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Medicina popular

Por Rodrigo Chávez

Luego de la más reciente gira internacional por Centroamérica y el Caribe Andrés Manuel anunció un par de estrategias políticas relevantes a nivel internacional y principalmente regional. La primera de ellas fue la negación a presentarse a la cumbre de las américas si no se invita a todos los gobiernos de América latina incluyendo, desde luego, a Venezuela, Cuba y Nicaragua. Tres países que si bien tienen complejidades en su política internacional pertenecen a la región y es fundamental su participación en el foro.

La segunda estrategia, que es la que más levantó pasiones esta semana, es la incorporación de una participación activa por parte de México en la región, en países como el Salvador, Belice y Guatemala se anunció la entrada de programas sociales como jóvenes construyendo el futuro y sembrando vida con la idea de disminuir la migración y ofrecer oportunidades dignas para la región.

Dentro de este paquete de relaciones bilaterales Andrés anunció una política de cooperación con el gobierno cubano que incluye la entrada al país de 500 médicos especialistas de la isla a cambio de que el gobierno mexicano subvencione una importante cifra de dinero así como algunas negociaciones de apoyo internacional. No es secreto, para nadie, que la medicina cubana ha sido punta de lanza en la región desde hace muchísimos años y que, pese al bloqueo, se han entregado resultados inimaginables para la mayoría de los países latinoamericanos.

Cuba es el país que más número de personal médico tiene dentro de sus fronteras, se posiciona como un país élite en cuanto a la atención y cuidado médico aún por encima de países centro como Europa o USA en dónde el número de especialistas no escasean, como en México, pero que el alto coste de los servicios de salud pone en entredicho la capacidad de garantizar la salud como un derecho. Han sido médicos cubanos los que desarrollaron 3 vacunas en contra de la COVID-19 y han sido los mismos médicos cubanos los que en el punto más crítico de la enfermedad salieron a Italia, a México y a dónde fueron requeridos para poder ayudar a vencer al virus.

Con una formación comunitaria y un enfoque alto en la salud comunal los médicos cubanos han sido educados y han ejercido la profesión en sus barrios y en diversos lugares de su país, de igual manera es importante resaltar que debido al criminal bloqueo que sostiene Estados Unidos en contra de la isla los insumos y el equipo de salud existente en Cuba es mucho menor que el que estamos acostumbrados a ver en México. Estas limitaciones bastarían en muchos de nuestros estudiantes de medicina para decir “así yo no puedo hacer nada” pero no para el personal cubano que con una enorme carencia de insumos pero una ética intachable sale avante en esta encrucijada en la que el gobierno estadounidense ha sumido al pueblo cubano por más de sesenta años.

Apoyados en ideas principalmente clasistas y xenófobas los sectores que se oponen al gobierno de Andrés decidieron salir al unísono a gritar que era una aberración pensar en contratar a personal médico internacional y que bastaba con el que se encuentra dentro de nuestras fronteras. Los opositores políticos y ciudadanos decidieron apelar a un trumpismo muy claro y decir que no es posible apoyar a los extranjeros a costa de quitarle trabajo a los mexicanos aunque desde hace unos años se explicitó el déficit de médicos y enfermeras en el territorio nacional.

Por su parte los opositores dentro del sector médico o sus estudiantes decidieron optar por un victimismo muy pasivo-agresivo en el que se pintan como víctimas de un gobierno ciego o sordo a lo que ellos desean. Dicen algunos de ellos que es inconcebible que 500 médicos (y cito) esclavos y comunistas tengan una plaza antes que ellos. Es curioso porque son los mismos que han dicho antes que es un insulto que se les pague una baja cantidad durante su interinato, que es el equivalente a las prácticas profesionales de algunas carreras y que como bien sabemos quienes estudiamos otras áreas es complicado que las prácticas sean remuneradas.

Del mismo modo hemos podido observar, escuchar o leer cómo los estudiantes de enfermería y medicina no están dispuestas ni dispuestos a incursionar en lugares lejanos porque, como decía una publicación antigua en facebook: “los nacos de esos lugares no saben valorar lo que es el trabajo médico”. Lo que se olvidan los compañeros estudiantes y del personal de salud es que es en esos lugares alejados de la ciudad de México y de las ciudades capitales en donde hacen falta los servicios médicos. Es con esos “nacos que no saben respetar el trabajo médico” en donde los médicos cubanos van a ayudarnos a asegurar un derecho fundamental.

He podido observar desde pequeño como el sistema de salud se desmanteló y se llevó a un punto crítico para poder justificar la expansión de los servicios privados, crecí viendo de primera mano como las malas administraciones y manejos con tinte empresarial durante el seguro popular intentaban llevar un esquema de privatización y desvío de recursos  al IMSS y a la secretaría de salud. Tuve oportunidad de comprender el desprecio estatal a las personas más pobres y a las comunidades más alejadas así como el aspiracionismo de quienes se iban formando en las áreas de la salud.

Me parece fundamental recordarle a todas estas personas que ni salud ni la educación son mercancías, no podemos entenderlas desde ahí porque entonces nos encerramos en el error fútil de ver por la ganancia y por la posibilidad de enriquecernos a costa de algo fundamental como es la salud o la educación. No podemos creer ni solapar la idea de que hay quienes merecen vivir con dignidad y quienes no y menos si estas ideas se fundamentan en la cantidad de dinero que las personas puedan pagar por ello. Me parece atroz que los médicos no solo se nieguen a atender a las poblaciones vulnerables sino que caigan en juegos xenófobos y no sean capaces de romper su clasismo.

Por mi parte, lo de siempre, bienvenida sea siempre la solidaridad internacional, bienvenida la perspectiva humana y digna en el servicio de salud y que mejor que con estas medidas que ayudan a solucionar una deuda histórica hacia las comunidades más abandonadas en el país. La dignidad y la salud no se pueden negociar ni se deben dejar de lado y a los que no estén de acuerdo los invito a sumarse al programa de contratación próximo a abrir y a ayudar a llevar salud a todos los rincones del país.

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