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El Velo de Aracné

Por Yuno Hdz  @YunoHdz

Dentro de la mitología grecorromana, Aracne era una mujer que alardeaba de tener unas manos tan habilidosas para el tejido, que incluso aseguraba superar a la misma diosa Atenea, quien en la cultura romana tenía su equivalente con Minerva; diosa de la sabiduría y las artes, patrona de los artesanos. Según el mito, Aracne demostró, de manera soberbia y ofensiva, la superioridad que ella contaba en esta destreza del tejido que hizo enfadar a Minerva y terminó por romper el tejido de la joven. La muchacha tejedora advirtió su actitud y arrepentida intentó colgarse para quitarse la vida, pero la diosa tuvo piedad de ella y le perdonó la vida. Sin embargo, para castigarla, la cuerda de donde colgaría Aracne se convirtió en tela y la joven terminó convertida en una araña.

La muchacha tejedora nos acompaña muy de cerca, pues cohabitamos muchos ecosistemas en común, y es frecuente encontrarla en nuestros zapatos, en cada esquina, en las plantas o en el rincón más oscuro y tenebroso del desván. Dicho sea de paso y para evitar confusiones: Aracne y las arañas son arácnidos, no insectos. Este grupo de animales se encuentra dentro de un grupo llamado quelicerados (chelicerata), nombre que significa “aquellos con quelíceros”, y quelícero, a su vez, viene del griego χηλή khēlḗ, "mandíbula" y κέρας kéras, "cuerno", mandíbulas con cuernos, en referencia a los apéndices bucales con las que cuenta este grupo.

Una de las maneras en las que podemos distinguir a los insectos de los arácnidos es por las secciones de su cuerpo. Los insectos están divididos en tres secciones corporales: la cabeza, el tórax y el abdomen; mientras que los arácnidos contienen sólo dos secciones corpóreas: el prosoma (el cuerpo de enfrente) y el opistosoma (el cuerpo de atrás).

Otra forma que puede ser útil para diferenciar a estos dos grandes grupos, es que con los arácnidos tenemos apéndices bien definidos, como ya mencionamos, el principal son los quelíceros o sus mandíbulas; detrás de estos se encuentran los “pedipalpos” que son como esas “manitas” con las que saludan las arañas saltarinas, aunque también, pueden estar modificados como dos grandes pinzas, como es el caso de los escorpiones. Luego le sigue una de las características que muchos de nosotros conocemos: los infalibles cuatro pares de patas, ya que en el grupo de los insectos sólo tenemos tres. Aunado a estas características, está el hecho de que las antenas y las alas, evolucionaron de forma independiente en este grupo tan grande que es el de los insectos, así que, si tiene antenas ni alas, no se trata de un arácnido.

Ya dentro del grupo de los arácnidos, encontramos varios subgrupos que nos son muy familiares, como el orden Araneae en donde encontramos a la joven Aracne y todas las arañas. Una de las características que se encuentra en este grupo específicamente, es que los quelíceros están modificados a manera de colmillos para inyectar veneno y paralizar a sus presas.

Existen animales muy parecidos a las arañas, incluso son confundidas hasta desde el mismo nombre, como la araña látigo, la araña camello o las famosas “arañas patonas”. Sin embargo, a pesar de ser arácnidos, tienen su propio grupo, nos referimos a los ambipligios, a los solífugos y a los opiliones, respectivamente.

Algunos arácnidos que acompañan a Aracne en el grupo son: los ácaros, los escorpiones, las garrapatas encapuchadas, los palpígrados, los pseudoescorpiones, los vinagrillos, entre otros tantos más.

Ahora ya sabes que las incansables tejedoras tienen su grupo, y por qué el Hombre Araña se ofende cuando le llaman “insecto”.

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