“Cyborg”

Por Bruno Rico Gómez.

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Hace unos cuantos años se anunciaba Detroit become Human videojuego para la plataforma PS4 en donde el personaje principal es un “humanoide”, un robot con apariencia y comportamiento humano pero sin sentimientos. Platicando con mi novia que estudia medicina me comento este hecho para la columna de hoy, ella se refería a como el humano poco a poco se está volviendo un robot.

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México tiene problemas de salud muy grandes, desde la obesidad extrema en la que vive hasta los diferentes tipos de canceres que se pueden presentar en el ser humano. Para algunos hay tratamientos y procesos pero ¿Qué pasa cuando un corazón deja de funcionar?

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Muchas personas son suertudas o con buenas relaciones logran obtener un órgano que se acople a sus sistema, recordemos que para que una operación de este tipo el órgano tiene que ser aceptado por el sistema inmunológico ¿pero y si no hay corazones a la mano? La mejor respuesta son los marcapasos.

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Aparatos mecánicos con tecnología de punta que a base de una bomba y un sistema de engranajes logra asimilar las funciones de un corazón ordinario sin la necesidad de que tenga que ser aceptado por el sistema inmunológico.

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Estos aparatos logran facilitar la vida de la persona afectada, pero, por la misma exactitud con la que son fabricados suelen tener un precio bastante elevado, por lo tanto las opciones que se pueden tener en cuenta para una operación exitosa son mínimas. Científicos alrededor del mundo trabajan año con año para la fabricación de aparatos más costeables y con la misma funcionabilidad para poder salvar la mayor cantidad de vidas posibles.

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La impresora 3D ha sido una de las herramientas más útiles en este proceso, que aunque al principio solo podía imprimir con polímeros, la evolución ha llegado a este sector y ahora existen impresoras de metales. Uno de sus usos más comunes es en la fabricación de turbinas, ya que al ser fabricadas con figuras geométricas complicadas y exigir exactitud manométrica, la forma en la que una impresora 3D trabaja hace que este trabajo sea más fácil.

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Eso en cuestiones de cardiología ¿Pero las aplicaciones tecnológicas paran ahí? Para parecernos más a un ciborg faltaría tener una carcasa de metal como en las películas y videojuegos. Como tal, no hay exoesqueletos como en los videojuegos, pero si tenemos los implantes de aleaciones para cuando alguien se rompe de manera extrema algún hueso. Desde dedos hasta caderas la fabricación de huesos prostéticos ha crecido de manera exponencial en estos últimos años.

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Las aleaciones son producto de la mezcla de dos elementos, una de las más famosas es el acero, una aleación de hierro con carbono, pero como muchos saben, el acero tiende a oxidarse en condiciones acuosas y por lo tanto su utilidad en la medicina se ve limitada.

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No es hasta que se empieza a utilizar Vanadio y Titanio para la fabricación de prótesis que el mundo científico se dio cuenta de sus ventajas, al tener menor densidad y mayor dureza que el acero, el titanio se empezó a emplear en la industria médica. Las aleaciones más famosas para la medicina son las de Vanadio-Titanio, algunos latones, aluminios con vanadio y en ciertas aplicaciones el acero inoxidable. Este tipo de aleaciones hacen posible que casi todo el cuerpo humano pueda ser remplazado, como el esqueleto de un ciborg.

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Las operaciones en los globos oculares tampoco se quedan atrás, con operaciones cada día mas exactas y con mayor definición hacen que el humano pueda ver sin problemas a pesar de estar parcialmente ciego durante gran fracción de su vida. El láser es la herramienta que se utiliza para este tipo de operaciones, un haz de luz único potenciando electrones mediante la activación espontanea de plasma hacen posibles este tipo de operaciones. ¡No es sorpresa que en un futuro tengamos cámaras como ojos!

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En fin, el humano cada año deja de ser un humano y se vuelve más como un ser robótico, como un ciborg. Y no me refiero a las operaciones, nuestras acciones y nuestro día a día hace que parezcamos robots manipulados por empresas para trabajar, gastar y al final de nuestra vida, arrepentirnos de lo que no hemos hecho.

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Con la implementación de la innovación en los procesos médicos el humano desafía a la muerte cada segundo y realmente no apreciamos lo que deberíamos de apreciar. Con estas operaciones se da una segunda o tercera oportunidad que tal vez mucha gente aprovecharía de una manera. En fin, somos humanos que buscamos culminar nuestra transformación a robots, a ciborgs.