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Resiliencia

Por Bruno Rico Gómez

El término resiliencia tiene muchos significados, en ingeniería de materiales es la propiedad física de un material para soportar la carga y doblarse para después recuperar su forma original. En psicología el término se utiliza para asociar una condición de superación ante situaciones traumáticas.

Fue una semana dura en todo el mundo, desde el tiroteo de hoy domingo en Estados Unidos, el accidente de la línea 12, las protestas en Colombia, la sequía del hemisferio norte del globo, etc. Todo esto aunado al coronavirus ha puesto en tela de juicio quienes somos y quienes son los que están por encima de nosotros.

Lamentablemente, la resiliencia no forma parte del día a día en las clases sociales altas, pero para la clase trabajadora esto ya se volvió una forma de vida. Que guardes el celular bueno en las calcetas y el malo en la bolsa por si te asaltan, que no te resistas a los asaltos, que la política es una juego donde nosotros no participamos, que no intentes mejorar tu país porque amaneces en bolsas negras, al final, que somos ignorantes. La clase trabajadora, que es mayoría, ha sufrido estrados sistemáticos durante toda su existencia y lo único que ha hecho para combatirlos es esquivarlos con técnicas de supervivencia.

“Divide y vencerás” diría Julio Cesar, esta técnica ha funcionado desde el nacimiento de la democracia y hasta la fecha funciona a la perfección. ¿Nunca se han preguntado porque para todo hay un contra? Coca vs Pepsi, Ford vs Chevrolet, Morena vs PRI, América vs Chivas, Diablos Rojos vs Tigres, etc. Son solo ejemplos de rivalidades con mucha tradición en el país, rivalidades que han marcado tanto a familias y amistades. Rivalidades que causan conflictos y discusiones por ver cuál es el mejor de todos. Todos estos forman parte de la globalización pues ya que los mercados se abren todo el mundo puede suponer una competencia.

¿Cuál es el problema que veo en todo esto? Mientras nosotros nos peleamos, los dueños son los que se enriquecen con este tipo de comportamiento, algo así paso con la línea 12. Es una situación lamentable, que cobro la vida de 25 personas hasta el momento, pero al igual que el 19-S, el sismo del 85 o las variadas matanzas estudiantiles ahora es cuando debemos tener conciencia de en quien está el poder. Entrar a redes sociales y ver comentarios de gente defendiendo a unos y maldiciendo a otros y viceversa no es la solución a nada y solo genera una división total, alejándonos de lo que en verdad debemos estar observando.

La culpa no es solo de la instancia gubernamental que cedió la licitación, sino que también, de la empresa que entrego el proyecto “terminado”, de los diferentes gobernantes que han lucrado bajo la mesa con las falsas certificaciones y hasta las empresas que se prestaron a esos movimientos ilícitos. Culpar al presidente actual es tan iluso como el ingeniero que propuso los refuerzos que fallaron.

Tristemente, la resiliencia se confunde con el conformismo, como se pudo observar con todo el desvió de recursos en las tragedias que han acechado a la población mexicana toda su vida. Por esa misma razón, como la generación encargada de arreglar todo lo malo que nos han dejado es importante señalar a los verdaderos culpables y enjuiciarlos como lo dicta la ley. El pueblo ha sido muy resiliente, ya le toca ser más valiente pero sobre todo le toca justicia por todo lo que ha sufrido.

“La permanencia, perseverancia y persistencia a pesar de todos los obstáculos, desalientos e imposibilidades: es eso lo que distingue las almas fuertes de las débiles”.

– Thomas Carlyle.

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