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Desesperación

Por Rodrigo Chávez

La temporada electoral de 2021 está entrando a fases avanzadas dentro de los partidos políticos, los grupos comienzan a empujar a sus candidatas y candidatos a sombrerazos y juegos sucios; los dirigentes nacionales empujan a lxs intelectuales a dar por buenos puntos esenciales de lo que será la plataforma política del partido, y al mismo tiempo tratan de buscar desesperadamente perfiles medianamente dignos para llevar a las boletas. Bastante se mueven las aguas de cara al proceso electoral, mientras en MORENA se debate una nueva candidatura para el estado de Guerrero, después de tratar de ser pragmáticos cometiendo la pifia de permitir a un violador treparse a la pelea, los demás partidos están apostando a cosas no muy alejadas a este lamentable proceso.

La poco práctica alianza por México comienza a tomar rumbo, si es que podemos llamarle de algún modo a lo que parece ser una victoria cultural del PAN y una panacea económica para el PRI. Como se ha mencionado, la alianza no tiene grandes proyecciones reales sobre los puestos en disputa sin embargo lo preocupante tiene más que ver con el tipo de perfiles que resuenan ya en los pasillos de los partidos. Contrario a lo que intentaron con Anaya en 2018, los panistas le apuestan a una política tradicionalista y conservadora, el revivir en recientes días a su único referente que guarda medianamente coherencia entre discurso y valores partidistas demuestra que existe entre los blanquiazules una desesperación tremenda.

Siempre he creído que el panismo está destinado a desaparecer por una cuestión generacional, pues entre millennials y gen Z hay un gran progresismo innato propio del acceso a la información y la necesidad de generar un mundo más plural y seguro para todos. Es por eso que el panismo tiene dictada sentencia en el mediano plazo. El blanquiazul tiene que ponderar entre sus bases históricas con la iglesia católica y las clases medias aspiracionales o buscar nuevos votantes que demandarán respeto a los derechos humanos, liberación femenina y agenda LGBTTTIQ+, cosas sumamente contrarias entre los dos bandos y que demandan contundencia. No se puede seguir utilizando un discurso ambiguo sobre temas como aborto o adopción homoparental si se quiere llegar a la juventud, mientras que posicionarse a lado de las causas justas y urgentes de las juventudes demandaría renunciar a su pacto religioso-político de vieja usanza.

La mayor muestra de desconección sobre temas de juventudes por parte del panismo tuvo que ver esta semana sobre dos ejes fundamentales, el voto negativo por parte de toda la bancada panista en Quintana Roo para legalizar el aborto y el temible regreso de Diego Fernandez de Cevallos a la vida pública, esta vez en redes sociales, para “convencer a los jóvenes de pelear contra lo peor de la política”. Así es, la apuesta juvenil del panismo tiene casi 80 años y una larga fila de acusaciones por enriquecimiento ilicito, corrupción, tráfico de influencias, misoginia, homofobia, clasismo y otras joyitas que lo hacen el portavoz de las necesidades juveniles.

En el tema de Quintana Roo, el panismo deja en claro que por más progresista que sea el discurso durante la época electoral es necesario revisar con lupa las plataformas políticas y las corrientes ideológicas a las que los perfiles se allegan. El panismo nunca va a traicionar el pacto anti derechos que tienen desde sus inicios con la iglesia, por más que Felipe Calderón o Xóchitl Galvez traten de decirse progresistas, bastaría para eso recordar que durante el sexenio de Calderón se retiró la educación sexual de los programas de estudio para educación básica, como si quitando la ESI se arreglara algún problema.

El tema de Diego es un tanto más complejo y dependiendo de donde nos encontremos ideológicamente es o muy positivo o muy negativo, viéndolo desde la acera de enfrente me esperanza saber que el panismo no cuenta con juventudes dispuestas a mantener discursos segregantes ni a participar en el juego del conservadurismo más reacio que ha acosado al país. La necesidad de traer de la tumba a un personaje tan nefasto, abrasivo y violento como Fernández de Cevallos nos hace pensar que las escuelas políticas del panismo y las juventudes panistas carecen de personas, o bien de perfiles, realmente fuertes como para generar un impacto; cuando la juventud abandona la estructura del partido es cuestión de tiempo para que el último desaparezca definitivamente.

Aunque si usted es panista, el tema puede ser emocionante, ver cómo se ha traído del más allá al único referente medianamente íntegro seguro le hizo sentir emoción. Ahora bien, en medio del bullicio de los desposeídos y desprestigiados le invito a reflexionar, ¿por qué seguir siendo panista? Existen suficientes partidos de derecha en la boleta electoral, el capitalismo tiene suficientes vasallos políticos que le están representando, si lo que a usted le preocupa es el tema religioso, he de comprender que sea el panismo su corriente natural, sin embargo le invito a replantearse la idea de moral y de Estado.

El panismo agoniza, pero ha conseguido hacerse con el eje ideológico de la alianza por México. La alianza irá franca al conservadurismo-liberal que ha puesto en el poder a gente bastante detestable en la historia, es tiempo de definirse y comprender que no se puede ser conservador y al mismo tiempo militar en las causas sociales progresistas porque es insostenible, la careta tarde o temprano se cae.

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