top of page

Musgos: las plantas infravaloradas.

Por Beatriz Velázquez
Tw: @bio_beatriz

Uno de los placeres de estar vivo en esta tierra es la sensación de caminar bajo el dosel de un bosque tupido y que las cortezas de sus troncos estén cubiertas de un terciopelo húmedo y verde, que ese mismo terciopelo cubra rocas y hasta hojas inmóviles posadas en el suelo. Pareciera como si respirara a la par de nuestros pasos y efectivamente, así es.

Cuando uno piensa en plantas, tiende a pensar en árboles gigantes que nos dan sombra y madera, o en herbáceas que nos proveen de estructuras sexuales que adornan nuestro paisaje (como las rosas y las margaritas), pero hay otras plantas más simples que pasan desapercibidas, a menos que jueguen un papel protagónico en una maqueta católica del nacimiento de Jesús, y generalmente, estas plantas simples interpretan a  las praderas de pasto, sin ser remotamente cercanas a los pastos.

Los musgos se encuentran en las primeras plantas que evolucionaron a partir de ancestros relacionados con las algas verde (parientes fotosintéticos) entre 450 y 700 millones de años atrás. Son un grupo de plantas sin flores, muy pequeñas, que no llegan a crecer más allá de un centímetro del suelo, ya que no poseen estructuras propias para transportar el agua y demás nutrientes, algo así como que carecieran de las tuberías propias de los árboles y herbáceas que tanto nos gustan. Se les conoce como “Briófitas”, que proviene del griego “bryon” que significa musgo y “phyton” que significa planta. Debido a que carecen de un tejido vascular propio, las briofitas necesitan crecer en un ambiente saturado de agua para completar su ciclo de vida. Este gran grupo se divide en tres clases: antocerotes, que parecen algas gigantes pegajosas, pero con una estructura sexual (esporofito) en forma de curernito, las hepáticas, que son plantas con hojas laminadas, algunas con forma de hígado y los musgos o muscíneas, que se disitinguen por tener rizoides o pequeñas raíces multicelulares, por tener un pseudo tallo o cauloide y pseudo hojas que se denominan filidios.

Algo curioso en las briofitas y en otras plantas sin semillas ni flores, incluso vasculares como los helechos, es que su ciclo de vida tiene dos fases; a esto se le conoce como alternancia de generaciones. La primera fase retrata la vida del gametofito, que proviene de la germinación previa de una espora, este gametofito o pedacito de musgo, tiene una sola copia de material genético, y cuando llega a su madurez libera espermatozoides u ovocélulas, éstas eventualmente se encontrarán en el medio acuático y se fecundarán hasta formar un cigoto que tendrá las dos copias de sus antecesores. El cigoto formará a un esporofito, que es la segunda fase de vida. En esta fase de esporofito, el musgo desarrollará una estructura peculiar llamada esporangio, que parece una pequeña antena con una mini cápsula saliendo del cuerpo verde del musgo. Dentro de la mini cápsula se encuentran las esporas que serán liberadas cuando ya hayan pasado por un proceso de división celular, para volver a tener una sola copia genética, y para ese entonces la tapa de la cápsula u opérculo se secará y dejará volar a todas las esporas, para otra vez iniciar el ciclo. Si no existe un medio acuático esto no podrá continuar. No olvidemos que los musgos no tienen estructuras propias para conducir el agua y la obtienen absorbiéndola del ambiente como unas esponjas, al igual que los hongos, los anfibios y las algas, los musgos usan esta estrategia para no desecarse y seguir existiendo.

¿Cuántas especies existen en México? Se estima que existen alrededor de 19,000 especies de musgos descritas y en México se reconocen al menos 980 especies de musgos y cerca de 500 especies de hepáticas. Al menos, de los musgos existen 109 especies endémicas en nuestro país. De antocerotes se conocen poco, por lo menos 100 especies. A pesar de que los musgos requieren de microclimas húmedos para su desarrollo, estos se pueden encontrar en todos los ecosistemas presentes en nuestro país, desde montañas altas, hasta el nivel del mar, desde selvas húmedas hasta zonas áridas.

Así que desde hace millones de años, los musgos siguen adaptándose a las condiciones que se presentan en este planeta, mientras siga habiendo agua, seguirán existiendo, y su existencia permitirá la llegada de otros organismos.

¿Cómo ayudan los musgos al establecimiento de otras plantas? Ya que los musgos crecen sobre superficies como rocas o troncos, se consideran pioneros en los ecosistemas, sus pequeños rizoides van desgastando tanto la materia orgánica del tronco o erosionando la roca, permitiendo la formación de más materia orgánica, así mismo, sirve de camas de germinación de pinos y hasta cactáceas. Además, sirven de hábitat para otros microorganismos animales muy extravagantes que practican la criptobiosis, como los tardígrados o mejor conocidos como “ositos de agua”. Estos pequeños animales segmentados de simetría bilateral, viven en los musgos, líquenes o helechos, y cuando estos pierden agua, ellos también se ven obligados a descansar en un proceso de animación suspendida, en el que alentan su metabolismo y sobreviven condiciones extremas. Sin los musgos, no tendríamos ositos de agua.

Foto de: Abraham Rodríguez

¿Cómo se ven amenazados los musgos?

No es para menos mencionar que una de las mayores causas de pérdida de la biodiversidad es la fragmentación del hábitat, pero con respecto a los musgos, su mayor amenaza es la extracción ilegal. Cuando se avecina la temporada navideña, es común ver la venta de musgos y heno en mercados y tianguis, pero muchas veces no cuestionamos si la extracción fue legal y de manera que no impactara tanto al ecosistema. Extraer musgo representa quitar una parte del suelo y que este quede al descubierto y más propenso a la erosión. Actualmente la extracción de musgos requiere autorización de SEMARNAT y de un programa simplificado de su manejo. La NOM-011-SEMARNAT-1996 establece los criterios para su uso y aprovechamiento. Si ya tiene musgos en su nacimiento, no se deshaga de ellos, mejor guárdelos para la siguiente navidad y recuerde que como son poiquilohídricos (absorben el agua de su entorno), al ser regados con un aspersor se tornarán de nuevo verdes y podrán reverdecer. Evitemos la compra ilegal de musgo, hágamoslo por las semillas y los ositos de agua.

Referencias

  • Nabors, M. W. (2006). Introducción a la botánica. Addison Wesley.

  • CONABIO. 2008. Capital Natural de México. Volumen 1. Conocimiento actual de la biodiversidad. Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad. México D.F.

  • Delgadillo, C. 2003a. Briofitas. Sociedad Latinoamericana de Briología.

bottom of page