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A mi manera.

¿Pro Vida?

Por: Jorge Kahel Ruizvisfocri Virgen.

Quienes están en contra del aborto legal se autodenomina “Pro Vida”, su punto central es que el feto es un ser con vida que debe ser defendido, por lo que no se debería abortar sino garantizar que nazca y el mundo se llene con la alegría de un individuo más. Su lema más importante “es salvemos las dos vidas” y dicen que la adopción es la alternativa.

Todo eso es una farsa.

Los ProVida no se preocupan por las dos vidas, solo se preocupan porque se realice el parto. De hecho, ni siquiera merecen el título de ProVida, pues sus ideas no garantizan la vida digna de madres forzadas ni niños en casas hogares. Si los ProVida en verdad creyeran que la adopción es la alternativa al aborto, señalarían que el último estudio que el DIF realizó sobre niños huérfanos fue en 2012, que no existe una ley nacional de adopción en México, o que las leyes estatales están tan mal diseñadas que grupos criminales pueden traficar recién nacidos con total facilidad, justo como paso con Hermosillo en 2015. Los ProVida buscan que niños no deseados nazcan para mandarlos a los horrores de los orfanatos mexicanos, pues jamás acompañan su condena del aborto con campañas de información y apoyo para adopción. Los ProVida son farsantes cuando dicen que la adopción es una solución.

Los ProVida no son realmente sensibles a la realidad de la adopción en México. Las pocas cifras que existen dicen que en México hay 1.6 millones de niños en situación de orfandad, pero de estos, tan solo 30 mil está en condiciones de ser adoptados. Además, estos niños se enfrentan a problemas en el camino de la adopción: si pasan de los 8 años sus posibilidades de adopción se reducen drásticamente, y cuando son adoptados deben enfrentarse a los estigmas mexicanos de no ser el hijo biológico. Ser adoptado es un martirio fácil en México, pero los ProVida dicen que es la solución.

Si los ProVida en verdad estuvieran por las dos vidas, lucharían por iniciativas de acompañamiento de embarazo para las mujeres a las que condenan a una maternidad forzada. Sus principal prioridad para con las madres forzadas debería ser brindar atención psicológica para mantener una buena salud mental durante un proceso complicado como la maternidad forzada, garantizar condiciones para que el embarazo se desarrolle de manera adecuada, y asegurar apoyo para que las madres puedan seguir con sus vidas sin que el bebé se convierta en un lastre, pero lo único que buscan los ProVida es que las mujeres “sean responsables de sus actos”. Los ProVida son farsantes cuando dicen que luchan también por las madres.

En su lugar, esta gente a la que llamaré con más precisión ProParto, reproducen ideas deleznables que profundizan la violencia y la desigualdad que sufren las mujeres. Cuando condenan el aborto como un “escape fácil” para mujeres “irresponsables”, lo que hacen es mostrar su creencia principal: Que las mujeres no tienen derecho ni al placer, ni a decidir, ni a su propia integridad. Su obsesión con prohibir cosas a las mujeres tan solo rivaliza con sus deseos ocultos por encontrar modos de dañarlas.

En cualquier discusión donde un ProParto esté involucrado, se terminará sugiriendo que las mujeres deberían esterilizarse para no tener que abortar, como si se tratará de animales domésticos cuyas actividades representaran una molestia, o se preguntará si no quisieran que “las abortaran mejor”, lanzando amenazas veladas. En el  mundo de los ProParto las mujeres son culpables por querer sentir placer y deberían evitarlo para no tener consecuencias. Pero así no debe ser el mundo, pues las mujeres merecen tener el poder absoluto a decidir sobre sus cuerpos sin que estado o particulares objeten sobre ello. Para los ProParto, el único rol de una mujer es dar a luz y hacerse cargo de los hijos. Su vida personal y sus proyectos profesionales pueden irse al garete, pues su tarea es ser el animal reproductivo de la especie, no un ser humano con sueños, aspiraciones y deseos de tener una vida plena que incluya gozar de la sexualidad

Los ProParto no defienden ninguna vida, no dan alternativas viables, y no discuten de manera razonable. Son tristes fanáticos asustados por el placer femenino que tan solo atinan a gritar “si no quieres abortar, no abras las piernas.” El problema es que, si abrieran un Kamasutra, descubrirían que muchas posiciones sexuales se hacen con las piernas cerradas. Ni siquiera en su insulto más lapidario los ProParto tienen razón.

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