top of page

México, a dos años

Por Rodrigo chávez

Ayer se cumplieron ya dos años del triunfo electoral apabullante de Andrés Manuel en México, y con ese triunfo devino una serie de modificaciones de la vida pública a nivel social. Como lo expresé hace algún tiempo en la columna “El despertar de la nueva suiza”, este cambio democrático era un reto para todxs, pues por un lado la izquierda reactiva y militante tendría que poder conformar un gobierno y no dejar de ser crítica, como lo habíamos sido desde mucho tiempo atrás, pero el reto mayor sin duda lo tenían lxs “apoliticxs”, pues no sólo tenían que asumir un rol de oposición sino encontrar, o más bien, descubrir su ideología política y tratar de exigir a las instituciones opositoras que pudieran adecuarse a su militancia ideológica, tendrían que renunciar de manera urgente a las ideas individuales y de privilegio para poder empatizar con las problemáticas que se viven en este país y por si fuera poco, comenzar a organizarse como un colectivo capaz de criticar, proponer y aportar a la vida política, más que gritos y odio. Hoy, a dos años de que los papeles democráticos comenzaran a cambiar, creo que podemos decir que poco se ha avanzado; por un lado los duros actores de lo que fuimos la oposición de otros tiempos parecen enfilarse siempre ad hoc con Andrés, y aunque esto es algunas veces necesario, en otras parece realmente lamentable. No obstante es entendible este tipo de acciones, en ese sentido habrá que reconocer en gran medida a Porfirio Muñoz Ledo, pues a pesar de ser legislador por MORENA sigue siendo un crítico y fehaciente opositor cuando hay que serlo y nadie mejor que uno de los pilares de la democracia moderna para enseñarnos cómo es que la ética y el disentimiento están por encima de la filiación partidista. En la acera de enfrente, las cosas van mucho peor de lo que pensé que estarían después de tanto tiempo. Debo ser honesto, sabía que construir una oposición sería difícil para quienes nunca en su vida se habían atrevido a decir “NO” al gobierno y deliberadamente cerraban no solo los ojos sino la mente a la idea de que ellxs mismxs tenían una ideología, una ideología que ingenuamente creí que era de derecha, en su mayoría centralista y que la renovación de roles democráticos podría ayudarles a entrar en razón en problemáticas claves como la desigualdad, la violencia armada, el clasismo, racismo y demás temas de violencia simbólica. Hoy puedo decir abiertamente que me preocupa que exista entre nosotros cierto impulso meramente fascista; al parecer no era cuestión de descubrirse a sí mismos sino de mantenerse auto censurados en gobiernos anteriores. Hoy, en México existe aún una muy reducida población con ideas fascistoides de las cuales debemos tener cuidado, y no solo eso, debemos evitar que estos grupos crezcan.

Parecían muy lejanos aquellos países en los que los grupos neonazis, hooligans, supremacistas blancos y ultra católicos eran un peligro latente y una muestra de los fallos que tiene el primer mundo, hace no mucho los veíamos con cierto toque de horror y a pesar de que desde hace mucho atrás a los militantes de izquierda se nos ha tratado de achacar el mote de odiadores y encacillarnos en prejuicios de resentidxs la verdad es que la antigua oposición era plural, estaba construida sobre bases populares amplias y sensatas, la pobreza ocupaba espacio central, lxs desaparecidxs y las víctimas de la violencia, la comunidad LGBTTTIQ+, las mujeres, en fin, éramos un espacio en el que toda persona que hubiera sido excluida del juego social cabía, muches de nosotres encontramos en la militancia ideológica a quienes serían mucho más que compañerxs de lucha, formamos lazos irrompibles y hay quienes literalmente encontraron en la lucha a su familia, esto lo hicimos porque construímos desde la empatía y el entendimiento mutuo, desde el compartir el dolor y el amor, la esperanza y el trabajo. En esa oposición nadie quedaba atrás, caminabamos codo a codo entre segregadxs, no recuerdo una sola ocasión en que esa oposición se alegrara abiertamente de la caída económica o de la violencia que se vivió en el país, aún hoy no encuentro a una sola persona con la que compartí calles en su momento que se alegre de esto pero la nueva oposición tiene implícita una rabia desbocada, es como si hubieran, personalmente, odiado el triunfo de la democracia hace apenas dos años.

Hoy es común ver ciertos aires de superior intelectual y moral entre la oposición al generar sus críticas, pocas veces he podido leer o descubrir una postura crítica al presidente sin que se desestime a sus votantes, nos llaman pendejos, ilusos o incluso nos atacan demostrando más de una violencia llamándonos muertos de hambre, retrasados mentales o cosas aún peores, los mismos que se atreven a gritar en redes sociales “AMLO, NO POLARICES”. No dejan pasar la oportunidad de hacer sentir menos a los otros por su condición social, por su manera de pensar o por haber ejercido su derecho al voto, la oposición de hoy remarca en cada ocasión que las y los votantes de Andrés les deben disculpas, como si ejercer el derecho a la democracia fuera algo que no merecen todas las personas en el país, se celebra de manera casi inquisitorial cuando alguien que votó por Andrés dimite de la 4T o declara estar en contradicción con el poder federal, al más puro estilo de la iglesia católica del medievo pareciera requisito solicitar perdón y pagar penitencia antes de poder adherirse a la oposición, de igual modo existen personas que celebran abiertamente los problemas nacionales como la caída de la macroeconomía pues en sus propias palabras “se cae el gobierno de Andrés” lo cual no solo demuestra una vileza antihumana sino un pleno desconocimiento del funcionamiento de la política, la economía y la sociedad en su conjunto, bajo caretas de preocupación utilizan a víctimas de la violencia para atacar a las y los votantes y simpatizantes del gobierno, mercan con el dolor ajeno y se regocijan del sufrimiento ajeno.

Hace seis días en la Ciudad de México se vivió uno de los atentados mas impactantes vistos en la demarcación, un comando armado del Cártel Jalisco Nueva Generación atacó e intentó asesinar al secretario de seguridad de la ciudad, una vez más la oposición merco con el suceso ironizando sobre el famoso “abrazos, no balazos” dicho por el presidente en campaña, al parecer tenemos una oposición que decide cerrar los ojos ante los estudios que nos demuestran que una estrategia de guerra nos puso en este lugar de violencia desmedida, al parecer la oposición extraña los “daños colaterales” y la militarización abierta y franca en lugar de los trabajos que la Unidad de Inteligencia Financiera ha hecho para cortar la entrada y el flujo de dinero de las organizaciones criminales. La oposición dijo, sin titubeos que el atentado al funcionario había sido una muestra de la incapacidad del gobierno de Claudia Sheinbaum y de Andrés Manuel pero mientras estos actos sucedían en la capital Guanajuato llevaba algunos días literalmente en llamas, los cuerpos de las víctimas del crimen organizado se apilaron sobre la carretera sin ningún rastro de dignidad humana mientras la oposición guardaba sepulcral silencio y su gobernador se encontraba de viaje en Monterrey junto con otros gobernadores independientes, panistas o de movimiento ciudadano para conformar un bloque de gobernadores opositores a AMLO, mientras en la ciudad un ataque por parte de un Cártel era muestra de debilidad gubernamental de Claudia en Guanajuato diversos ataques criminales que cobraron más de una veintena de víctimas no parecieron importarle a la oposición, incluso hace apenas unas horas, mientras esta columna fue redactada 14 personas perdieron la vida en un anexo de Guanajuato debido a la irrupción de un comando armado al centro de rehabilitación, hasta el cierre de este espacio el gobernador no ha emitido declaraciones.

La derecha opositora ha impulsado la carrera política de Enrique Alfaro sin titubeos, pareciera que un gobernador violento en discurso y forma, capaz de desaparecer a 28 personas, de criminalizar a una víctima de homicidio por parte de las autoridades y que sufre delirio de persecución es el candidato natural de esta pequeña oposición, un gobernador cuyos nexos con el mismo cártel que atacó en la ciudad de México la semana pasada y que fue capaz hace 5 años de derribar un helicóptero en el centro de Guadalajara son claros les resulta una excelente opción para dirigir el país, honestamente no debería extrañarnos pues son ellos quienes pusieron en el poder a Felipe Calderón y aún hoy se atreven a defenderlo a pesar de las declaraciones de “la barbie” preso en USA y soplón de la DEA en la que lo señala de haber encabezado juntas entre cabecillas del narcotráfico y el poder.

Este grupo que viven añorando un pasado criminal con un narcogobierno abiertamente traidor al pueblo y que nos grita: “TODOS SOMOS MEXICANOS, CHAIRO PENDEJO” cada que le señalamos sus privilegios y sus violencia ha decidido en últimas fechas organizarse bajo el nombre de FRENAA: Frente Nacional Anti AMLO, curioso nombre para un grupo que según ellxs mismxs busca el avance de la vida política y social, en un desplante de completo desconocimiento y apatía social decidieron que se manifestarían en sus automóviles, pues para ser opositor no solo se necesita pedir perdón y pagar penitencia sino además poder ser propietario de un automóvil particular olvidando un pequeño detalle, en México hay registrados hasta el mes pasado 33,222,259 de autos privados en un país con 130 millones de habitantes, a esto tendríamos que restar los automóviles que pertenecen a una sola persona y no se necesita ser un experto para dimensionar el privilegio que significa tener un automóvil en México. ¿Cómo supone la oposición adherir a la gente pobre inconforme con el gobierno?

Movimientos como el FRENAA son resultado directo de un cambio en la política pública en la que por primera vez vemos protestando a quien goza y ostenta privilegios de clase, por primera vez no son los gremios y sindicatos, no son lxs pobres, no son lxs segregadxs, hoy vemos rodar por las avenidas a gente privilegiada de un sistema desigual, estos grupos reducidos son violentos pues la mayoría de ellxs vienen plagadxs de ideas anti derechos y buscan recuperar el poder para volver a excluir a quienes no compartan su clase social, su orientación sexual, su color de piel o su manera de pensar, con esto no digo que debería prohibirseles manifestarse, pongo en tela de juicio el lugar desde el que se manifiestan y la razón por la que lo hacen.

Parece que después de dos años del triunfo electoral de Andrés la derecha opositora sigue sin entender que para conformar una verdadera oposición se requiere de bases sociales plurales pues aunque no les guste, ellxs, lxs privilegiadxs son minoría y para ganar en democracia no basta con un grupo reducido de clase media que sale a quemar combustible y pita la bocina furioso mientras circula por avenida Reforma.

bottom of page