top of page

Gris Cyberpunk

Por Gabriela Del Reyo

2020, un año lleno de una serie de eventos desafortunados que al mismo tiempo han expuesto problemas sociales como el racismo y la brutalidad policiaca. Como respuesta al asesinato de George Floyd, se han realizado diferentes protestas en Estados Unidos desde el fin de semana pasado; pero algo curioso y que llamó mi atención fue que, en medio del movimiento #BlackLivesMatter y de las protestas, se concretaba el lanzamiento del cohete Dragon Falcon 9 de SpaceX en colaboración con la NASA. Mientras la población afroamericana de Minneapolis salía a las calles a exigir justicia, el presidente Donald Trump se encontraba en Florida dando un discurso de felicitación a Elon Musk, ya que con este logro aeroespacial inicia una nueva era donde la misión es llegar y ocupar Marte.

Estos acontecimientos científicos y tecnológicos, además de distraernos un poco de la triste realidad social en la que vivimos, llegan a ser emocionantes, probablemente gracias a películas de ciencia ficción como Blade Runner. De hecho, el año pasado, 2019, es el tiempo donde se ubica la primera película de Blade Runner, y curiosamente ese año también Elon Musk presentó la “Cybertruck”, una camioneta con un diseño futurista tipo ‘Cyberpunk’. Para nuestra generación, el progreso está relacionado en gran medida con el desarrollo tecnológico y con la estética ‘Cyberpunk’; crecimos con computadoras y videojuegos, vivimos el desarrollo de los celulares, vimos el nacimiento de las redes sociales y las ‘apps’, vemos Rick and Morty, etc.

Sin embargo, si lo pensamos bien, la palabra “progreso” en esta cuestión industrial-tecnológica viene acompañada de un deterioro ambiental. Sustituimos los colores de la naturaleza (principalmente el verde de los árboles) por edificios, avenidas o túneles eléctricos color gris. Simplemente, las revoluciones industriales originaron el deterioro ambiental a partir de la deforestación, de la creación del plástico y del unicel, la contaminación por residuos electrónicos, la contaminación de ríos y mares por el petróleo u otros desechos químicos, inclusive la contaminación radioactiva y armamentista.

Actualmente hemos tratado de reducir este impacto ambiental con acciones como separar la basura, no usar popotes, usar contenedores de alimentos al comprar comida para llevar, utilizar energías sustentables, comprar ropa de segunda mano o vintage, fabricar y comprar autos eléctricos como la Cybetruck, usar la copa menstrual, plantar árboles o hacer huertos y jardines, e incluso hacemos uso de los dispositivos y la tecnología para no desperdiciar papel en cuadernos, libros, tickets de compra, etc. Personas como Leonardo DiCaprio o Greta Thunberg han hecho documentales al respecto o hablan frente a líderes mundiales para pedirles o motivarles a que reformen la economía y las leyes a favor del medio ambiente. Lamentablemente nada de esto ha sido suficiente.

Apenas en nuestro país esta semana inició la construcción del Tren Maya y se recortó un 75% el presupuesto de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), sumando que en el gobierno anterior inició la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y del Tren Interurbano México-Toluca, y que la construcción de este último sirvió de pretexto para construir una autopista innecesaria (Toluca-La Marquesa) en medio de la autopista México-Toluca.

Soy testigo de como estos dos proyectos causaron el ecocidio de gran parte del bello bosque de La Marquesa. Hace 10 años cuando viajaba de la CDMX a Toluca y viceversa, los dos sentidos de la autopista eran separados por cientos de árboles, ahora sólo se ven pilares y ballenas de cemento que son parte de un proyecto a medio construir, donde la naturaleza fue sacrificada por la corrupción y los intereses de unos cuantos. Es preocupante que algo similar va a pasar en los próximos años. A pesar de los estudios ambientales realizados previamente, se va a realizar el proyecto del Tren Maya con el pretexto de motivar el progreso y desarrollo del sur de México.

En conclusión, después de ver y pensar en todos estos acontecimientos, sólo pienso: ¿En verdad la humanidad preferirá sumar esfuerzos para llegar a Marte o para vivir en una realidad similar a la de la película de WALL-E, dentro de una nave en donde la tecnología y la inteligencia artificial esté a nuestro servicio y huir, en lugar de sumarnos todos y rescatar nuestro planeta Tierra sin seguir destruyéndola creando una distopía de película de ciencia ficción, sin árboles ni flores, sólo gris y decorada con luces neón a lo Cyberpunk?  

bottom of page