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EL DESPERTAR DE LA NUEVA SUIZA

 

Despertar no siempre es sencillo, cuando un paciente ha estado en coma durante mucho tiempo es muy común que presente problemas de memoria que su cerebro intenta llenar con cosas que no son necesariamente ciertas, esto pasa en pacientes que permanecen años en ese estado pero jamás se ha documentado un caso de un periodo de 30 años.

 

30 años fue el tiempo que duró el periodo neoliberal en México, durante todo ese tiempo existió un sector de la población que permaneció mayoritariamente ausente de la vida política del país, parecía dormido o cuando menos indolente. La derecha ciudadana se desarmó y desarticuló por completo, abandonó no solo la teoría sino la militancia política en su propia corriente de pensamiento, relegó la vida pública a los funcionarios y desapareció por completo de las instituciones.

Durante 30 años el rol principal de la población “apolítica” comenzaba y terminaba el 1 de julio de cada 6 años, justificaba los manejos deplorables de la vida política por sus aciertos en la macroeconomía, satanizaba la protesta tachandonos a quienes nos atrevimos a alzar la voz de; huevones, revoltosos, mugrosos, chairos, paranoicos, desquehacerados y un sinfín de adjetivos más. Pero olvidaron una cosa, en la democracia como en la vida todo es limitado y todo cambia.

Hoy, la balanza se ha revertido, para bien o para mal la historia nos ha dado la razón a quienes señalamos desde hace tiempo las atrocidades que se cometían desde el gobierno. Este cambio ha sido difícil para todos, la izquierda reactiva, crítica y señalante que fuimos ayer no ha tenido una labor sencilla en el cometido de crear gobierno y la derecha cómoda y complaciente con las antiguas cúpulas de poder y administraciones hoy, no se siente representada ni acorde con la manera de llevar el país. Un sentimiento bastante válido e incluso necesario para resolver problemáticas que nos aquejan a todos. Pero el problema no es estrictamente del poder o de quienes intentamos incansablemente generar oportunidades y crear espacios de respuesta a estas problemáticas, necesitamos más voces, más enfoques y mucho más participación de sectores que han estado apagados desde hace bastante tiempo y estos sectores alejados por iniciativa propia o empujados a abandonar su condición de militantes no saben como acercarse o interpretar los esfuerzos que hacemos. Y es que no es sencillo darse cuenta después de 30 años que la corriente que apoyaban o que dejaban trabajar sin ninguna postura en contra no fue tan placentera como lo creían, hoy los ciudadanos que se identifican con la derecha no saben a ciencia cierta qué es lo que apoyan, tienden en su mayoría a desconocer su propia corriente de pensamiento, incluso pareciera que conocer sus propias teorías, su propia literatura les asusta, lo consideran innecesario, lo consideran aburrido y siguen hoy llamándose apolíticos. Perdieron toda fe y creencia en las instituciones políticas, en los partidos políticos para ser exactos pero siguen teniendo en su interior este deseo de participar en la política, critican pero lo hacen desde una posición meramente personal, sesgada y cegada por su subjetividad plena, desprecian la idea de pertenecer a colectivos, de generar espacios plurales y los pensamientos meritocráticos y de “echaleganismo” han sido una lápida que no han sabido superar.

La derrota del 1 de julio de 2018 fue monumental para los partidos de siempre, los partidos que habían gobernado desde hace mucho bajo una misma corriente de pensamiento. MORENA y el efecto AMLO rompió por completo a los 2 partidos que hasta ese entonces habían gobernado, el PRI perdió todas sus bases sociales, perdió en lugares en los que creía tener un triunfo asegurado y el PAN no ha sabido renovarse con profundidad, es un partido que cada día suena más alejado de las dolencias ciudadanas y del progresismo que se gesta y desarrolla entre las juventudes. Los simpatizantes de estos partidos no encuentra argumento válido para poder generar empatía o confianza en los ciudadanos que se sienten traicionados y decepcionados por la derecha neoliberal.

No obstante una gran cantidad de personas “apolíticas” comienzan a descubrir el poder de su condición de ciudadanos, comienzan a ejercer su soberanía y a exigir por primera vez ser escuchados, eso es muy bueno pero la forma en que lo hacen es bastante primitiva hablando de forma estructural. La 4T ha tomado algunas decisiones controversiales que deben ser cuestionadas pero no es posible cuestionar sin proponer y eso es algo que se aprende ejerciendo nuestros derechos políticos y sobre todo militando nuestras corrientes de pensamiento, por desgracia los “ahora opositores”, como yo les llamo, pasaron tanto tiempo al margen de la vida política que hoy no son capaces de sustentar su crítica o sus dolencias cuando se ven confrontados en el paralelismo del pensamiento, los chairos de siempre culpamos de los problemas mayores a las administraciones pasadas, por ejemplo el tema de violencia en el país no es nada nuevo, desde que se desató la guerra contra el narcotráfico en 2006 la violencia ha sufrido escaladas enormes y no se ha podido controlar. Nosotros señalamos desde hace tiempo a Felipe Calderón como el responsable de este problema pero los trasnochados de la política nacional no dijeron nada en su momento y hoy descubren que la violencia es mayor a la que ellos creían y tratan de culpar a un gobierno nuevo de este problema, cuando, si bien es cierto que la violencia se sigue desbordando no ha nacido en diciembre de 2018.

Hoy la nueva oposición se enfrenta a un problema enorme, un problema dialéctico que los confronta en ideas no contra los que estamos en desacuerdo con su pensar sino con ellos mismos, durante mucho tiempo justificaban las acciones de gobierno con frases trilladas y revictimizantes como “el cambio está en uno mismo, trabajar duro es mejor que exigirle a un gobierno, el gobierno no va a resolver los problemas, nosotros debemos trabajar y hacer nuestra parte”. Estos pensamientos son clásicos en quienes desprecian la idea de un estado fuerte y organizado,un estado con capacidades de resolver problemáticas. Es un pensamiento bastante de derecha, poner en el individuo el fin y el medio de la vida social. Pero el problema es que estos mismos pensamientos desarticulan la posibilidad de crear comunidad y por ende los deja fuera de las instituciones que son necesarias para construir una oposición. Es decir, su pensamiento individual no les permite crear y proponer una organización social que les represente y que haga que sus posturas personales se lleven a un nivel de diálogo o de resolución. Hoy la oposición intenta casi desesperadamente plantar postura, de generar y de organizar una resistencia pero su discurso se contradice, no podemos generar espacios de mayoría social si creemos que los problemas se resuelven desde la mera individualidad, esto lleva a los recién anexados a la vida política a dar gritos, gritos que se pierden, que quedan como una idea en el aire, una idea que podría ser muy valiosa queda en la nada por la imposibilidad de generar un organismo institucional y organizado que lleve esta dolencia y esta idea a generar una solución. La Oposición necesita deshacerse urgentemente de estas ideas individualistas y segregantes que habían podido permitirse cuando eran gobierno pero que hoy es un lujo imposible de pagar, no pueden seguir con este discurso si lo que quieren es representar y conformar un contrapeso.

En la democracia los contrapesos son una parte esencial de la vida pública y política, un gobierno sin contrapesos es un gobierno flojo, un gobierno cómodo y se abre la posibilidad terrible de vivir algo parecido a lo que fue el priato. Como impulsor y simpatizante de la 4T estoy de acuerdo en muchas cosas y estoy comprometido con el proyecto de nación que intentamos construir pero no dejo, en lo personal de ser un demócrata, de ser alguien que cree en las instituciones estatales y que reconoce que necesitamos una oposición. Nos urge una oposición, una oposición que sea crítica, militante, que plantee postura que nos enfrente, que nos debata, que nos permita corregir los errores y que nos señale lo que está mal.

La derecha hoy se escuda y se esconde diciendo que en MORENA y sus simpatizantes hace falta crítica y yo les digo que no, hay crítica, mucha y cruda pero la crítica se da dentro de las instituciones, un partido politico jamas va a mostrarse débil frente a sus rivales. Es por eso que hoy urge que nos enrolemos en nuestras obligaciones ciudadanas, los simpatizantes de la 4T debemos seguir haciendo gobierno y la oposición debe hacer justo eso, oponerse, pero no podemos los unos pedirles a los otros que hagan nuestro trabajo, es decir los simpatizantes del gobierno no podemos pedir que la oposición nos diga cómo gobernar pero la oposición no debe ni puede pedirnos que nosotros hagamos la crítica, ese es trabajo de ustedes y enlistarse en la oposición hoy más que nunca es necesario.

La Nueva Suiza no existe, por desgracia, suena un país maravilloso, un país donde echarle ganas asegura éxito, donde la desigualdad no es real, donde los indicadores macroeconómicos se ven reflejados en los bolsillos de la gente, donde la violencia no existe o es mínima, donde los que se quejan lo hacen por placer, me gustaría haber  vivido ahí pero…

yo vivo en México y yo he sido testigo de la descomposición social, política y gubernamental de este país.

Bienvenidos de vuelta, los necesitamos y necesitamos que se tomen en serio su papel de opositores.

No vuelvan a quedarse al margen de lo que nos daña a todos y sobre todo, no permitan que sus ideas se queden en el aire, tienen mucho trabajo por hacer, tienen enfrente una responsabilidad enorme, más grande que hacer gobierno pero si se organizan y se acercan a las dolencias dejando de lado sus prejuicios y sus estereotipos confío en que puedan lograrlo. Elevemos el debate, necesitamos recuperar al país y no podemos los unos sin los otros, por otro lado si usted no tiene tiempo o no está interesado con todo respeto le pido que no estorbe.

 

E.R.C.H. 22-AGOSTO-2019

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