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Modelar

Por Bruno Rico Gómez

La necesidad siempre ha sido la mejor motivación para empujar el desarrollo científico, de esta manera siempre se modifican los conocimientos para obtener nuevos y mejores resultados.

Antes de ser consideradas como ciencias o ingenierías, los que profesaban estas ideas eran llamados magos o sabios dependiendo la ubicación, pero todos llegaban al mismo punto: mejorar el conocimiento al mismo tiempo que este se vuelve universal.

Como resultados tenemos miles y miles de años en libros a los que podemos recurrir cuando sea necesario. Esta manera de plasmar el conocimiento volvió a la artesanía en una ciencia, propiciando el origen de las ingenierías.

La discusión sobre cuál es la ingeniería madre siempre estará presente pero yo considero que la ingeniería madre es la ingeniería de los materiales, ya que es la primera en experimentar tanto física como químicamente con los materiales ya sean metales, polímeros, cerámicos o materiales especializados.

De esta manipulación incesante nacieron grandes descubrimientos, tanto artesanales como en la ingeniería, entre ellos se encuentra el tratamiento del cobre y el acero, el descubrimiento del aluminio y como olvidar los grandes aportes en la ciencia atómica de Curie con el radio.

Pero más allá del conocimiento antiguo, el ingeniero actual usa como herramienta dichos descubrimientos para así desarrollar nuevas y mejores técnicas para superar los primeros materiales. La forma más fácil de ejemplificar esta técnica es el descubrimiento del cobre y el cómo se vio opacado por el descubrimiento del bronce y del latón (aleaciones de cobre con estaño y zinc respectivamente). Estos últimos superaban al cobre en sus valores mecánicas y la resistencia a los ataques químicos, lo que los volvió perfectos para la cocina y uno que otro utensilio.

Pero no solo cambian los materiales, sino que también las formas en las que se trabajan. La técnica más antigua de formado es el forjado, acción en donde el material es calentado en un punto inferior a la fusión y es golpeado repetidamente hasta lograr la figura deseada, que después fue desplazada con la creación de rodillo industriales que hacían el forjado de semanas en menos de 1 hora. Esta tecnología ha evolucionado pero el principio es el mismo, pero cuando se buscan controles más estrictos en cuestión de la calidad estos métodos son muy rústicos.

La evolución en la ciencia de los materiales ha traído nuevas tecnologías como los materiales compuestos (fibras de carbono, kevlar o fibra de vidrio), nanomateriales (nanotubos de carbono para las arterias tapadas), procesos de fabricación con impresoras 3D (Polímeros, cerámicos y actualmente metales).

Este último proceso es el hit del momento ya que se acaba de romper el record para la estructura impresa más grande de la historia, un puente peatonal de aproximadamente 12m en Ámsterdam.

Suena como un juego, pero la tecnología de fabricación consta de un rociador de polvo de acero un láser súper potente que sintetiza el material apenas interactúen. Esta técnica es nueva pero es basada en la metalurgia de polvos o pulvimetalurgia, técnica en donde los polvos de un metal o cerámico de alto punto de fusión entra a una atmosfera con alta presión y se calienta el material. El funcionamiento es similar a una olla de presión solo que con metales como el tungsteno, el cobre, algunos aceros y cerámicos como la alúmina, sílices y zeolitas.

“Quiero más forjar mi alma que amueblarla.”

- Michel de Montaigne.

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