top of page

EL PASO.

 

El fin de semana anterior las localidades de El Paso y Dayton, en Estados Unidos fueron foco de noticias por ataques de personas armadas contra población civil, el primero fue una noticia que nos conmocionó a todos. El Paso se encuentra muy cerca de la frontera con México y suele ser un lugar en el que la presencia latina, sobre todo mexicana es bastante alta. Sin embargo lo que ocurrió el fin de semana no fue un suceso aislado, tampoco fue producto de un problema psiquiátrico por parte del perpetrador ni mucho menos un incidente como algunos medios lo ha querido vender, estos actos han sido un ataque. Un ataque, planeado, premeditado, un acto político que gustamos ignorar.

 

El discurso de odio no tiene como tal una definición exacta pero según organismos internacionales de derechos humanos podemos catalogar como discurso de odio aquellas expresiones diversas cuya intención sea incitar al odio contra una población, parte de los ejemplos más duros de este fenómeno son los discursos de la Alemania nazi contra los judíos pero no todo el discurso de odio es tan evidente, en la actualidad estas expresiones gozan de camuflajes que en origen suenan lógicos pero no dejan de incitar a la segregación o la violencia, podemos por ejemplo pensar en el discurso típico de los homofóbicos del siglo XXI “yo no tengo nada contra los homosexuales pero no estoy de acuerdo en que salgan a la calle”, “no soy homofóbico, es mi manera de pensar y no va a cambiar”, “deberías ser más tolerante con las opiniones de los demás, tengo libertad de expresión”.

Estos son ejemplos de cómo hoy, se disfraza el discurso de odio. La libertad de expresión se ha vuelto el refugio preferido para las personas que comparten y hacen públicas sus manifestaciones, debemos de entender que la libertad de expresión termina justo donde comienza el discurso de odio. Cuando aceptamos como sociedad que grupos como los skinheads (neonazis), supremacistas blancos, machistas, homofóbicos etc. salgan a la luz pública y compartan su ideología  estamos permitiendo que su discurso crezca y se reproduzca, un discurso que en el fondo busca coartar los derechos de otras personas, busca segregarlas o exterminarlas.

 

Lo sucedido en Texas el fin de semana es la cara de acción del discurso supremacista de Trump, el “Make America Great Again”, este discurso que llevara a Trump a la casa blanca es muestra obvia de cómo el discurso de odio se puede replicar y posteriormente llevar a la práctica, Trump en campaña dijo que los latinos eran personas indeseables, que no deberían estar en Estados Unidos y en días recientes ha surgido un video en el que pregunta “¿cómo detener a estas personas?”

 y una persona responde “disparandoles” a lo que el presidente responde con una risa cómplice, pero no es el único que ha hecho clara su postura supremacista en medios masivos, también existe el caso de Jared Taylor, quien tuviera un enfrentamiento con Jorge Ramos en una entrevista sobre su posición ideológica y él respondiera que Trump tiene la fórmula exacta para terminar con la migración, que es necesario que los blancos estén dispuestos a segregar o serán segregados, que los latinos ganan poder quitándoselo a los blancos. Hay que quedarnos con esto último, creer que el poder pertenece a ciertos grupos por su condición de nacimiento llámese color de piel, sexo, género, preferencia sexual etc resta derechos políticos a las personas que no encajan en esos estándares y los entiende como otros, como algo inferior, como persona no dignas o no aptas para hacer lo que sí pueden los que deberían por nacimiento ser superiores.

 

El actor material del atentado en El Paso había hecho pública su postura a favor del discurso de Trump, además de publicar previo al ataque que Texas sufre una “invasión por parte de los latinos”, una raza que según el discurso de Trump es indeseable porque son gente peligrosa y en sus palabras “bad hombres”, a pesar de que los latinos representan el 11.7% de la población y sea su fuente de producción primaria los ataques contra esta población no han cesado, por el contrario son cada vez más frecuentes y violentos, pero ¿qué podemos hacer para detener estos ataques?, ¿cómo podemos evitar el discurso de odio? Bueno, por más contradictorio que parezca la respuesta al discurso de odio es la intolerancia, según Karl Popper, un filósofo austriaco del siglo pasado, la tolerancia debe tener un límite y no debe permitir jamás las expresiones de odio como parte de la expresión natural del desarrollo social, al aceptar los discursos de odio por tolerancia se propicia la extinción de las libertades y de la propia tolerancia por parte de los que impulsan el discurso segregante.

 

Pero tampoco debemos omitir que en Estados Unidos existen no sólo discursos de odio, replicantes o ciudadanos supremacistas, también existen condiciones para que los ataques de tiroteos masivos sean frecuentes en la nación americana, la portación de armas es un tema que no se habla, los americanos tienen acceso a armas sin mayor previsión de parte de las autoridades y las condiciones impuestas por el gobierno americano son en realidad risibles, los tiroteos masivos en la nación vecina son un problema que el gobierno no ha querido confrontar, esto puede deberse a que “La Asociación del rifle” tiene una gran influencia electoral.

La ONU ha hecho reiteradas recomendaciones por regular el comercio de armas en U.S.A. pero no han sido acatadas por el gobierno.

 

El suceso del fin de semana es trágico pero nos invita a reflexionar. No sólo en U.S.A. existen discursos de odio, en México fue común leer con la llegada de la caravana migrante demasiadas posturas supremacistas comenzando por el típico “regresen a su país”, leí en redes “ojalá les dispare la guardia fronteriza”, “son delincuentes”, “nos van a quitar nuestros empleos”, el discurso de odio debe parar, debemos reconsiderar nuestras posturas y cuestionar si lo que me molesta de otros es algo real o es parte de un discurso que busca coartar a quien creemos inferior.

Hasta el momento se sabe el fallecimiento de 22 personas, la mayoría de ascendencia latina, es trágico darnos cuenta que los discursos violentos traspasan el plano de las palabras, que dejan de ser “declaraciones polémicas”, “chistes negros”, “opiniones”, el fin de semana esas expresiones que solemos minimizar cobraron 22 vidas de personas que estaban teniendo un día normal, la próxima vez que una declaración parezca ser segregante deberíamos entender que afuera hay alguien que podría cometer algo atroz y que también ve a los demás como seres inferiores, muchas veces han dicho que mi generación (los millennials) somos bastante sensibles y la respuesta es sí, no debemos permitirnos el lujo de perder la sensibilidad, la empatía, la posibilidad de detener de origen un atentado contra personas, sí, somos y seremos intolerantes ante el discurso de odio, es una obligación ética y moral ser intolerantes contra todo aquello que represente una forma de segregación contra alguien.



 

E.R.C.H. 8 DE AGOSTO 2019

bottom of page