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Esta (no) es una columna

Por Bruno Rico Gómez

Dentro del mundo del entretenimiento hay casos contados de programas que han extendido su duración por décadas pero su desarrollo puede afrontar grandes problemas.

Uno de los programas más famosos en este formato es Los Simpson, serie que ha estado al aire por más de 30 años, que a pesar de tener uno de los fandoms más grandes del planeta la innovación es lo que ha vuelto complicado el avance de esta serie. Muchos están de acuerdo que las mejores temporadas de los Simpson son de la primera a la novena ya que los personajes no eran tan burdos como lo llegan a ser hoy pero en realidad para mí esto no es más que habladurías.

El problema con extender tanto la vida de un proyecto como este es que si se estrenan temporadas contantemente se llegan a volver monótonas las situaciones del día a día. Similar a lo que paso con The Big Bang Theory, donde los personajes al ser unos profesionistas científicos es muy complicado que se encuentren en situaciones adversas o distintas a su naturaleza, por lo que el saber innovar no solo se debe quedar en papel.

Otro de los tantos ejemplos es el universo de Star Wars, universo que tiene 44 años de existir, con tanto contenido físico y digital que sería necesario un buen tiempo para verlo en orden cronológico pero iónicamente lo que más llama la atención son las películas. Con 9 películas es una de las series más longevas y con mayor atracción de todas, pero no todo es miel sobre hojuelas pues a la mayoría de sus aficionados las ultimas 3 películas son un fracaso rotundo, solo que hay un detalle que dejan de tomar en cuenta.

La creación de monopolios es altamente penalizado en diferentes países por el gran daño a la libertad de expresión que este problema puede presentar. Desde hace ya unos años Disney ha ido comprando estudios y empresas de animación para convertirse en el gran distribuidor de entretenimiento del mundo. Entre sus compras esta Pixar, Lucasfilm, Fox, Marvel, National Geographic, etc. Ciertamente gracias a estas compras muchas de estas empresas siguen a flote por la gran inyección de efectivo de Disney pero las ha convertido en marionetas.

Finalmente, la idea detrás de esta columna. De niño había visto varios animes comunes como Naruto, Dragon Ball Z, Digimon, Pokemon y demás, pero el año pasado con la incorporación de Evangelion a la cartelera de Netflix decidí adentrarme a algo un poco más serio. Me lleve una gran sorpresa con este anime y me intrigo saber que había otras tres películas afuera de la cartelera, lamentablemente no estaban disponibles para observarlas.

Fue hasta este año que se anunció la cuarta y última película de Hideki Anno, como carta fuerte se anunció que las últimas 4 películas se podrían ver en Amazon Prime. Han transcurrido 26 años desde la primera transmisión de Neon Génesis Evangelion y en las últimas entregas se demuestra que la innovación no la dejaron solo en el papel. Todas las ilustraciones, escenas de combate, escenarios y hasta la banda sonora mejoro exponencialmente.

Esto no es coincidencia, ya que al ser una de las series más influyentes en el anime japonés el incremento en el presupuesto se alcanza a ver en la producción final. Si no han visto esta serie animada y las películas recomiendo que le inviertan un poco de su tiempo y naveguen aguas desconocidas como lo hice yo.

“Del mismo modo que la guerra es la consecuencia natural del monopolio, la paz es la consecuencia natural de la libertad.”

- Gustave de Molinari

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