top of page

No se trata de un avión

Por Ángel Estrada

Pese a los diversos puntos de vista respecto al desempeño del gobierno de Andrés Manuel, cabe resaltar su capacidad de ser un buen comunicador, pues ha puesto en la agenda la discusión de temas que él quiere que estén en boca de la opinión pública. Su discurso es bien recibido por ser un discurso simple, que da la sensación de cercanía entre el poder y los sectores de la población que históricamente han sufrido el abandono estructural del Estado. En consecuencia, la legitimidad con la que llegó al poder, sumado a una estrecha relación con la población y su gran capacidad comunicativa, le permiten hablar de un tema que genera simpatía y que este sea discutido de manera amplia, hasta que hable de otro tema igual de polémico e «interesante».

Tal es el caso del avión presidencial, el cual ha estado en su agenda desde el proceso electoral que lo llevó al poder en 2018, donde prometió que de ganar no sólo no lo utilizaría, sino que habría de venderlo.

Para entrar en contexto, AMLO capitalizó el hartazgo de la población ante la ostentosidad con la que el poder se mostraba sin problema, contraria a la situación tan precaria en la que vive el grueso de la población. Y un gran símbolo de aquella ostentosidad, sin duda, era el uso de un avión lleno de lujos al que quizá apenas una centena de mexicanos podrían aspirar, cuyo precio de compra fue de 114.6 millones de dólares.

Una vez llegado al poder, AMLO puso a la venta el avión, pero por sus características, un año después ha resultado muy difícil e inútil cualquier intento de venderlo, por lo que pocos días atrás, en una "mañanera", anunció que de no venderse el avión sería rifado con ayuda de la Lotería Nacional a través de la venta de 6 millones de "cachitos".

Estos dichos causaron reacciones muy diversas en el país: se crearon un sinfín de memes, mucha gente defendió dicha declaración, muchos dijeron que estaban dispuestos a comprar uno de los 6 millones de boletos, y muchos, incluyendo a la oposición (que siempre cae en el juego discursivo del presidente al no tener la capacidad de poner en la agenda pública una discusión más productiva e interesante) reprobaron dichas declaraciones al calificarlas de "ocurrencias".

Andrés Manuel dijo que la época donde los gobiernos recurrían a espectáculos mediáticos como la detención de grandes narcotraficantes como Joaquín Guzmán Loera, o personajes como Elba Esther Gordillo o Florence Cassez, había terminado, pues no necesitaba de eso para legitimarse y ser bien visto. Pero en la realidad ha hecho exactamente lo mismo, sólo que con un enfoque diferente, donde apela a una forma comunicativa extremadamente brillante y eficaz que pone como tema a discutir asuntos que parecen curiosos, polémicos e incluso divertidos, como el mencionado, pero que, como sus antecesores, sólo distrae la atención de asuntos verdaderamente importantes y urgentes de resolver.

Es preocupante —más allá de sí se trata o no de una ocurrencia del presidente— que el tema de la venta o rifa de un avión sea mucho más relevante que temas que de verdad deberían (por simple lógica) estar en boca de la población mexicana (incluyendo a la desdibujada y casi inexistente oposición partidista): en este país están muriendo cerca de 100 personas al día, el número de personas desaparecidas ha crecido de manera exponencial en los últimos años, el sistema de salud con la transición del Seguro Popular al INSABI ha resultado todo un problema que pone en riesgo millones de vidas, la economía no solo se ha estancado, sino que ha tenido una ligera caída, los feminicidios han incrementado de manera alarmante, las supuestas reformas al Sistema de Justicia Penal suponen un retroceso preocupante, y en general, cualquier tema relacionado con la seguridad pública resulta un completo desastre.

Es apremiante que miremos a este lado del valle, donde no todo es tan fácil como desde el poder se han querido presentar las cosas; hay mucha sangre corriendo por las calles, y es responsabilidad del ejecutivo responder urgentemente a este grito de quienes exigen justicia y paz. Es momento de que enfoquemos la atención, por ejemplo, en donde el dolor de miles de familias ha estado estancado sin muchas posibilidades de ser sanado, y no en mera propaganda gubernamental que apela a mantener la popularidad en altos niveles.

Y más allá de si la violencia que vivimos hoy es consecuencia de un equivocado proceso llevado por gobiernos anteriores, o si el problema del sector salud se debe a intereses oscuros y corruptos de las farmacéuticas o a un erróneo proceso transitorio del gobierno, o si la economía no ha crecido por tal o cual razón, la verdad es que son estos los temas que deberían estar siendo discutidos con fuerza en el país, y no uno tan banal e incluso irrelevante como la venta de un avión.

bottom of page