Post day
Elsa Flores
La semana pasada me encontraba moviendo algunas cosas de lugar, pensativa sobre el espacio tan reducido y asfixiante que les había proporcionado a mis últimos años de vida —que guardo dentro de una caja de plástico, no abro más que de vez en cuando para buscar algún apunte de la carrera— encontré, entre papeles y demás, algunos tickets olvidados que casi no se podían leer sobre compras sin sentido, o eso creí, hasta que me quede frente uno de farmacia sobre una pastilla del día siguiente que había adquirido.
67 pesos costo, no fue eso lo que me sorprendió ni dio vueltas la mente, sino el recuerdo de la primera vez en la que fui sola a una farmacia lejos de mi casa por el miedo al qué dirán y, sobre todo, el dolor de verme hormonando mi cuerpa anteponiendo el placer de un hombre. Los efectos secundarios de la post day pueden durar entre 4 y 6 meses, al tomarla no es seguro que prevenga el embarazo, pues esto depende si el ovulo ya fue fecundado o no, si aún no ha sido se debe presentar un sangrado a los días, dependiendo de cada una es cómo se reacciona así que hay casos en los que no te baja, aumentas de peso, te crecen los senos, dan nauseas, dolor de cabeza, cansancio, o sea, te dan síntomas muy parecidos a los de un embarazo, e incluso puedes padecer depresión o al contrario, no presentar ningún efecto secundario.
A pesar de que los métodos anticonceptivos femeninos, en su mayoria hormonales, son una forma en la que las mujeres podemos tener una sexualidad más responsable y consciente, también es una forma en la que los hombres siguen levantando su bandera en el territorio de nuestras cuerpas dado que pareciera ser qué en realidad va dirigido, otra vez, para el placer y comodidad de ellos. Esta ilusión de libertad y reapropiación nuestra se esfuma cuando después de la elección existe un entorno hostil que la castiga.
Es complejo hablar de este tema, dentro de un Estado forma parte de un mecanismo para regular la natalidad, los embarazos en adolescentes, deserción educativa, etc. Sin embargo, el problema no radica en la función del Estado que intenta disminuir de alguna forma la desigualdad de género, sino en un contexto cultural y social es dónde podemos notar lo complejo que resulta esto, pues para hablar de cómo es que los hombres desarrollan su sexualidad se tendría que abordar la forma en la que son socializados.
Una de las características principales es el vínculo que tienen entre su cuerpo y placer, ellos al ser bombardeados de manera subliminal con los roles de genero (al igual que nosotras) comienzan a proyectar la masculinidad que se basa es la apropiación, consumo y desecho de su entorno pues es la manera en que subsisten, pero al mismo tiempo oprimen de acuerdo a la satisfacción que llegan a tener. La cosificación que nosotras recibimos, por otra parte, es la manera en que en las relaciones sexuales se nos dificulte ver con empatía para ser merecedoras del placer, y como la femineidad se construyó a base de la sumisión y silencio es por eso que en muchas ocasiones no decimos nada cuando ellos deciden no usar condón, ahí mágicamente aparece el Estado distribuyendo métodos anticonceptivos.
Es cierto que nosotras decidimos utilizarlos pero hay que considerar qué tan verdad es eso, influye mucho los estereotipos tóxicos que se han ido creando, como el de la mamá que se embarazó joven por calentura y en realidad es el resultado de la pobre educación sexual que existe en México, otro es qué tener hijos es la manera en qué como mujeres se nos impide desarrollarnos de manera profesional que en realidad es el miedo y rechazo que existe en la sociedad por ver a una mujer profesional y madre a la vez porque no se nos permite estar en dos ámbitos al mismo tiempo. Haciendo que todo esto influya en nuestra toma de decisiones, que claramente es positiva al uso de anticonceptivos con tal de no recibir más odio del entorno, así que beneficia al placer del hombre sobre nuestra cuerpa.
Esto último va ligado por los efectos secundarios que se presentan, vulnerándonos aún más y que justamente esto puede abrir o influir en las violencias que se llevan acabo durante la relación de pareja. En lo personal, considero importante la reapropiación de la cuerpa como posicionamiento político y poner nuestro placer primero, no digo que utilizar algún método se tendría que ver como algo malo, pero sí pensarlo mucho antes de utilizarlo, informarnos bien y acudir con un especialista con perspectiva de género para que pueda hablar con la sensibilidad que merece el tema. También alejarse de los hombres irresponsables que no desean utilizar condón o hacerse la vasectomía y, sobre todo, que no tengan interés de tu placer.
