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Libertad para Pablo Hasél

Por Rodrigo Chávez.

Decía Guevara que era responsabilidad de las juventudes sentir el dolor de cualquier persona, en cualquier parte del mundo como un dolor propio y yo no puedo estar más de acuerdo con alguna otra declaración, cuando se ataca la libertad de expresión, en cualquier latitud, por cualquier motivo, todes perdemos un poco de nuestra libertad.

El rapero español Pablo Hasél ha sido condenado a 9 meses de prisión con posibilidad de que esta pena sea extendida a 12 años por injurias a la corona, ataque a la religión y supuesta apología al terrorismo, el Estado español ha puesto en marcha toda la maquinaria burocratica para arrestar a un rapero que dice en sus canciones cosas que no son sopresa para nadie, la corona española es una institución superada por el tiempo y que ha demostrado en los últimos años no solo su presindibilidad para el Estado español sino su profunda corrupción.

Pablo Hasél no es el primer rapero en España condenado injustamente, Josep Valtonyc fue condenado en 2018 por los mismos delitos que Pablo Hasél, las coincidencias entre ambos casos parecen ir hacia una razón distinta a mantener la ya inexistente dignidad de la corona española, ambos son raperos que tratan temáticas políticas, los dos raperos son abiertamente comunistas-socialistas y critican a través de su música al sistema capitalista y la conexión innegable entre el Estado y el mercado que le ha costado al país europeo 12,9 millones de personas que se encuentran en un riesgo inminente de bancarrota, mientras que Valtonyc apoya la independencia de Catalunya Hasél le dice a Juan Carlos que es inhumano vivir del Estado cuando ni siquiera ha sido electo popularmente.

La molestia de la corona española y el Estado sobre estos raperos y algunos twitteros proviene de una evidente falta de alineación a los cometidos que tiene el país pues como ya he mencionado la corrupción de la corona no es un tema nuevo, tan solo el año pasado los medios internacionales hablaban de la investigación por malversación de 100 millones de dólares  provenientes del Reino de Arabia Saudita y que Juan Carlos en 2008 había ocultado, tanto valtonyc como Hasél acusaban desde ese entonces a la corona de corrupción por sus manejos opacos del dinero y la posible procedencia ilícita de la riqueza real.

Pese a llevar razón ambos han sido sentenciados y condenados a prisión, en la audiencia realizada a pablo en el 2018 se le trata de envolver argumentativamente para que acepte que pertenece a una asociación “terrorista-anarquista” demostrando que el motivo de su proceso judicial más que la injuria tiene que ver con mantener cierto control sobre la ideología permitida en los medios artísticos, Pablo Hasél responde al menos en tres ocasiones que él es comunista y no anarquista pero los jueces españoles reiteran en “su anarquismo”, la pregunta que deberíamos hacernos es ¿y qué si fuera anarquista? ¿Es acaso que la doctrina anarquista no representó y representa un anhelo de libertad? ¿acaso debemos asumir que el problema es la existencia de la pluralidad dentro del espectro político y no los evidentes fallos del capital?

La detención del rapero español vino acompañada de diversas protestas artísticas y sociales a lo largo de todo el país mientras Amnistía Internacional ha hecho pública una petición de liberación en aras de la libertad de expresión.

El arte juega siempre un papel importante en la historia pues a través del mismo es que podemos darnos cuenta de las cosas que suceden en una sociedad, la música no es la excepción y el rap o hip-hop es, desde sus inicios, una música popular en la que se señalan los problemas que afectan principalmente a los barrios más olvidados del sistema político y económico, no es casualidad que el rap tenga su cuna en Compton, un poblado del estado de California desde donde NWA cantaba “fuck the police” y denunciaba en los 80’s la represión policial hacia personas afroamericanas y los recurrentes fallos judiciales.

El rap tiene la necesidad de ser contestatario no solo por diseño pues eso ha tratado de cambiarse con el blanqueamiento músical, la necesidad política del rap tiene que ver con la honestidad de quien lo escribe y en el caso de Hasél el provenir de un barrio popular, tener una clara y declarada posición comunista lo lleva a escribir sobre los errores del Estado español.

El crimen de injurias no solo es ridículo sino que ha sido usado en reiteradas ocasiones para coartar la libertad de expresión de quienes se oponen al status quo. El chojin, otro raper español, escribió en solidaridad con ambos raperos su canción “libertad de expresión” una cita que me parece resume a la perfección lo que sucede con estos dos rapers: “La censura no parece censura al principio, Y el censurado es censurado por un buen motivo, Así empieza a girar la rueda y siempre es lo mismo, Y cuando nos damos cuenta hemos perdido todo en el camino”.

Defender la libertad de expresión en cualquier parte del mundo nos asegura que un derecho humano no sea visto como prescindible en otros lugares, hasél y Valtonyc pueden no ser del agrado de muchas personas, incluso el rap puede no gustar pero cuando el último resquicio de libertad, aquel que ha salvaguardado la dignidad en los momentos más duros de las humanidad, el arte es silenciado por motivos políticos no podemos esperar que las cosas sean distintas o mejores en otros ámbitos.

Mientras la ultraderecha avanza en España con VOX y en el resto del mundo con discursos discriminadores debemos proteger a aquellas personas que alzan la voz, porque cuando el estado calla las paredes, las artes y las zonas más populares gritan.

#PABLOHASELLIBERTAD

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