusión para que se vayan rompiendo límites. La mayoría de nosotras hemos pasado o escuchado de una situación en la que se nos considera ¨locas¨¨exageradas¨, así se nos llama después de que se abusó psicológicamente de nosotras y claro que nos pasa a la mayoria, si tenemos en la medula el ideal romántico de que la mujer debe tener como máxima aspiración el compartir la vida con un hombre.

Muy pocas veces hablamos de ellos, de cómo es que se meten con nuestro cuerpo, con nuestra inteligencia, con la familia, amigos, carrera, etc. Y nosotras, al ser tan golpeadas con aspectos íntimos pensamos que deberíamos estar agradecidas porque alguien como él se fijó en nosotras a pesar de tener tantos defectos, nos sentimos agradecidas y al mismo tiempo heridas porque solo él nos va a amar, nuestra devoción está dirigida en una dirección. Cuando decidimos alzar la voz por algo que no nos pareció es ahí cuando aparece una ola que ahoga y mata toda aquella racionalidad que podríamos conservar, hemos ya interiorizado tanto la incondicionalidad que nos pesa pensar que lo hemos ¨herido¨ porque aparece como víctima, queriendo restar valor a nuestros sentires o pensamientos, pero eso no lo notamos y pedimos disculpas una, dos, tres, diez veces si es necesario.

Llega un punto en el que estas ya tan desgastada que te encuentras aferrándote a un hilo para no caer en crisis, pero eso llega tarde o temprano, y solo hay una opción correcta: salir corriendo de ahí. Si que suena fácil, simplemente recoger todos esos pedazos tuyos que logres encontrar para irte, pero no contamos con el tiempo que nos va a costar hacerlo, las veces que vamos a preferir quedarnos ahí porque pensamos que es un lugar ¨seguro¨ o porque pensamos que realmente estamos solas.

Hay muchas razones por las que las mujeres nos quedamos en relaciones violentas, todas son válidas, no sabemos la historia de vida de cada una para que decida quedarse con un sujeto que seguramente ya le ocasiono depresión o ansiedad y destrozo toda su estabilidad emocional. Pero una cosa sí hay que tener clara, que somos mujeres fuertes, a pesar de que cada día pareciera ser que existe un agujero en el pecho y se tenga una tristeza que no tiene fin. Esa fuerza, hay que tenerle fe, para que un día la mujer que tiene miedo la vea y pueda salir de donde ahora está.

El gaslighting es la violencia por la que más hemos atravesado las mujeres, no me parece justo que seamos nosotras las que tengamos estar alerta todo el tiempo para detectar estos abusos a tiempo y alejarnos, son ellos los que nos dejan años de terapia para poder recuperarnos y ser una nueva versión nuestra. Por lo cual, son ellos los que deberían desaprender esta conducta, pero lo veo difícil, ante este sistema y país me da más esperanza el seguir abrazándonos entre mujeres, la autodefensa personal es lo que nos salvara la vida.

bottom of page