Una mujer ya emancipada

Por Ankaret Alfaro

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Laura Méndez de Cuenca (Laura María Luisa Elena Méndez Lefort, Estado de México, 1853- Ciudad de México, 1928), mujer poeta, profesora, editora, empresaria, periodista, narradora, congresista, viajera y políglota, también fue subdirectora de la Escuela Normal para Profesoras y de Artes y Oficios, miembro del Consejo Superior de Instrucción Pública, representante de México en varios congresos internacionales de pedagogía y presidenta de la Sociedad Protectora de la Mujer.  Enterrada e invisibilizada como muchas otras mujeres en la historia. Fue de aquellas mujeres rebeldes, que en tiempos en los que el país se polarizaba en liberales y conservadores (suceso más complicado de lo que nos gusta creer) tuvo que vivir el dolor de los desacuerdos políticos familiares con un par de padres conservadores.

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Su trabajo literario y pedagógico es el que más destaca, para muches, Méndez de Cuenca  fue la mejor poeta del siglo XIX, pues logró destacar como escritora dentro de un mundo que dominaban los hombres y dicen que su trabajo no puede ser comparado más que con el de Sor Juana. En sus obras se ven reflejados muchos de sus ideales que rompían con los estereotipos de de la mujer durante la segunda mitad del siglo XIX.

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La participación de Méndez de Cuenca en el espacio público tuvo mucho que ver con su activismo feminista así como por su trabajo literario y periodístico, y en ese sentido, se vinculó directamente con personajes de alto poder político.

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Hay que tener en cuenta, que en México, el feminismo aun no era un movimiento consolidado ni en lo político ni en lo social, pero a ella ya se interesaba el papel de las mujeres en la vida moderna y no fue hasta 1903 que se unió a un grupo de mujeres que luchaban por la construcción de una sociedad feminista para después colaborar en el diario “La mujer mexicana” cuyas participantes eran miembros de La Sociedad Protectora de la Mujer (asociación feminista de suma importancia en el siglo XIX del que posteriormente Méndez de cuenca sería presidenta) y como consecuencia de vivir en un México sumamente católico y jerárquico no contemplaban el sufragio dentro de su base de reivindicaciones, era más trascendente apelar a algo distinto y tan elemental como ineludible: acceso a la educación y trabajo remunerado (Romero Chumacero, 2011)

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Ella tenía muy clara su lucha, la participación en la sociedad de las mujeres iban más lejos de ser amas de casa y madres. Sus principales demandas eran educación, trabajo justo y remunerado para las mujeres, opinión y participación en las luchas políticas, el trabajo intelectual, y defendía que merecieran respeto, consideración y un lugar en el nuevo proyecto de nación, pues la mujer como pilar de la vida doméstica era fundamental en la sociedad.

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Son imperdibles los ensayos y artículos de Laura Méndez de Cuenca para entender mejor el panorama de las mujeres mexicanas a mediados del siglo XIX, aunque en sus obras literarias (que también recomiendo ampliamente) también reflejan su ideología feminista y reivindicativa, y también el cómo acompañó y aportó a la construcción de “la vida moderna” en el país.

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